Chapter Capítulo 54
Capítulo 54
Anastasia estaba sin palabras. –¿Este hombre está supervisando mi trabajo? Olvidalo, iserá
mejor que termine el trabajo! Después de todo, debo ganar el bono de fin de año».
En ese momento, Franco había llevado a Erica a recoger a Alejandro y estaban cenando en un restaurante. Érica miró a Alejand
ro bajo la luz y sintió celos surgiendo en su corazón. Con que hombre Anastasia dio a luz a este niño? Cuando crezca, se verá
asombrosamente atractivo. Si este pequeño se casa con una mujer rica en el futuro, Anastasia no estará corta de dinero.
– Papá, ihay que llevar a Alejandro a un área de juegos cerca después de cenar! Es divertido ahí – sugirió Érica.
Ya que Franco era un hombre viejo, el divertirse no le venía naturalmente como a los jóvenes. No obstante, también quería lleva
r al pequeño a un área de juegos. –De acuerdo, llevaremos a Alejandro al área de juegos más tarde. –Asintió con la cabeza.
–Come más, Alejandro.–Franco miró a su nieto con amor en sus ojos.
CO
O amort
Al ver esto, se sintió resentida en secreto. Seguramente, el arma de Anastasia para ganar el corazón de mi padre era este pequ
eño diablillo. Franco siempre había querido un niño, pero Noemi no puedo dar a luz a más. Ahora que Anastasia había dado a lu
z a uno, Franco estaba rebosante de alegría. Por lo tanto, i Erica estaba segura que Anastasia deliberadamente dio a luz a un ni
ño y volvió para robarle todos los bienes familiares! Entre más lo miraba, más disgustada estaba. Deseo que fuera secuestrado
por unos hombres de inmediato, y que nunca apareciera en su casa jamás en esta vida. Después de haber terminado de comer,
manejaron y trataron de encontrar un estacionamiento cerca del aérea de juegos. Ya que los estacionamientos disponibles esta
ban lejos, Franco tenia temor de caminar mucho, así que les pidió que se bajaran primero en la entrada del área de juegos.
Esto encajó en el plan malicioso de Erica, así que rápidamente le dijo al niño. —
Ven, Alejandro. Nos bajaremos primero. iTu abuelo tiene que estacionarse muy lejos!
—Sé un buen niño y ve con tu tía primero, Alejandro. – Franco le dijo amablemente al niño.
Alejandro asintió con la cabeza de forma obediente antes de seguir a Érica fuera del auto. Mientras Érica miraba al auto de su p
adre irse, se burló en su corazón, y un brillo malicioso cruzó en sus ojos. Miró friamente al niño a su lado, sintió tanto odio por él
como el que tenia por Anastasia..
–Hay unos bocadillos deliciosa ahí. ¡Vamos a comprar algunos primero! –Érica no iba a llevarlo
al área de juegos porque habría personal que lo cuidaría. De lo contrario, ella queria llevarlo a una calle muy concurrida donde a
nadie le importaria.
El pequeño no tenía otra opción más que seguirla. Cuando Érica vio la multitud caótica, le dijo a Alejandro. –
Espérame aquí, y no te vayas corriendo! Compraré un poco de fruta.
– Esta bien! ––Asintió con la cabeza el pequeño.
–Tienes un reloj inteligente?
:-No. – Negó con la cabeza el pequeñin.
De inmediato, Érica se alegró en secrelo. Si un niño tan pequeño se perdía, seria terriblemente dificil encontrarlo. Además, habí
a muchas personas aquí, podría haber traficantes de niños al acecho. Por lo tanto, Érica dejó al pequeño y se fue. Diez minutos
después, Erica volvió a la entrada del área de juegos a esperar a su padre. Alejandro esperó en el mismo lugar por mucho tiemp
o, pero no miró a Erica volver. Tan pronto levantó la vista, miró una gran multitud de personas a su alrededor. Aún era un niño p
equeño y para nada podía saber dónde estaba. Al pestañar sus
grandes ojos, sintió una mala premonición en su corazón mientras sentía que se había perdido. De hecho, ni siquiera sabia dón
de buscar a su abuelo.
No obstante, no entró en pánico ni lloró. Simplemente caminó a una tienda y le dijo al empleado de adentro. –
Disculpe, me perdí y no puedo encontrar a mi familia. ¿Me prestaria su teléfono para llamar a mi mami?
—¿Estás perdido, pequeñin? Está bien, aquí tienes – El empleado rápidamente le dio su teléfono.
Alejandro marcó el número
de su madre y sono del otro lado, pero no hubo respuesta. Hizo dos llamas seguidas, aun así, nadie respondió. No tenía el núme
—¿Tu mamá contestó el teléfono, pequeñin?
Alejandro negó con la cabeza, así que el empleado le dijo: ––
Bueno, puedes esperar un rato antes de llamar otra vez. No te preocupes, soy una buena persona. Te cuidaré.
El pequeño asintió de inmediato y decidió llamar después luego.
Mientras tanto Franco, se apresuró a la entrada del área de juegos luego de estacionar el auto, pero tan pronto llego, miró a su h
Papá, algo malo paso, iperdi a Alejandro! Lo llevé a comprar un poco de helado, pero salió corriendo y no pude encontrarlo...