Chapter 17
17–Orientación
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(Willa)
-Buenas noches–se despidió y rozó sus labios en mis nudillos.
Tuve que forzarme a girar y trastabillar con las llaves. Senti su presencia detrás de mí mientras finalmente desbloqueaba la puerta y me volvía hacia él. No tenía nada más que decir. En realidad, tenía mucho que decir, pero nada que tuviera sentido. Mi cerebro era un revoltijo.
Buenas noches, Caspien–susurré, cerrando la puerta.
Me apoyé contra ella, dejando que la frescura calmara el calor que recorría mi cuerpo.
-¿Cómo estuvo? -preguntó Cali. Salté, mi corazón golpeando contra mi pecho.
-¿Cómo lo supiste?
Se encogió de hombros.
He estado esperando, volviste temprano.
Honestamente, no sabía qué hora era.
-¿Se durmieron bien?
Realmente, bueno, en realidad, creo que estaban tan llenos que se cansaron.
-Asombroso, gracias.
No me agradezcas, solo cuéntame todo–dijo.
-Déjame quitarme este vestido primero -gemí.
Me apresuré a cambiarme y me uní a ella en el sofá, donde quería cada maldito detalle.
A la tarde siguiente, dejamos a los niños en su casa, donde la niñera los cuidaba. Estaba nerviosa por nuestro primer día, aunque solo fuera orientación. Cali decidió seguir el camino empresarial, diciendo que sería lo suficientemente fácil y que podría conseguir algún trabajo que detestara, pero que pagara mejor que el
restaurante.
Elegí clases básicas de química, psicología y economía, sin tener idea de lo que quería hacer. Sabía que se me daba bien la química y me gustaba la ciencia en la escuela secundaria. La psicología y la economía eran nuevas, pero parecían apuestas seguras.
-En camino a nuestra nueva carrera. Espero que valga la pena dijo Cali y levantó su vaso de Coca–Cola en un
brindis simulado.
Después fuimos a almorzar para calmar nuestros nervios. Era mucho para ambas, no solo el dinero, sino el compromiso de comenzar algo del cual podríamos no ver resultados durante años. Estaba contenta de tenerla a mi lado para hacerlo juntas.
Lo será. Ya lo es–le sonreí, tratando de convencerme a mi misma tanto como a ella.
Mi teléfono vibró y vi la cara de mi mamá en la pantalla.
-¿Te importa si contesto? Es mi mamá–levanté el teléfono.
-Adelante dijo y me hizo un gesto con la mano-. Estaré aquí lamentándome y reflexionando sobre todas las decisiones de vida que me llevaron hasta este punto.
Sacudí la cabeza. Era tan malditamente dramática.
-¡Mamá, hola! -Contesté lo más rápido que pude. Habíamos estado enviándonos mensajes, muchos de hecho, pero quería darles espacio para instalarse de nuevo, y sabía que su servicio era malo cuando estaban moviendo
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cosas de la cabaña y haciendo una limpieza final.
-¡Hola, cariño! ¿Cómo están? Los extrañamos mucho a los dos saludó ella.
-Genial, en realidad. Acabo de tener la orientación y he ganado lo suficiente para pagar la primera cuota de mis clases dije emocionada
Tenía que recordar que hace un mes no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Sin trabajo, sin apartamento, sin
rumbo. Era fácil restar importancia a mis logros o minimizar lo que estaba haciendo, trabajando en un restaurante y yendo a la universidad comunitaria, pero en realidad era algo muy importante.
Oh, Willa, eso es increíble ¿Te gustó? ¿Crees que estarás contenta con las clases que elegiste?
SI, sinceramente, los profesores parecían increíbles y estoy realmente emocionada por volver a la
escuela.
Siempre fuiste buena en eso.
En la mayoría de las materias
admiti ¿Cómo está todo alla? ¿Ya se han instalado de nuevo?
La casa no estaba mal, en realidad Los padres de Lola, benditos sean, vinieron y la limpiaron a fondo antes de que volviéramos Solo estamos desempacando y acomodándonos. Es posible que nos deshagamos de muchas cosas. No me di cuenta de que teníamos tantas cosas Creo que vamos a adoptar un enfoque más minimalista
respondi y realmente lo estaba, al menos parecía feliz.
