Chapter 36
36–Compañero de bebida–1
36 – Compañero de bebida–1
(Rachel)
Necesitaba una explicación. Pensé que al menos merecía una. Regresé a casa solo para descubrir que Caspien. estaba emparejado. Ni siquiera tuvo la decencia de enviarme un mensaje al respecto.
No sabía qué sentía, ¿molestia, enojo, dolor? Un poco de todo.
No pensé que encontraría a su pareja. Había estado buscando durante una década y había visitado la mayoría de las manadas de la zona y más allá. Pensé que no encontraría a la suya, como yo nunca encontré la mía. Eso era lo que
nos unía.
No creo que lo amara. ¿Cómo puedes amar a alguien sin conocerlo realmente? Pero amaba estar con él. El Alfa que no se abría a nadie, sentía que lo conocía cuando éramos íntimos, y me sentía especial por eso.
Habían pasado años y, hasta donde sabía, yo era la única persona con la que se acostaba constantemente. Tenía que admitir que me hacía sentir bien, ser invitada a sus aposentos privados, saber que él estaría allí cada vez que volviera a casa. Podía fingir que me esperaba. No estábamos destinados, pero estaba tan cerca de él como permitía a cualquiera acercarse, y aunque me dijo que estaba esperando a su pareja para convertirse en Luna, una pequeña parte de mí esperaba que no la encontrara para poder quedarme con él.
Era celos, eso era. Celosa de que no solo otra persona estuviera destinada a ese hombre poderoso y hermoso, sino de lo que tenían. Lo quería, no necesariamente a él, sino a mi propia pareja.
Quería a mi maldita pareja, ¿por qué aún no lo encontraba? Yo era la única de mis amigas que no estaba emparejada, e incluso en Europa, había visitado manadas en eventos bajo el pretexto de divertirme, pero buscaba a
mi pareja.
Aun así, nada.
Caminé hacia su ascensor privado. Quería tener esta conversación ahora. Tomé un aliento tembloroso y presioné mi dedo en el escáner, esperando que aún funcionara, pero al menos no había nadie cerca para ver mi vergüenza. El escaneo fue aprobado. Eso dolió más, el hecho de que ni siquiera era una idea. El ascensor tardó un poco en llegar y cada segundo que pasaba me hacía dudar.
-Oh–La mamá de Caspien salió del ascensor, mirándome detenidamente-. Hola Rachel, no sabía que habías regresado–Me sonrió ligeramente.
-Luna Asentí con la cabeza. Aunque técnicamente ya no era Luna después de que Caspien asumió el titulo, se sentía extraño dirigirme a ella de otra manera. Acabo de llegar, en realidad quería hablar con Caspien, o mejor
dicho, Alpha Dracos, si está por aquí.
-Creo que
sí. Ahora puede que no sea el mejor momento…
-Solo necesito cinco minutos insistí. Grace me miró con simpatía. Casi no podía soportarlo.
-Sabes que encontró a su pareja.
-Así es–Asentí.
-De acuerdo, entonces -Me indicó que volviera al ascensor y me siguió.
-No quiero interponerme en nada dije y la miré de reojo.
-Iba camino a la biblioteca -dijo, presionó el botón y se apartó, parada a mi lado.
Oh, ¿a esta hora? -pregunté, tratando de aliviar la tensión.
-Nuestro nieto es un lobo bendecido–Ahora sonreía sinceramente y sus ojos se empañaron de orgullo o adoración, algo que retorcía aún más mi estómago.
-Vaya -Traté de devolverle la sonrisa, pero mi corazón se hundió. ¿Cuánto tiempo llevaban emparejados si ya
+25 Puntas
36 Compañero de bebida–1
tenían una cría? Según lo que escuché, ella solo apareció aquí hace aproximadamente un mes.
-Ha pasado un día me miró y su sonrisa compasiva volvió.
Me quedé en silencio antes de que las puertas finalmente se abrieran en su piso de oficinas.
-Sabes dónde ir dijo y mantuvo la puerta abierta. Lo haré bajar, creo que su oficina está desbloqueada. -Gracias, Luna -Me alejé, sin querer ver más compasión. No pensé que el hecho de que todos los que sabían que teníamos algo, o lo que sea que pudiera llamarse, me compadecerían ahora.
No podía soportarlo.
