Chapter Capítulo 33
Capitulo 33
Elia se sentia mal, como si tuviera un nuda en la garganta que la hacia sentir asfixiada, incluso le cost Les habla explicado a los nifios que no tenfan un papa. Les habfa dicho que los habla tenido ella sola Siempre pensé que los nifios eran demasiado pequefios para entender y que creerian lo que ella dec Pero nunca imagino que los nifios afiorban a su padre en secreto e incluso se unieron para buscarlo.
Esa era la razén por la que habian ido a Grupo Griera.
Elia no podfa culparlos, ni tampoco queria hacerlo.
Era su problema, ella era quien habla privado a sus cuatro hijos del amor paternal desde que eran pe Pero cada vez
que pensaba en el hombre que habfa irrumpido en su vida hace cinco aos, Elia se llenaba de iray o También queria ajustar cuentas con ese hombre, pero ;dénde podria encontrarlo?
Cuando vio a Asier, también not¢ ciertas similitudes entre él y Abel y Joel. Los ojos y la actitud de Ab Pero el padre de los nifios no podia ser él.
El era el presidente de Grupo Griem, siempre en lugares lujosos y en el mundo de los negocios. ;Cor Ese hombre habia caido de un helicoptero y estaba herido por todas partes.
Elia sospechaba que ese hombre podria ser un criminal o un soldado.
Asier, por otro lado, era solo un hombre de negocios y no podia haberse herido en combate aéreo y ella.
Que Abel y Joel se parecieran a él podria ser solo una coincidencia.
Elia sonri6 con ternura, acariciando suavemente la cabeza de Joel, y bajo su mirada expectante, le dij Joel sollozé, bajo la cabeza y las lagrimas brotaron de sus ojos infantiles, llenos de desilusion. Result: Estaba muy triste.
Abel no habia llorado antes, pero cuando escuchd a Elia decir que Asier no era su papd, sus 0jos se [ Abel era el mayor, normalmente el mas sensato, y rara vez lloraba, pero ahora no podia contenerse.
La busqueda de su padre fue algo que organizé con sus hermanos, incluso habia buscado mucha inf Pero al escuchar a Elia negarlo, la creencia de Abel se derrumbé en un instante.
Elia se giré y vio a Abel llorando, se asusté y le pregunté con cuidado: "Abel, ;qué te pasa?”
“Nada!” dijo Abel, salié del abrazo de su madre, se metié en su habitacién y cerré la puerta.
En el momento en que cerré la puerta, las lagrimas brotaron de sus ojos, incluso
empez6 a sollozar, pero se contuvo y no dejo que se escuchara su llanto.
El comportamiento de Abel no era normal y preocupaba mucho a Elia. Jimena también noté que alg Elia negé con la cabeza, indicando que no era necesario, Abel siempre habia sido un nifo sensato, ir hacia la habitacion seguramente significaba que no queria que nadie lo viera llorar.