Chapter Capítulo 71
Capítulo 71
En la Botica de Hierbas.
Adrián se habia pasado todo el dia sin parar, sin permitirse un minuto de descanso.
Begoña estaba echada en la cama, tan delgada que solo parecia piel y hueso, el cuarto estaba lleno de un olor nauseabundo mezclado con el aroma de las hierbas medicinales, “Deja de trabajar tanto, mi cuerpo ya está asi, no va a mejorar.
Cada dia que vivo es un dia más que te peso, hijo. Lo único que deseo es que puedas estudiar, para que puedas aliviarle la carga a tu padre en el futuro.”
Adrián vació la palangana y regresó al cuarto, donde sobre un escritorio desvencijado brillaba la pantalla de una computadora, mostrando el código que estaba programando para un concurso. Si ganaba el premio, podrían tener una oportunidad de pagar el tratamiento.
Sin decir palabra, Adrian dejó la palangana, se lavó las manos en la canilla de la entrada y volvió a sentarse junto a la computadora, “Si te sientes mal llámame. Tú descansa.”
Begoña sabia que su hijo era demasiado bueno y responsable, asi que odiaba el hecho de seguir viva, siendo una carga para ellos.
Adrián habia comenzado desde cero con la informática, pero su verdadero deseo era estudiar medicina para salvar a su madre.
Pero pronto descubrió que, por mucho que se esforzara, estudiar medicina no le permitiria ganar dinero rápidamente: solo aumentaria la carga para su familia.
Estudiar medicina llevaba mucho tiempo y sin otra opción, eligió la carrera de informática.
Al final sus sueños se vieron superados por la cruda realidad.
Cuando dieron las dos y media de la madrugada, Adrián, luchando contra el sueño, guardó el código que habia estado programando.
Habia ahorrado durante seis meses para comprar esa computadora, su primera máquina, de segunda mano y ensamblada por él mismo, no muy cara. Además de eso, tenia que mantener los gastos del hogar, algo que se habia prolongado hasta ahora.
Habla agotado el dinero de la beca de la Universidad Capital tratando de salvar a Begoña de su enfermedad y sin poder pagar los costosos tratamientos médicos, tuvieron que mudarse de vuelta.
El viernes anterior, después de celebrar el cumpleaños de Violeta, el padre de Adrián, con el corazón roto, tramitó el alta hospitalaria de su esposa; no tenian dinero y la medicación que podian permitirse apenas era suficiente para mantenerla con vida, no había otra opción.
Algunas personas nacen en cunas de oro, sin preocupaciones por el dinero.
Pero otras, por dinero o por la vida misma, deben luchar toda su existencia.
Esa semana fue la más larga y angustiosa que Violeta había vivido nunca.
Adrián la trataba como si fuera invisible, siempre ocupado, sin siquiera tener tiempo para saludarla.
Pero parecia tener tiempo para reir y charlar con Valentina.
11:36
Citus 71
El viernes después de clases.
Violeta observó desde lejos como Valentina subia al autobús con Adrián.
Distraida en sus pensamientos, un lujoso coche negro se acercó lentamente. Violeta se detuvo y la ventana se bajó, revelando un rostro maduro y serio. “¡Sube al auto!”
¿Maurino realmente había venido a buscarla?
Violeta habia pensado que se olvidaria.
Se sentó en el coche y dijo. “Hermano“, se abrazó a su mochila y claramente deprimida, no volvió a hablar.
Ella no era buena ocultando sus emociones: siempre se le notaba todo en la cara.
Mientras el auto se alejaba, Maurino tomo su mano, que descansaba sobre su regazo, “¿Qué pasa? ¿Estás triste?
¿Te han molestado en la escuela?”
Violeta no se atrevia a mencionar a Adrian frente a él asi que se acercó a Maurino, se movió a su lado y se aferró a su brazo, apoyándose en su hombro. “Solo estoy triste.”
Él sonrió levemente, “Piensa en lo que quieres cenar esta noche. ¿Qué tal camarones? ¿0 pescado a la veracruzana?”