Se rio.
Qué bien, me alegra escucharlo
¿Quieres algo? Podemos traértelo o enviártelo. Hay muchas prendas y vestidos, y algunos libros de texto
antiquos.
vacío
Tal vez algunas prendas, pero no quiero ver ninguno de esos vestidos de nuevo–Traté de reír, pero sonó
Hubo una larga pausa antes de que preguntara. Tenía que saberlo
¿Y qué pasa con todo lo demás?
Cariño, realmente quieres saberlo?
Si respondi convencida
Tienen un hijo Hizo una pausa como si eso me hiciera caer en picada, y hace unos años, incluso meses, podría haber sido así No lo he visto por aquí. Eché un vistazo a Nolan, o, mejor dicho, al Alfa Nolanse corrigió a si misma, pero su nombre salió con dureza
Parecia sorprendido de verme, pero no hablamos, como si tuviera algo que decir–dijo con tanta malicia, pero luego suavizó su tono No hemos preguntado mucho sobre él ni sobre la chica. No quiero saber.
Pero vives alli de nuevo, ellos son tu Alfa y Luna–dije y todavia me costaba decirlo, fue la primera vez que la
reconocí como Luna
-Lo sé, veremos cómo va. Es diferente aquí, sin ti. No volvimos a la misma manada de la que nos fuimos –
admitió
vacía.
Bueno, tal vez haya otro apartamento disponible en mi edificio–intenté hacer una broma, pero sonó
-Mantendremos nuestras opciones abiertas–dijo y pude escuchar la sonrisa en su voz-. Le diré a papá que saludas. Está revisando el auto ahora Avisanos cuándo seria un buen momento para visitar.
-Eres bienvenida en cualquier momento
–Gracias, cariño Los queremos a ambos
También los quiero, mamá
Colgue el teléfono y lo sostuve contra mi pecho, esperando que comenzara el dolor sordo
Me sorprendió cuando no lo hizo. Aunque hablar con mi mamá lo hizo todo real. Ya sabia que Camilla era Luna,
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pero el hecho de que tuvieran un hijo también, no me dolió tanto como pensé que lo harfa. En realidad, apenas me afectó. Aún me enfurecía que pudieran seguir adelante como si no hubieran arruinado todo para mí. Pero no era la rabia devoradora a la que estaba acostumbrada.
No me quitaron todo. Tenía a Emmett, tenía una vida que estaba construyendo para mí, tenía una nueva amiga increíble y tenía a Caspien. Quizás esta siempre fue la vida que se suponía que debía llevar. De cualquier manera, era
obvio que no habría sido feliz como La Luna de Blue Ridge, incluso si Nolan no dejara de importarle.
-Joder Cali se dejó caer sobre el mostrador que estaba limpiando en el trabajo.
-No esperaba escuchar esa palabra de tu boca –me reí-. ¿Qué pasa?
-Acaban de hacer el primer pago de las clases de verano. Quiero decir, es una universidad comunitaria, ¿qué están cobrando? – Ella sacudió la cabeza.
-¿El edificio? ¿Los profesores? -dije encogiéndome de hombros y soltando un sonoro suspiro.
Tenía que asegurarme de que el pago se hubiera realizado. Escancé el restaurante, estábamos tranquilos. El ajetreo del almuerzo acababa de terminar y nuestro gerente generalmente se escondía en la oficina, si es que aparecía. Apreciaba que nos dejaran hacerlo y tenía la sensación de que Cali era como una supervisora sin aumento. de sueldo.
-Espero que valga la pena -se quejó ella.
-Yo también estuve de acuerdo. Al menos podríamos adaptarnos poco a poco, pero si por alguna razón esto no funcionaba, no tenía ni idea de cuál sería mi plan de respaldo.
Las carreras están sobrevaloradas–dijo Cali apartándose del mostrador.
-¿Cómo lo sabes? -bromeé.
Cuestan demasiado obtenerlas–dijo y sus ojos avellana se encontraron con los míos con una mirada
aburrida.