Cada minuto se sentía como una eternidad esperando en su oficina hasta que la puerta se abrió detrás de mí. Me incorporé un poco en mi asiento mientras él cruzaba la habitación y se paraba detrás de su escritorio. Mi respiración se entrecortó al ver sus rasgos familiares: el traje gris ajustado, el pelo imposiblemente n***o y la barba perfectamente recortada. Odiaba cómo estaba reaccionando ante él, y él ya no me pertenecía, nunca lo hizo.
–
Rachel dijo, con voz carente de emoción.
-¿Por qué no me contaste la feliz noticia? -Me levanté y di un paso hacia su escritorio.
-¿Sobre qué?-Levantó una ceja.
Encontraste a tu pareja -respondí, imitando su tono seco.
-Sí, lo hice.
-Y, me enteré por otros.
-¿De verdad?
-Claro que sí. ¿La estás manteniendo en secreto? -me burlé.
-No frunció el ceño–Por supuesto que no, pero la situación ha sido interesante, poco convencional para los
hombres lobo.
-¿Por qué no me lo dijiste? -le pregunté.
Me movi alrededor del escritorio, obligándolo a enfrentarme. Intenté estudiar su rostro impasible, pero nunca podía entenderlo. Estuvimos juntos durante años, ¿y él no pensó en decírmelo?
Encontré a mi pareja, todo cambió…
-No me vengas con esa mierda–casi grité. Conocía la ceguera de la pareja, que nada importaba excepto ellos en el momento en que los olfateabas, los veías. No quería escucharlo de él.
-Rachel -su voz se volvió más suave. Si iba a compadecerme, él de todas las personas-. No lo hice…
La puerta se abrió de golpe y una chica hermosa entró en la habitación. Era impresionante de una manera natural, y tragué saliva. Esta debía ser ella. Por supuesto, su pareja sería alguien tan deslumbrante. Largo cabello n***o que caía en ondas naturales que yo nunca lograba hacer perfectas, sin importar cuánto lo intentara; ojos verdes de un tono que nunca había visto en este mundo recorrieron mi rostro mientras mordia su labio rosado.
– Lamento interrumpir–dijo con voz suave.
Miré de nuevo a Caspien, pero sus ojos estaban completamente enfocados en su pareja. Mi estómago se retorció y sentí lágrimas calientes picar mis ojos. Tenía que irme de aquí. Esto era estúpido, no sé qué esperaba de él. Me sentía tan insignificante, tan pequeña y sin valor.
Pasé junto a ella, sabiendo que no podía confiar en mi voz, y presioné varias veces el botón de la puerta del ascensor cuando finalmente llegué a él.
Se abrió, y una chica con rizos rojo rubí estaba apoyada contra la pared de cristal sin preocuparse por nada. Sus ojos se encontraron con los míos después de un largo momento. ¿Quién era ella? Además de Caspien, solo su Beta, Gamma y sus padres tenían acceso a este ascensor. Me fui durante unos meses, pero sentía que me había perdido
tanto.
-Hola–Me dio una media sonrisa que parecía genuina. Soy Cali.
-Rachel Asenti, entrando y presionando el botón del piso inferior.
-Lo siento, tengo que subir primero, si no te importa La chica encogió los hombros.
-Está bien–respondi, tratando de mantener mi voz tranquila. ¿Estás emparejada con…?–Lo dejé abierto, tratando de entablar conversación y descubrir quién era ella.
Holden dijo y me dio una sonrisa acompañada de una mirada lejana, una mezcla de completa fascinación y adoración por el vinculo hecho. Un dolor me punzó. ¿No era digna de tener una pareja?
Holden repeti con una sonrisa forzada. Me preguntaba cuándo iba a encontrar a su pareja, necesitaba a alguien que lo domara, y por su apariencia, apuesto a que ella podría hacerlo. Es un chico afortunado.
-También lo creo – La puerta se abrió en el piso de Caspien, y me tensé, esperando que nadie más estuviera esperando. Ella se volvió hacia mí con un guiño-. Fue un placer conocerte, Rachel.
-Igualmente, Cali.
Recé a la Diosa de la Luna para que no me detuvieran en el piso de la oficina de Caspien al bajar, y por una vez,
ella respondió a mi oración.
Comentarios
Sorteo Afortunado >
678
Votar
36 – Compañero de bebida–2
(Rachel)
-No te he visto por aquí, y estaba bastante seguro de conocer a todas las chicas atractivas de este lugar -dijo un moreno alto y de cabello oscuro apoyándose en la barra junto a mí.
Arrogante, malas frases para ligar, repugnante.
Volviendo a mi bebida, lo ignoré, removiéndola en el vaso.
