Renaciendo como la esposa del PADRE DE MI MARIDO

Chapter CAPÍTULO 10



CAPÍTULO 10

LAYA, SOY YO.

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Zahida estaba al borde del colapso cuando el Emir quiso besarla, y aunque toda la química de su cuerpo se

disparó, ellos fueron interrumpidos por el llanto del bebé que los hizo despegar de inmediato.

—Lo siento… –Ham asintió, observando cada paso de ella, y notando como corría a atender a Omar con

una delicadeza extrema.

Notó la sonrisa en su boca, y como acarició a su hijo, para mecerlo en sus brazos.

-Ya está estoy aquí. -Hakim frunció-su ceño levemente y se acercó a ella con sutileza.

-Hoy ya estarás cansada, pero te daré unos días para recuperarte… quiero hacer una cena en tu honor…. Zahida lo miró mientras su corazón palpitaba con fuerza y asintió.

-Gracias…

El Emir miró a su hijo para acariciarlo, y luego tomó su boca en sus dedos. Se acercó lentamente para depositar un beso seco, y Zahida aspiró todo su aliento.

-Descansa… lo necesitas… -ella parpadeó lentamente, viendo cómo él salía de su habitación, y se preguntó por qué no compartían una, juntos.

-Emir… -Hakim se detuvo-. ¿Hay algún malentendido entre nosotros?

Hakim frunció el ceño.

-¿Por qué lo dices?

-¿Estamos en habitaciones separadas? -Hakim apretó la mandíbula.

-Es lo que decidiste cuando estabas en tu último mes… ¿Por qué lo preguntas ahora?

Zahida sacudió su cabeza.

-Lo recuerdo, solo que…

Y de alguna forma se frenó cuando esa mirada brillante la traspasó.

-Después de la cena, te instalarás de nuevo en mi habitación.

Zahida pasó un trago grande, ella quizás ni siquiera pensó en esto, pero asintió de forma sumisa de nuevo.

-Me alegra escucharlo…

-Una cosa más, Rania…

-Sí, señor…

Y él negó.

-Ni señor, ni mucho menos Emir cuando estamos en privado… sabes que no me gusta…

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Por primera vez en muchísimo tiempo, Zahida sonrió ampliamente, mientras sintió que su corazón ardía.

Este hombre era fabuloso.

-Gracias…

Hakim solo frunció su boca, y ella parpadeó después de muchos segundos después que vio la puerta

cerrarse.

-Esto es irreal… -Zahida se agitó y llamó a alguna criada, que le ayudó a atender a su bebé y alimentarlo, y luego tomó la mano de su criada que casi saltó ante su toque-. No tengas miedo…

La criada asintió.

-Necesito que busques a Laya….. una criada de una de las esposas del príncipe Samir… dile que es urgente

que venga a este lugar…

-¿Laya?-Zahida asintió.

-Si… Laya…

-Llamaré a alguien más para que atienda al bebé… -Y Zahida negó.

-No me quedaré con él, apresúrate…

La mujer se retiró de la habitación y después de que alimentó a su bebé, Zahida caminó un poco, para

detenerse frente al espejo.

Era cierto, era muy bella, y ahora estaba entendiendo de que Alá le estaba dando una nueva oportunidad, y que estaba de lado de la cara de la moneda, más favorable para ella, y no supo por qué sonrió.

Fue después de más de una hora, cuando la criada entró, y Laya parecía demasiado asustada.

Zahida pasó un trago, y luego miró a su bebé.

-Retírese, déjenos solas…

-Pero señora, Rania…

-Hazlo ya… -Zahida sabía que ahora tenía la autoridad, y la criada bajó la cabeza cerrando las puertas, mientras miraba cómo Laya se tomaba las manos.

La conocía demasiado para saber que estaba muy asustada.

-Laya… la criada abrió los ojos pasando un trago y asintió.

-A sus órdenes…

-No quiero que te asustes, pero tengo que.decirte algo…

Laya parpadeó varias veces totalmente confundida.

-Estoy a sus órdenes… -volvió a decir, y Zahida se acercó tomándole de los hombros.

-Salté de aquel acantilado… -Laya la miró a los ojos un poco aterrados-. Ese día que escapé… salté…… no

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Pero Laya se apartó con los ojos nublados.

-Por favor, respete la memoria de mi señora…

Zahida apretó su boca.

-Soy yo Laya… Zabida…

Zahida

Laya la miró perpleja y totalmente pálida.

-Señora Rania… no sé qué…

-Mírame -Zahida la sacudió-. Tú me ayudaste ese día… estaban utilizando mi sangre y nadie en el palacio

lo sabía… me atendiste muchas veces… ¡Laya, soy yo!

Laya tembló un poco y negó.

-¿Cómo?

-No lo sé… solo recuerdo que Samir vino detrás de mi con los guardias… había un precipicio… yo salté……

Laya frunció el ceño con la respiración agitada, estaba abriendo la boca para decir algo, pero Zahida

continuó.

-Cuando volví a aspirar el aire, sentí un dolor muy profundo, y luego un bebé llorando….. la gente me llamaba

Rania, y solo me di cuenta de que era ella cuando me vi al espejo.

Laya cerró la boca, y negó.

-Esto es…

-Una locura, lo sé… vi a esta misma chica la noche de la elección… vi al rey elegirla…… pero fue esa misma

noche en que escapé. Laya tienes que creerme, puedo puedo contarte sobre nosotros, nuestra amistad … -Y Zahida se detuvo-. Espera. ¿Cuánto tiempo ha pasado?

Laya no salía de su trance, y ella asintió.

-Puedo creer que es usted, de lo contrario la señora Rania, nunca estuviera diciéndome esto…

Zahida soltó el aire y se sentó.

-Es demasiado pero, es…

-Es como una nueva oportunidad, mi señora… y aunque estoy aquí, pensando que es surreal, creo que es lo

mejor que pudo pasarle…

Zahida sonrió.

-He hablado con el Emir…

Laya puso sus manos en la boca.

-Es muy diferente Laya… él… -Laya se fue a su sitio a tomar sus manos y las beso.

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Algunas lágrimas cayeron de su mejilla, y se sentó en el suelo.

-¿Se da cuenta? ¿Se da cuenta de que después del rey usted es la persona con más poder en este lugar?

Zahida soltó el aliento y asintió.

-Lo sé, pero aun no entiendo la magnitud… me siento algo perdida….. y… tendré una cena especial con el

Emir en unos días… -Zahida negó—. Laya…… ningún hombre me ha tocado íntimamente nunca….. y tú lo sabes. Ahora, se supone que ya tengo un hijo, y esa cena…

Laya sonrió levantándose y negó.

-Los detalles puede solucionarlos después, hay mucho de qué hablar, y sobre todo debe saber quién era la verdadera Rania, pero ahora, solo debe prepararse mi señora… porque usted tendrá una noche especial con el rey… y vamos a prepararla para ello…

Zahida sonrió liberando el aire que estaba comprimido en su pecho, y sonrió hacia Laya.

Y aunque estaba extremadamente nerviosa, ella sintió el cosquilleo en su estómago, y sobre todo la

expectativa la embargó…

Por primera vez en su vida estaría con un hombre, y ese era el rey, y el padre de su antiguo marido…


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