Chapter Capítulo 384
Capitulo 384
El aroma distintivo y fresco del hombre se desprendia, neutralizando el olor a alcohol de ella.
Sus pequeñas manos se deslizaron bajo la chaqueta de Farel, buscando su firme torso, moviéndose descaradamente.
Era completamente diferente de lo habitual.
La respiración de Farel se volvió más errática, su nuez se movía ligeramente.
Extendió su mano para detener sus manos traviesas, advirtiendo en voz baja-. Evrie, deja de hacer tonterías.
Evrie lo miró con ojos confusos, sus mejillas estaban rojas y su mirada aturdida.
Pero lo que dijo a continuación, fue directo al cielo.
-Farel, te amo tanto…
-Déjame abrazarte un poco.
Farel perdió su enojo por completo.
Mirando sus ojos húmedos, su actitud suave y tierna, parecía querer complacer sin límites.
Se le fue todo el enojo.
Bueno, ahora estaba borracha, esta actitud proactiva era rara, lo mejor sería disfrutar primero.
Mañana, cuando esté sobria, arreglaré las cuentas con ella.
Pensando así, Farel la apretó con un brazo contra él, agarrando su mano traviesa dentro de su chaqueta.
-Sigue así -suspiró levemente-. Te seguiré el juego.
Apenas terminó de hablar, los labios de Evrie se unieron a los suyos.
Farel se inclinó para corresponder el beso.
Ding–
La puerta del ascensor se abrió.
Evrie, por instinto, intentó alejarse, pero Farel la atrapó por la nuca, besándola mientras salían del ascensor.
Sus alientos se entrelazaban, sus pasos desordenados.
Los dos tropezaban y se enredaban uno con el otro, hasta la puerta del apartamento.
Farel, sin mirar, presionó su beso más fuerte mientras desbloqueaba la puerta con su huella dactilar con destreza.
En un torbellino, Evrie ya había sido llevada al interior, apoyada contra la puerta.
-¿No querías calmarme?
Farel tomó su mano pequeña y la colocó directamente sobre su cinturón de cuero.
Adelante, toma la iniciativa, no esperes a que yo lo haga.
Capitulo 385
Capítulo 385
Evrie no se manejaba bien con eso.
Sus dedos tocaban el frío cierre, intentando deslizarlo torpemente.
La cabeza le daba vueltas y sus manos no le respondían.
Luchó con el cierre sin éxito por un buen rato.
Farel cubrió su mano con la suya, murmurando con una sonrisa burlona–¿No puedes? Deja que te enseñe.-
Sin esperar su consentimiento, presionó un cierre en particular con su mano.
-Clic.-
Se abrió.
Evrie aún no reaccionaba cuando él la guiaba hacia arriba.
Luego vinieron la chaqueta, la corbata, la camisa.
Más que una acción propia, era él quien la llevaba paso a paso a través del descubrimiento.
El control seguía firmemente en las manos de Farel.
A mitad de camino, Evrie no pudo más, sintiéndose mareada y fuera de lugar.
No pudo evitar decir–Más despacio, me siento mareada.—
-No puedo frenar, me consumes.-
Farel la miraba con los ojos bajos.
Por el alcohol, sus mejillas estaban sonrosadas, las orejas también, y la nariz.
Se veía tan vulnerable.
Sus ojos se oscurecieron, su voz se suavizó aún más.
-Aguanta un poco, cariño.-
Evrie se aferró a su brazo, con una mirada de súplica–No puedo aguantar.-
-Entonces toma tú el control.-
Farel se volteó, tumbándose en la cama y levantándola, con una mirada relajada y expectante.
Esa noche estaba decidido a no dejarla ir.
Evrie permaneció inmóvil por un largo tiempo, hasta que Farel la provocó.
-Rápido. –
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Con la mente zumbando, Evrie simplemente no podía soltarse.
Cuando llegó el momento crítico, le dio miedo.
Ni siquiera el alcohol pudo darle coraje
Se desinfló, quedándose tumbada sin ganas de moverse.
-Pequeña inútil.-
Farel la ridiculizaba con su tono bajo.
Al final, Evrie acabó siendo llevada por él al baño, colocada en la bañera, con el agua tibia extendiéndose.
9
Los poros se abrían, y el mareó extrañamente comenzaba a disiparse.
El cuarto estaba en silencio, sólo se oía el agua golpeando el suelo.
Y así seguía.