-¿No tienes nada que decir? ¿Qué tal si te compro otra bebida? La tuya casi se ha terminado.
Antes de que pudiera protestar, él hizo un gesto al camarero, quien colocó rápidamente un chupito de algo transparente frente a mí.
-Yo…
Solo llámalo penitencia por esa frase para ligar -Me sonrió tímidamente e intenté devolverle la sonrisa,
bebiendo el líquido ardiente.
-¿Qué demonios es esto? -Casi lo escupí. Quemaba como el infierno.
-Las primeras palabras que me dijiste. No puedo esperar para contarle esa historia a nuestros nietos -dijo y tomó su trago sin inmutarse. Yo resoplé, pero le sonreí-. Caden -extendió la mano y yo puse la mía en la
suya.
– Rachel.
-Buen nombre–me mostró una sonrisa brillante.
-Tendré que agradecérselo a mis padres por ese. Yo no lo elegí -dije y levanté una ceja.
-Asi que, lo que estoy entendiendo es que quieres que conozca a tus padres
Negué con la cabeza una vez, conteniendo una sonrisa.
-¿Qué quieres?
Lo mismo que tú dijo y sus ojos se suavizaron.
-¿Qué es?
sostuvo mi mirada.
-Una distracción.
Suspiré. Tenía razón, pero no necesitaba saberlo.
-¿Por qué crees que necesito una distracción?
Hizo un gesto al camarero de nuevo.
-¿En serio? -Luego dirigió su atención hacia mí, sus ojos verdes oscuros estudiando mi rostro. Tienes esa mirada. Si solo estuvieras triste, te irías a casa, te acurrucarías, verías una mala película, llorarías, lo que sea que hagas, no estoy juzgando.
Levantó las manos frente a él. Otra bebida, afortunadamente no otro de esos chupitos, apareció frente a mí y asenti agradeciendo al camarero.
-Pero, estás aquí, en un bar, sola. Quieres una distracción que no puedes darte a ti misma. Quieres adormecer el dolor u olvidarlo con alcohol o compañía -dijo.
Di un sorbo y aparté la mirada de él. Maldición, tenía toda la razón.
-Tienes razón admití, aferrándome al vaso-. Gracias por la bebida, por cierto.
Me hizo un saludo con dos dedos y tomó un trago de su cerveza.
Entonces, ¿quieres hablar o quieres compañía para beber? O puedo simplemente largarme.
35- Compañero de bebida–2
–No–negué con la cabeza. Necesitaba una distracción-. Te daré la versión corta. Mi ex tipo encontró a su pareja, ni siquiera tuvo la decencia de enviarme un mensaje. Su pareja, por supuesto, es increíblemente hermosa, y su hijo, su hijo, no sé, aparentemente es un lobo bendecido.
Abrió la boca y luego la cerró.
Los lobos bendecidos no obtienen sus dones hasta los dieciocho. ¿Cuántos años tiene este ex tuyo? -Me miró
como si me viera por primera vez..
-Casi treinta, su pareja parece tener veintitantos. Dudo que su hijo tenga dieciocho – crucé los brazos.
Hizo una pausa por un momento.
-¿Quién es tu ex?
-Ex tipolo corregi.
-Lo siento me dio una pequeña sonrisa. ¿Quién es tu ex tipo?
-No importa realmente–suspiré, tomando otro trago–.Y, no importa que haya encontrado a su pareja dije y agité la mano.
Pero, si importa para ti–Levantó una ceja, dejando su bebida sobre la barra. Su brazo rozó el mío y el
contacto se sintió agradable.
Sí, por muchas razones. Me duele malditamente, pero no puedo enfadarme.
Puedes estarlo dijo y sus ojos verdes estaban fijos en los míos–Al menos por no habértelo dicho.
-Tienes razón, pero lo que pasa es que no quiero estar enfadada.
-Nadie quiere, pero la ira ayuda a lograr cosas -dijo. Había una chispa en sus ojos y le sonreí, acercándome
donde su brazo descansaba en la barra, deseando un poco de su cálido contacto.
No estoy tratando de lograr nada. Además de lamentarme, supongo.
Incliné mi vaso hacia adelante.
Pero, ya no tienes que hacerlo sola – Encogió los hombros. Lamentarse, paso uno completado, encontrar un compañero de bebida. Eso has logrado.
Levantó su vaso hacia el mio y choqué el mio contra el suyo.
-¿De dónde eres, Rachel?-preguntó,
-Crescent Moon. Ahora vivo en Italia, en Milán.
-Qué elegante silbó-. Para ambos.
