Esposa

Chapter Capítulo 19



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Dudas 

Dudas 

Dirigi la vista hacia el exterior, creí que de esa forma Arthur olvidaría de alguna forma qué yo estaba a su lado, a tan solo unos cuantos centímetros de él, pero luego de unos minutos me di cuenta de que tal vez ninguno de los dos diría nada, no teníamos por qué hacerlo, después de todo, Arthur aún parecía estar molesto conmigo y yo sinceramente no tenía absolutamente nada que decirle. 

En ese momento de aquel extraño aunque cómodo silencio, rememore lo poco que habíamos conversado en aquella habitación. Arthur había dicho que casarse conmigo no había sido su elección, pero ¿Por qué? ¿De qué diablos estaba 

hablando? ¿No se suponía qué incluso mi educación había sido basada y pensada en él para ser su esposa? ¿Tendría algo que ver eso con lo que Sophie me había. insinuado? ¿Ese secreto? 

-Jack, llevanos a las oficinas de American Stile, por favor–expreso Arthur con cierto aire de molestia. 

La cuestión era qué ya estaba por oscurecerse y aunque tal vez no tenía otros planes más qué regresar a casa, Arthur no tenía ningún derecho de llevarme a ningún sitio y menos a ese lugar donde muy posiblemente se encontraba la estúpida de Taylor. 

-¿Por qué diablos vamos allá?-cuestione dirigiéndole la mirada más mordaz qué tenía guardada en mi repertorio. 

-Dijiste que querías que te mostrara las pruebas ¿No es así?-respondió en seco y sin dirigirme la mirada, parecía que aun después de que él había dicho que de entre los dos él era el adulto, se comportaba como un maldito crío. ¿De verdad creía que habría pruebas en mi contra? ¡Eso lo veríamos! 

-No tengo tiempo para tus estupideces- admiti, pero no porque me negara a que me enseñaras esas supuestas pruebas, de hecho, quería saber de donde diablos había sacado esa información, es decir. ¿Por qué estaba tan confiado en que existía algo que me incriminaba? 

No obstante, estaba cansada y harta de aquella situación, solo esperaba que con mi negativa no llegara a pensar que realmente era culpable de todo lo que me acusaba. -¿Es eso o temes a que tenga razón?– insinuó el muy sínico, pero estaba muy 

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equivocado. 

-¡Bien, vamos si eso quieres, pero solo una cosa te advierto! Si no hay pruebas en mi 

contra y solo estás difamándome tendrás que disculparte. 

Soltó una pequeña risilla burlona mostrando una blanca dentadura. 

-Bien, haré lo que me pides, pero de lo contrario, tendrás que hacer algo para mi- 

dijo como si esto al final fuera más bien un juego y el desgraciado lo estaba disfrutando. Mi enojo iba más alla de lo que pensé que podría estar enfadada, pero mi límite a cruzarme de brazos. ¿De verdad valia la pena enojarme con ese pedazo de 

mierda? 

¡Mi bilis estallaria si seguia permitiendo que Arthur provocara mi enfado tan fácilmente

Guarde silencio y con los brazos cruzados como si fuera una chiquilla enfadada, finalmente llegamos a ese elegante edificio, el cual lucia muy diferente con las luces encendidas y el firmamento oscuro en lo alto. 

El chofer se bajó muy presuroso a abrirle la puerta a Arthur, pero tal cual era su usual comportamiento, él simplemente bajo solo y sin ayuda de nadie dejando tal vez algo avergonzado o desconcertado a su chofer por no ser el más rápido que él, así que al final me abrió la puerta algo desanimado. 

Arthur caminó al interior sin tener el más mínimo interés por esperarme, así que prácticamente tuve que correr detrás de él, para lograr tomar el mismo ascensor, aunque luego de que se cerraran las puertas me arrepenti de seguir a Arthur y no aprovechar ese momento para poder escapar y tomar un taxi a casa, de esa forma me aseguraba de que él no se daría cuenta de mi huida hasta mucho después, pero era una idea que ya no podía llevar a cabo. 

Por suerte, no estábamos solos en el ascensor, había muchas más personas ahí, pero parecían un tanto asombradas y al mismo tiempo desconcertadas, quizás por la presencia de Arthur y entonces recordé que no estaba acompañada de un hombre común, aunque para mí si era bastante corriente. ¡Mira que acostarse con cualquier zorra que bien podía tener alguna enfermedad! ¡Qué asco! 

Cuando las puertas se abrieron, inmediatamente reconocí el piso en el que nos encontrábamos, ahí se encontraba la oficina de Taylor y aparentemente Arthur sabia 

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exactamente donde se encontraba, puesto que fue directo a su oficina, cosa que realmente me perturbo, es decir. ¿Por qué diablos él tendría que saber donde se encontraba su oficina? ¿Acaso en ese lugar habían pasado cosas entre ellos? 

Tal y como había sucedido antes, las personas que aún seguían laborando en esa oficina se apartaron de inmediato al reconocer al jefe de jefe, hubo susurros y murmuraciones al respecto, murmullos que en realidad no pude escuchar a la perfección debido al cansancio de mis pobres pies al tratar de seguir el ritmo de Arthur. Mientras él daba un paso yo tenía que dar tres. ¡Era bastante injusto! 

Aunque a quien habían ofendido en esa oficina había sido a mi, en realidad senti la necesidad de esconderme en algún lado o por algún milagro del cielo que la tierra me tragara para evitar que enfrentar esa situación vergonzosa, no sabia que sucedería, pero Arthur iba muy seguro de sí mismo. 

-Señorita James- dijo Arthur abriendo la puerta sin tener la decencia de llamar a la puerta. Sabiendo que Taylor no era precisamente una blanca palomita, bien podía estar pasando algo extraño y poco decente en su oficina. 

-¿Señor Sallow?-respondió ella confundida de verlo precisamente ahí–¿Qué hace aquí? Crei que nos veríamos mañana por la noche. 

Arthur se aclaró la garganta cuando esa mujer hizo aquel comentario sin darse cuenta de que yo estaba detrás de Arthur, pero como él era mucho más alto y más robusto que yo, era claro que no me vería detrás de ese enorme armatoste. 

-No estoy aquí para eso, señorita James–se dirigió a ella usando casi el mismo tono de voz serio y severo con el que había estado dirigiéndose a mi–hemos venido a aclarar ciertas dudas. 

-¿Hemos?-cuestiono ella y entonces Arthur finalmente se hizo a un lado para que Taylor se diera cuenta de mi presencia, entonces Arthur cerro la puerta. 

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