Chapter Capítulo 381
Capítulo 381
Al mencionar a Leandro, el estado de Giselle se deterioraba.
Por su expresión, parecía haber sufrido un trauma psicológico considerable.
Incluso peor que Evrie.
Evrie reflexionó un momento y decidió consolarla de manera directa.
-Él murió. -dijo-. Ya no tienes que perderte en los recuerdos.
-Sí, él murió. -murmuró Giselle.
Ella sonrió brillantemente- Él murió, ahora soy libre, puedo hacer lo que quiera.
Evrie sonrió, preocupada por dejarla sola en la azotea.
-Ya es hora de cerrar, vamos, baja conmigo.
-Está bien.
Giselle asintió obedientemente y siguió a Evrie escaleras abajo.
No pasó mucho tiempo antes de que un ostentoso Maserati llegara al frente del edificio. La puerta se abrió y Félix salió del carro para recoger a Giselle después del trabajo.
Él realmente cuidaba a esta hermana suya.
Ya no frecuentaba los bares.
Tampoco salía con chicas.
Era como un hermano protector al extremo.
-Giselle, sube al carro.
Félix llamó con voz fuerte y despreocupada, como siempre.
Al verlo, Giselle sonrió con los ojos entrecerrados y lo llamó como de costumbre.
-Hermano.
Félix se acercó sonriente y de paso saludó a Evrie.
-Ah, Evrie, qué trabajadora eres, arreglando mis desastres y cuidando de mi hermana. Te estoy muy agradecido. ¿Por qué no vienes con nosotros? Mi hermana y yo te invitaremos a cenar.
Evrie rechazó cortésmente- No es necesario, sólo estoy cumpliendo con mis deberes, ya recibo un bono por ello, no hay por qué agradecer.
Félix solo alzó el pulgar aprobatoriamente.
-Eso es lo que hace a la diseñadora Evrie tan profesional que no hay palabras, mucho mejor que ese tal Valerio.
Al mencionar a Valerio, los ojos de Evrie se levantaron ligeramente.
-¿Qué le pasó?
-Oh, él está bastante mal últimamente. Su padre fue investigado, su casa fue confiscada, y ni siquiera se preocupa por su empresa de juegos electrónicos ni por su parque de atracciones. Cuando venía para acá, lo vi sentado solo en la orilla del río bebiendo.
Félix se quejó con tono de lástima- Fui a saludarlo y ¡me insultó, me dijo que me largara!
Al pensar en las noticias recientes, Evrie se sintió un poco desanimada.
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En su memoria, Valerio siempre había sido una persona alegre y despreocupada.
Un golpe así debía ser muy duro para él, ¿no?
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Capitulo 381
-Diseñadora Evrie, me llevaré a mi hermana a casa ahora, nos vemos mañana.
Después de unas cuantas quejas, Félix se detuvo y se llevó a Giselle al carro.
El Maserati se alejó con estilo.
Evrie se quedó pensativa en su lugar, sin dirigirse a la estación de metro.
Joan le había dicho que Farel estaría ocupado trabajando hasta tarde esa noche y que debía arreglárselas sola para la
cena.
Ella tomó un taxi y se dirigió directamente hacia la orilla del río.
Desde lejos vio a Valerio sentado allí, con la cabeza gacha y varias botellas de alcohol delante de él.
Su cabello había crecido, colgando desordenadamente en su frente, las puntas ligeramente rizadas ondeaban con el viento, sin nada del carisma habitual.
Parecía especialmente desolado.
Al sentir una mirada sobre él, Valerio giró la cabeza.
Al reconocer a la persona que se acercaba, entrecerró los ojos y sonrió.
-¡Evi! ¿Qué haces aquí, Farel te ha maltratado?
Evrie se acercó y se sentó frente a él.
-¿Has bebido mucho?
-Ni hablar. -negó Valerio con la lengua pesada- Solo he bebido dos botellas y media, tengo la mente muy clara, si Farel te ha molestado, puedo defenderte ahora mismo.
-Él no me ha molestado, he venido a buscarte especialmente. -Evrie miró el cielo oscurecido y picó a Valerio–Está haciendo viento, hace mucho frío aquí, mejor llamo un taxi para llevarte a casa.
-¿lr a casa?
Valerio se rio con mordacidad- No tengo casa, ¿de dónde voy a sacar una casa?
Evrie sintió una opresión en su corazón.
La relación entre ella y Valerio era especial, una amistad revolucionaria que se entendía a la perfección.
Verlo en ese estado no la hacía sentirse mejor.
-Acompáñame a beber un poco.
Valerio le ofreció a Evrie una botella de licor y al instante, como si recordara algo, se retractó.
-Oh, olvidé que tienes problemas de estómago y no puedes beber. Bueno, siéntate ahí, acompañame.
Capítulo 382