Estábamos en un bar de hombres lobo, técnicamente fuera de los limites de la ciudad. No quería lidiar con humanos hoy ni con nadie que no entendiera las complejidades del vinculo de pareja, o la falta de él. Supongo que buscaba a alguien con quien hablar, alguien que no me conociera y no me juzgara, alguien con quien estar para sentirme deseada y necesitada, todo lo que no sentía esta noche.
-¿Y, tú?-pregunté.
Originalmente de Red Stone -respondió. No muy lejos de aquí, pero tampoco cerca-. ¿Quieres ir a una mesa? En algún lugar más tranquilo para lamentarnos -me empujó.
– Claro.
De hecho, disfrutaba de su compañía. Después de esa horrible frase de conquista, las cosas solo mejoraron.
-Luego podemos planear la desaparición de tu ex–Me guiñó un ojo.
Resoplé.
Realmente dudo que puedas derrotarlo. Es intocable.
Para todos, excepto para su hermosa pareja con unos ojos tan preciosos que perseguirían mis sueños.
Porme a prueba -Puso su mano en mi espalda baja y me llevó a un rincón.
36 Compañero de bebida–3
36 Compañero de bebida–3
(Rachel)
Mis ojos se abrieron contra mi voluntad. Tenla que descubrir de dónde venia ese golpeteo sordo. La luz gris se filtraba por las cortinas en una habitación que no reconocla. El golpetro sordo estaba dentro de mi. Era yo,
La confusión me ayudó a salir de la niebla por un momento,
Todo olía a alcohol y, oh Diosa, a sexo. Tenia un sabor a algodón en la boca y los recuerdos volvieron arrastrándose. Algunos recuerdos, al menos. Habla mucho que no podia reconstruir y los recuerdos que tenía eran
borrosos.
Lo último que recordaba era reir con Caden, sus brazos rodeándome afuera del bar, y mi lápiz labial manchado
en su rostro.
Me di la vuelta, gimiendo contra el latido que me recordaba todas mis malas decisiones. No estaba en la cama junto a mí.
Examiné mi entorno, paredes y pisos claros, con aspecto de cabaña. El borde de una alfombra gruesa, pero no pude levantar la cabeza para ver qué tan grande era, ni me importaba. No podía decir si esto era un hotel o su casa. Necesitaba encontrar mi ropa y mi teléfono y descubrir dónde estaba.
Me levanté a regañadientes, recogiendo las prendas de ropa que encontraba esparcidas por la habitación. Tuve que apoyarme varias veces, ya que agacharme me mareaba. Afortunadamente, mi teléfono estaba en el bolsillo del pantalón que llevaba puesto. Aparte de algunos mensajes borrachos a amigos describiendo a Caden y lo que quería hacerle, no hice nada más comprometedor.
Tomé una ducha rápida que ayudó un poco con el cansancio y me puse de nuevo la ropa que olía a cerveza rancia. No podía esperar para llegar a casa con ropa limpia y meterme en mi cama. Esperaba no estar muy lejos de mi refugio.
Hola, bella durmiente Caden entró en la habitación mientras me quitaba la toalla del pelo. Salté por alguna razón, no esperaba volver a verlo-. Traje café–dijo y me entregó una taza y asentí en agradecimiento sin decir nada.
-¿Cómo está la cabeza? -preguntó con una sonrisa y yo gemí mientras bebía de la taza.
-¿Cómo no estás muerto? -pregunté.
Encogió los hombros, cruzando los brazos, sus músculos se tensaron y tuve algunos flashbacks de la noche. anterior que hicieron que algo se asentara profundamente en mi estómago.
-¿Dónde estamos? -pregunté-. Creo que necesito echarme una siesta.
-Mi cama está abierta para ti en cualquier momento del día o de la noche – levantó una ceja, su voz baja. Tragué saliva.
-Gracias por la oferta, pero creo que necesito morir en paz.
También sentía que debía disculparme por la noche anterior con Caspien y su pareja. Independientemente de lo que fuéramos, él seguía siendo mi Alfa y no quería estar en malos términos ni que su pareja malinterpretara mis intenciones.
-De acuerdo, puedo llevarte en coche -Me ayudó a levantarme de la cama.
-Puedo tomar un taxi. Está bien–lo descarté. No creía que pudiera forzar una conversación.
-Entonces lo organizaré yo -Sacó su teléfono y me guió afuera de lo que ahora asumía que era su habitación.
