Niña en sus ojos Reina en su tierra

Chapter Capítulo 471



Capítulo 471
“Después de cenar, que salgan a dar una vuelta por el centro comercial cerca, y si ve algo que le guste, cómpraselo. Dicen que
a las mujeres les parece que un hombre nunca se ve mejor que cuando está trabajando duro o pagando con la tarjeta.”
‘Después de comprarle algo, propón ir a ver una película que te parezca buena. Es una excusa perfecta.”
“En el cine, con todo oscuro, puedes hacer como que no ves bien por la falta de luz y ‘accidentalmente‘ tocar su mano o su
rostro, solo para ver cómo reacciona. Si no se resiste mucho, ya sabes qué hacer después.”
Isidro hablaba como si fuera todo un experimentado, como si supiera exactamente lo que decía.
Elic se quedó callado unos segundos, dudando: “¿Estás seguro de que eso funciona?”
“¡Claro que si!”
“¿Y lo de la cena a la luz de las velas y el violín? ¿Crees que le gustará?”
“No hay mujer que se resista al romance. Especialmente las más jóvenes, que valoran mucho esos detalles.”
“¿En serio?” Elio seguía teniendo sus dudas.
Esas tácticas quizás funcionarían con otras chicas.
Pero con Jazmin, no estaba tan seguro.
“Elio, confía en mi, esto no puede fallar. Además, ya es tarde, mejor ve y prepara todo. Si logras conmoverla, seguro que
aceptará ser tu
novia.”
Isidro estaba seguro de su plan: “Y cuando todo salga bien, no te olvides de mi comisión.”
Elio sonrió sutilmente, la idea de tener una novia le gustaba: “Si funciona, te aseguro tu parte.”
“Entonces, quiero ese Ferrari limitado que tienes en el garaje.”
“Si consigo a la chica, puedes quedarte con diez Ferraris si quieres.”

“Por esa promesa, ¡yo digo que Jazmín ya es la honorable Señora Real!”
Las bromas y el apoyo de Isidro alegraron aún más a Elio.
Su usualmente fría mirada se suavizó con una sonrisa.
“Sí, la futura Sra. Real solo puede ser ella.”
Tras colgar, Elio se encontró con dos hombres vestidos de negro junto a su coche, quienes se acercaron de inmediato: “Sr. Elio,
aquí tiene el collar que adquirió. Por favor, revíselo. Si todo está en orden, necesitamos su firma para completar la entrega.”
El hombre sostenía una caja, en la cual estaba el collar de diamantes que Elio había comprado previamente.
Con extremo cuidado, otro empleado con guantes blancos abrió la caja y sacó el collar.
“Por favor, échele un vistazo, Sr. Elio.” Ambos eran muy cautelosos, ya que un collar de más de cincuenta millones no era algo
con lo que se pudiera jugar fácilmente.
Elio bajó la mirada hacia el collar y asintió después de unos segundos: “Está bien, guardenlo.”
El empleado con cuidado volvió a colocar el collar en la caja y se la entregó.
Después de firmar el recibo y subirse al coche, Elio miró la hora.
Jazmín ya había salido de clases hace un rato.
Pensándolo bien, le envió un mensaje.
Elio: ¿Estás en casa?
Después de esperar unos dos o tres minutos, el teléfono vibró.
Jazmín le respondió brevemente con una palabra: No.
Elio le respondió de inmediato: ¿Dónde estás?
Casi después de unos minutos, recibió un mensaje con una ubicación, señalando el Hotel Paxsi.
Mirando la ubicación enviada, Elio no pudo evitar preguntarle: ¿Estás sola?


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