Esposa

La huda 

Al estar pérdida en mis propios pensamientos, no preste atención a lo que Arthur le había dicho al gerente, así que cuando volví la vista, vi que el hombre había 

desaparecido y nos habíamos quedado solos de nuevo. ¿Qué mal había cometido yo para tener que padecer su presencia? 

Me prepare esperando que Arthur dijera algo, pero él ni siquiera hizo el esfuerzo por verme, tal vez estaba ofendido por mis verdades y mi señalamiento o simplemente estaba molesto por mi osadía, no lo sabia, pero al menos ese silencio qué había entre los dos era mucho más cómodo qué seguir pretendiendo qué podíamos tener una conversación sin tener que pelear. 

Luego de un minuto qué me pareció eterno, el gerente volvió y nos miro a los dos. 

-Parece que su auto llego, así que ya podemos avanzar–indico el hombre a Arthur quien por su imponente actitud se había vuelto el líder de aquella situación. Solo entonces giro a verme. 

-¿Lista?-dijo en seco. 

-Por supuesto–sonreí y luego rodé los ojos harta de tener que estar con él, así que cuando el gerente abrió la puerta para nosotros, caminamos esta vez sin muchos tropiezos, al parecer la seguridad de la plaza había hecho su trabajo, haciendo retroceder a la gente, solo así pudimos salir. 

Aunque aún así, tuvimos un encuentro con los reporteros qué sé agolparon al ver que nos dirigiamos a una salida. Hicieron preguntas que ninguno de los dos respondió, gritaron y empezaron a empujar, pero al menos al entrar al auto de Arthur me sentí mucho más cómoda, aunque no a salvo cuando él entro y dio la orden a su chófer de avanzar. 

18 

Comments 

Watch ad and get reward (0/15) >