Se abrió a un amplio pasillo y lo seguí por una gran escalera abierta. Esto no era solo su casa, parecía más bien
+25 Purs
36- Compañero de bebida–3
un almacén.
-Beta un omega asintió hacia él mientras descendiamos las escaleras.
-¿Beta?-le pregunté, frunciendo el ceño. Traté de recordar si él mencionó eso anoche. ¿Era algo que se suponía que debía saber?
Encogió los hombros.
-Nada comparado con tu ex alfa, pero… -Sus labios se curvaron en una media sonrisa juguetona.
-¿Qué? -me detuve.
Alpha Dracos, quiero decir, vaya complejo. Casi no pude convencerme de dormir contigo. No quería que nos compararas dijo y me dio un codazo-. Estoy bromeando, por supuesto. Desde el momento en que te vi, tet
deseé.
–
No pude prestar atención a lo que decía después de mencionar a Caspien. No recordaba haber mencionado de quién estaba molesta, pero nuevamente, había grandes lagunas que no recordaba. Me froté la cara, frustrada con nadie más que yo misma.
-¿Dónde estamos? – pregunté.
-Black Stone. No muy lejos–guiñó un ojo-. Siéntete libre de volver cuando quieras.
Lo pensaré.
Traté de darle una sonrisa, pero aún intentaba procesar todo con un fuerte dolor de cabeza.
Afortunadamente, un taxi ya esperaba afuera del almacén.
Bueno, gracias por todo Le entregué mi taza de café y él me abrazó.
Siempre, Rachel. El taxi está pagado dijo y me abrió la puerta.
Apoyé mi cabeza hacia atrás, aturdida por la noche anterior y esta mañana.
Me arrastré hasta mi apartamento en la casa de la manada y bebí más agua de la que había bebido en toda mi
vida antes de caer rendido en la cama.
Cuando me desperté, me sentía mucho mejor, excepto por una profunda sensación de vergüenza que no podía ubicar del todo. Me preparé y, a regañadientes, contacté a Caspien, preguntándole si podía hablar con él y su pareja. Él me dijo que nos encontraríamos en su oficina, así que sali, deseando dejar esto atrás.
Tomé el ascensor de la manada, tuve que obtener autorización de su secretaria antes de que me permitieran subir, luego tuve que pasar por su seguridad personal y otra secretaria antes de poder entrar al pasillo de su oficina. Era tan extraño. Estaba acostumbrado a usar su ascensor privado que se abría justo al otro lado del piso. Me sentía como un completo extraño, un m*****o regular de la manada, supongo.
Mantuve la cabeza en alto mientras me acercaba a la puerta de su oficina. Estaba entreabierta y sonaba enfadado.
Tal vez este no era un buen momento.
-¿Cómo diablos se enteró el Alfa Jasper de que Emmett es un lobo bendecido? -Gruñó, las paredes de su
oficina temblaron y mi estómago se apretó de miedo. Nunca lo había oído tan enfadado.
-Nadie fuera de nosotros lo sabía, y acabamos de descubrirlo. ¿Lo sabrian tus padres? -Escuché que Holden
preguntaba.
-¿Por qué diablos lo sabrían? – Caspien respondió. Black Stone odia a mi padre, y el sentimiento es mutuo, y los padres de Willa no tendrían vínculos con ellos a menos que se les escapara algo.
-No que yo sepa – Escuché una voz que debía ser la de su pareja, de Willa-. Ni siquiera le han dicho a nadie de nuestra manada dónde estoy ahora. Dudo que llamaran a todos los que conocían sobre Emmett.
Su voz se quebró.
-Entonces, ¿cómo diablos se enteraron? Quiero que revisen todas las grabaciones de esta casa de la manada. Nadie sale hasta que descubramos quién nos está espiando. Definitivamente tenemos un infiltrado. Es la única
opción.
Black Stone. Caden. Mierda.
Me sentí nauseabunda, y ya no era por la resaca. Sentía la cabeza caliente y un sudor frío me recorría el cuerpo. Respiré profundamente y cerré los ojos antes de abrir la puerta.
-Um, en realidad, eso podría haber sido culpa mía–dije, mirando mis pies.
Cuando levanté la vista, cinco pares de ojos se volvieron hacia mí, y los ojos de Caspien se volvieron completamente negros. La ira emanaba de él, toda dirigida hacia mí.
2
Comentarios
Los Lectores también disfrutaron
Hasta que te encontré
Hasta que te
O 1.6K
678
H
Votar
Etiquetas family HE journalists drama bxg brilliant
campus
friends with benefits
Sorteo Afortunado >