En eso podía estar de acuerdo.
Abrí la aplicación bancaria en mi teléfono y me preparé para el impacto, esperando tener suficiente dinero para cubrir mis facturas. Sabía cuánto era mi alquiler, pero aún no había recibido la factura del agua o la electricidad. Eso me asustaba, no saberlo ni poder planificarlo todo. Esperaba que al final de las clases de verano pudiera ahorrar un poco, incluso unos cientos de dólares, como colchón. Fruncí el ceño, actualicé mi aplicación bancaria y luego lo hice
de nuevo.
-¿Qué pasa? -preguntó Cali.
No me han cobrado el dinero lo actualicé de nuevo-. ¿Cuándo te lo cobraron a ti?
Creo que esta mañana. Lo acabo de comprobar en la cocina dijo y me miró. Seguro que se hará
efectivo.
-¿Y si lo hice mal? -Empecé a ponerme nerviosa-. Déjame llamarlos rápidamente, ¿puedes vigilar mi sección mientras tanto?
Asintió, jugando con un rizo rubí alrededor de su dedo. Pasé por la cocina hacia el callejón y busqué el número.
-¿Hola? Llamo por mi pago de las clases. No se ha realizado hoy y quiero asegurarme de que tengan mis datos bancarios correctos en su sistema -digo apenas contestan.
Era la primera vez que tenía una cuenta bancaria que no estaba vinculada a mis padres. Los números de ruta y
cuenta me confundían.
La mujer al otro lado del teléfono me pidió mis datos.
-Wilhelmina Balfour, déjame verificar – La escuché teclear en segundo plano. No dejó de hacerlo durante unos
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momentos. Su pago ha sido recibido.
-¿De verdad? -suspiré aliviada y volví a abrir mi aplicación bancaria. Nada había cambiado-. Lo siento,
señora, todavía no se ha descontado de mi cuenta.
-Debería aparecer como una transacción pendiente.
–
-No hay ninguna dije y sabía que sonaba desesperada.
Más tecleo, tenía que asegurarme. Sentía que debía haber hecho algo mal.
-Fue pagado ayer, señorita Balfour confirmó ella.
Eso no tenía sentido.
-¿Cómo?
No puedo compartir ningún detalle bancario….
-¿Hay un nombre?
-Uh, Grupo Dracos. No puedo compartir nada más que el nombre…
Gracias
Colgué y apreté mi teléfono.
Willa–Cali salió-. ¿Lo descubriste?
Caspien lo pagó–dije sin emoción. No sabía cómo me sentía, pero no me gustaba.
-Vaya–silbó–¿Quiere pagar también mis deudas? -Sus ojos estaban abiertos de par en par.
Negué con la cabeza.
-No me gusta. No quería que hiciera eso. ¿Por qué lo hizo? -Me volví hacia ella.
-Está encaprichado – respondió.
No dijo nada al respecto cuando estuvo aquí antes. Dijeron que fue pagado ayer.
No quería que pensara que no podía cuidar de mí misma o que tenía que venir a salvarme. Quería una relación en la que fuéramos iguales, y esto me molestaba.
-Apuesto a que intentaba hacer algo amable. Ojalá alguien hiciera eso por mí–suspiro Cali.
Entiendo que intentaba ser amable. Fue un gesto amable, pero no lo quería.
-No me siento bien al respecto. No quiero su dinero. Siento como si… no sé… como si tuviera algo en mi
contra.
-Entonces ve a hablar con él -dijo cruzando los brazos.
-No está aquí.
Ella rodó los ojos.
-Tienes su tarjeta de negocios. Supongo que la guardaste cerca -Me miró fijamente-. Ve a su oficina.
No hemos terminado con el trabajo dije, y además no podía imaginar entrar en su elegante oficina con este
delantal rosa.
Casi hemos terminado. Yo me encargo. Solo cobra ahora y yo haré el resto. Tal vez deja el delantal -Me miró de arriba abajo. Ven a mi casa después para recoger a Emmett.
-De acuerdo – Me levanté.
Ella me empujó de vuelta hacia la cocina antes de que pudiera pensar en todas las razones por las que era una
Inala idea.