Receta para robarle el corazón al Dr. Farel ( Evrie and Farel )

Chapter Capítulo 382



Capítulo 382 

Valerio, con destreza, abrió la botella y se sirvió un trago sin decir palabra. 

Evrie recogió una botella del suelo, la destapó y chocó su botella con la de él. 

-Ya estoy bien del estómago, una copa de vez en cuando no hace daño, te acompaño.- 

Tras decirlo, dio el primer sorbo. 

Valerio la miró confundido, con una expresión atontada. 

-Pensé que no te gustaba beber, ¿por qué te unes a mi?– 

-Porque somos amigos.- Evrie se volvió hacia él, -Es normal querer ayudar a un amigo a sentirse mejor. Cuando yo estaba triste, tú también bebiste conmigo.- 

Los ojos hermosos de Valerio parpadearon y de repente se tornaron rojos. 

Tomó un gran trago de su bebida. 

De pronto escondió su rostro entre los brazos, y las lágrimas comenzaron a caer silenciosamente. 

Su cabello rizado se mecía con el viento frío, desordenado y vacilante, como un perrito callejero abandonado. 

-Evi, ya no tengo hogar.- 

Habló con voz apagada y congestiva: -Ese viejo no hacía nada productivo, cometió errores y al final perdimos la 

casa.- 

-Era el lugar favorito de mi madre, donde crecí, lleno de sus recuerdos y presencia, y ahora se ha ido, todo confiscado, no queda nada. – 

Su voz sonaba desesperada. 

Evrie sintió una punzada de dolor en el corazón. 

La casa de Valerio había sido asignada y no era propiedad privada. 

Solo pudo llevarse algunos muebles y ropa de cama, lo demás se quedó. 

La puerta fue cerrada con llave y todo fue devuelto al estado original. 

Él no tenía derecho a comprar esa casa. 

-Aún queda futuro.- 

Evrie lo miró fijamente y dijo con seriedad: -Tu madre todavía está en el hospital, tu empresa y tus proyectos siguen en pie. Ella despertará, y podrás comprar una casa. En el futuro tendrás todo lo que desees.- 

Valerio levantó la mirada, sus ojos húmedos se fijaron en ella. 

-¿De verdad?– 

-Claro.- Evrie le respondió: -Nuestro proyecto de escape room es un éxito, mucha gente viene por él y se ha convertido en un lugar de moda, eso demuestra que tus planes son excelentes y lo serán aún más. Cuando tu madre despierte, estará orgullosa de ti. La casa se ha ido, pero donde esté ella, estará tu hogar.- 

Valerio se quedó quieto un momento. 

Luego murmuró para sí mismo: -Donde esté ella, estará mi hogar.- 

-Exacto, así que ahora tienes que recuperarte y trabajar duro en tu carrera, para que en el futuro tu madre se sienta orgullosa de ti.- 

Evrie chocó su botella con la dé él y tomó un sorbo largo

¿Cómo no vas a tener nadá? Aún tienes el futuro.- 

-El futuro…- 

Capitulo 38Z 

Valerio tomó otro trago, sus ojos seguían rojos. 

-Gracias, me siento mucho mejor por dentro.- 

Evrie sonrio ligeramente y continuó bebiendo con él. 

-¡A beber!– 

Valerio recuperó el ánimo y siguió bebiendo. 

Ambos se quedaron un largo rato junto al río, hasta 

hasta que incluso Evrie empezó a sentir los efectos del alcohol. 

-Buzzz… Buzzz…- 

Sonó la vibración del teléfono. 

Evrie sacó su celular y al ver el nombre en la pantalla contestó la llamada. 

-¿Dónde estás?– 

La voz clara y firme de Farel le llegó desde el otro lado. 

-¿Farel, terminaste con tus cosas?– 

Evrie sonaba un poco pastosa, su voz sonaba tonta. 

Farel notó algo raro en su tono y preguntó: -¿Has estado bebiendo?– 

-Sí, solo una botella, no mucho. Tengo buena tolerancia al alcohol…- 

-¿Con quién y dónde has estado bebiendo?– Farel fue directo. 

-En la orilla del río, ¡compitiendo en bebida con Valerio!– Evrie, temiendo que se enojara, explicó con su lengua pesada: -Estaba deprimido, se emborrachó y vine a verlo. No me regañes, es mi amigo, no podía dejarlo solo…- 

¿Bebiendo con Valerio? 

La expresión de Farel no era muy buena, pero contuvo su irritación y con voz calmada dio instrucciones. 

-Está bien, no te muevas de ahí, voy a buscarte.- 

-Vale, ¡no me muevo!– 

Evrie se sentó obedientemente en los escalones y asintió con la cabeza. 

Parecía un estudiante ejemplar muy obediente. 

Al lado, Valerio ya no estaba consciente y se aferraba a Evrie, cantando sin cesar. 

En el otro extremo del teléfono, Farel… 


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