La Traición Silvia G. Rivero novela completa

Chapter Capítulo 22



Capitulo 22 

Ella susurraba su nombre con voz ronca. Ella lloraba pidiéndole clemencia. Marcas rosadas adornaban su pálida piel. Cada recuerdo volvía a Enzo más loco. En su mente solo habla un pensamiento: ¡esa mujer era suya! 

Irene, que estaba parada fuera, miró a través de la rendija de la puerta y vio la escena, apretando los puños de rabia. Deseaba ser ella la que Enzo abrazaba con pasión hasta la muerte. Se mordía el labio con tanta fuerza que el sabor metálico de la sangre se esparció rápidamente por su boca. Fue entonces cuando oyó la voz de Pol diciendo: “Irene, ¿qué estás haciendo?” 

Irene volvió en sí y, sonriendo, dijo: “Estoy esperando a Enzo“. 

Miró hacia el médico que estaba detrás de Pol y preguntó: “Hermano, ¿quién es él?” 

Pol sonrió con picardía: “Alguien dijo que iba a ser padre y me pidió que le encontrara a un experto para confirmarlo. ¿Qué está haciendo Enzo ahi dentro?” 

Echó un vistazo y vio cómo Ainhoa mordía salvajemente el labio de Enzo. Prontol aparecieron gotas de sangre en su boca. Pol no pudo evitar reir: “Lo muerden y aún sonríe con esa pasión, ¿qué tan descarado puede ser? Tenemos que entrar y disfrutar del espectáculo“. 

La sonrisa en la cara de Irene se fue endureciendo lentamente. Miraba con rabia al ginecólogo que estaba detrás de Pol. Pensó que al decirle a Enzo que Ainhoa estabal embarazada, él se enfadaría. Seguramente la llevaría a abortar y Ainhoa lo odiaría aún más. Pero nunca imaginó que Enzo quisiera ese hijo. Por suerte, el niño ya no existía. Ella esbozó una sonrisa fría y siguió a Pol hacia la oficina. 

Viendo sus rostros sonrojados y sus labios brillantes, Pol soltó una carcajada lasciva mientras decía: “Qué impacientes, tengan cuidado con el entorno, esto es un hospital, no el patio de su casa. Además, ¿qué pasa si Ainhoa está embarazada? ¿Qué pasará si lastimas al niño?” 

Enzo le lanzó una mirada helada: “¡Fuera!” 

Luego, se dirigió al experto: “Hazle una prueba de embarazo“. 

El experto asintió con una sonrisa: “Presidente Castro, no se preocupe, con un análisis de sangre lo sabremos en veinte minutos

Tomó sus cosas y se acercó a Ainhoa. Antes de que Ainhoa pudiera reaccionar, Irene comenzó a llorar de repente. Se acercó a Enzo, mirándolo con una cara llena de culpa y le dijo: “Enzo, no hace falta que lo compruebes, el bebé ya no está. Es mi culpa, si no te hubiera llamado ese día, no hubieras faltado a la fiesta de cumpleaños de la secretarial de la Vega, y ella no se habría enfadado y abortado al niño en un arranque de ira“. 

Mientras hablaba, le entregó los registros médicos a Enzo. Al ver esos papeles, la mirada. 

19 58 

de Enzo se volvió gradualmente más fria. Sosteniendo el informe médico, miró a Ainhoa con ojos afilados como cuchillos y le preguntó: “¿Quién te dio el derecho de abortar a ml hijo?” 

Su voz era helada, como el hielo. Las venas resaltaban en el dorso de su mano, que eral transparente y pálido. 

Ainhos miró la descripción del médico en el reporte de la operación y se rio fríamente. Irene tenía más habilidades de las que pensaba. Habla logrado entrar en el sistema del hospital y alterar la historia clínica. Su hemorragia debido al aborto espontáneo había sido cambiada por un aborto voluntario. Ainhoa miró fríamente a Enzo y le dijo: “También era mi hijo, si no me hubieras abandonado, no estaría muerto“. 

Su voz era casi un grito, con la mente llena de la noche en que Enzo la había ignorado cuando le pidió ayuda. 

Pero Enzo agarró su barbilla con fuerza y sus ojos mostraban una ferocidad nunca antes


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