Chapter Capítulo 9
Le entregué el informe a Diego y él lo está revisando junto con Ariel. Note que en el proyecto que él presentó había unas fallas debido a que él no considero unas cifras.
Si te equivocas con un número al calcular toda la operación se ve afectada.
-¡Eres un genio, Belinda! -Exclama Ariel-Allí está el fallo de nuestros cálculos, Diego.
Él asiente -No eres tan inútil como pareces, mojigata.
-Anoche analicé los costos del proyecto que presentó. Al no considerar esos costos se verá afectado el resultado que planteó frente a la junta.
-¿Cuál es el resultado considerando los nuevos costos?.
Comencé a calcular en mi calculadora y luego de unos minutos obtuve la respuesta y se la indique, él obviamente frunció el ceño.
Diego planteó que bajo su presidencia se triplicarían las ganancias de la empresa, y para lograrlo presento un proyecto. Él problema es que Ariel y él omitieron los cálculos y debido a eso no podrá cumplir con las metas.
-¡Esto no puede ser! ¡Mierda!
-Debieron asesorarse con un experto en Economía para realizar el proyecto. Es común que se cometan estos errores.
Él me lanza una mirada asesina -¡No me digas, mojigata!
-¡No la ataques, Diego!
-Te advierto que si alguien
principalmente mi primo se entera de esto estarás muerta.
-Lo tengo claro, señor.
-Belinda, tú que eres una experta. ¿Como lograríamos obtener los resultados planteados?.
-Necesitaríamos reducir los costos de la materia prima, obtener excelentes ventas en los lanzamientos. Pero lo veo muy difícil, yo le sugiero plantearse metas más accesibles, quizás doblar las ganancias.
-No pedí tu opinión, Belinda.Busca precios más accesibles de proveedores y ejecuta una lista.
Asentí con la cabeza
Trabaje en el área de producción, en donde se confeccionan las telas para los diseños que lanza la empresa ,por lo cual, conozco del tema y si bajan la calidad es muy riesgoso.
Los clientes de esta empresa son muy distinguidos y si se percatan de una baja en la calidad correrían en riesgo las ventas.
***
Hoy es sábado y en lugar de estar con mi solecito me encuentro en el club.Al cual asisten los Valencia y las personas de dinero como ellos.
¿Por qué estoy acá?
Diego me pidió que lo acompañe a su reunión con uno de los proveedores.
Digamos que a pesar de haberse graduado antes que yo él no le presto demasiada atención a la facultad ,por ese motiv,o no sabe manejarse con los números.
El señor Márquez quién dirige una empresa que produce telas, botones y suelas, él nos enseñó unas muestras que se ven de buena calidad.
Lo cual me hace sospechar porque son demasiado buenas para los precios otorgados.
Pueden ocurrir dos cosas: La primera es que halla algo sucio en su empresa y la segunda es que las muestras que estoy viendo y las que me entregara no sean las mismas.
-¡Belinda! -Diego me saca de mis pensamientos- ¿Es una buena oferta?
Asentí con la cabeza -Si lo es, de hecho es la mejor que tenemos hasta el momento pero…
-Por tratarse de usted puedo realizar descuentos en las siguientes materias primas -Él me entrega revistas con catálogos.
-Gracias, lo tendremos en cuenta.
Él nos mira asombrado debido a que en la reunión yo me dediqué a negociar mientras Diego solo hace acto de presencia.
Cuando termina la reunión y el hombre se aleja, nosotros nos quedamos en el restaurante.
Él y el señor Márquez se dedicaron a beber y yo ,solamente, tome un jugo de naranja durante la reunión, por lo cual, él está un poco tomado.
-No creo que sea buena idea, algo me huele mal.
-¡Tú no decides, Mojigata!
-Todo es demasiado perfecto, conozco la calidad de sus botones y son un fiasco, señor.
-Bien compramos los botones, y las suelas en otro lugar, pero las telas acá. Una materia compensa otra.
-No es mala idea ¿Ya me puedo ir?
Él niega con la cabeza -Necesito que hagas algo más
-¿Qué?
-Jugaré Golf y tú cargarás los palos y las bolsas ¿Entendido?
Asentí y también me entrego su saco, sumado a los maletines con las muestras que nos entregaron.
Él me guío por el enorme club social en el cual se juega polo, tenis, golf y también cuenta con una piscina, además de cafetería, vestidores, spa y todos los lujos ostentosos de las personas ricas.
Espere afuera de los vestidores a que Diego se cambie de ropa. Antes estaba vestido de traje y supongo que se pondrá algo más cómodo para realizar algún deporte.
Yo estoy vestida con un jean color negro, zapatos bajos del mismo color, una playera blanca y una chaqueta de jean. Mi cabello está suelto al aire y mis anteojos no pueden faltar en el atuendo.
Observe que una mujer entro al vestidor de hombres y alrededor de unos minutos se comenzaron a escuchar gemidos. Reconozco la voz de Diego a la perfección.
No es la primera vez que espero a que él termine de acostarse con alguien, para terminar con mis labores, después de todo soy su asistente.
Prácticamente, salte del susto, cuando me percaté de que alguien conocido se está acercando al lugar.
Es Fernando, él viene con un bolso, por lo cual, creo que desea cambiarse para hacer algún deporte.
Está vestido con un polo color blanco y unos jeans azules, anteojos de sol.
Puedo observar que unas muchachas se babean al verlo.
-Belinda, ¿Que sorpresa? -Se dibuja una sonrisa en su rostro al verme -¿Qué haces acá?
-Acompaño al señor Diego
-Bien -Él intenta entrar a los vestidores, pero yo me interpongo causando su carcajada.
-¡Quiero cambiarme!, acompáñame si deseas.No tengo nada que no hallaas visto, ni tocado, preciosa.
Rodee los ojos ante su comentario disimulando mi sonrojo.
-¡Muy gracioso! ¡Diego me pidió que lo vea en el campo de golf y no sé donde se encuentra!.
-¿Quieres que te acompañe?
-Es eso o perderme en este enorme lugar.
-Me cambio y te acompaño
-Tengo que llegar rápido
Él lleva sus manos a mis mejillas y rosa su nariz con la mía-No me hagas esos ojitos, preciosa.
-Me urge llegar
-Bien, pero tendrás que compensarlo
El tomo mi maletín y la chaqueta pidiéndole a uno de los empleados que lo lleve al casillero de Diego.
Mientras hacia eso me percaté de que se asomaba a la puerta abrochando su jean, al ver a su primo me hizo una señal.
Por fortuna, Fernando no lo vio, y me acompañó rumbo hacia el campo de golf, el cual se ubica a varios minutos de los vestidores.
Al llegar observamos a muchas personas, pero no hay rastros de Diego, por lo cual, mi plan se está cayendo. Noto el desconcierto en la mirada de Fernando, y eso no me gusta, a diferencia de su primo él sí es listo.
-¿Dónde está Diego?
-Me habré confundido de lugar
-Lo estás encubriendo, no soy idiota Belinda.
-Yo sería incapaz
Él toma mi cintura ejerciendo fuerza y quitándome el poco aire que tengo. Ya no lleva lentes y debido a eso sus ojos se centran en los míos.
-Esté o no el imbécil de mi cuñado te traje al lugar y quiero mi recompensa.
Me rendí y cerré los ojos esperando un beso que nunca llego ,por lo cual, él río a carcajadas.
-Tus besos los obtengo gratis, preciosa, es otra mi recompensa.
-¿Cuál?
-Ya verás -Él toma mi cintura y me guía hacía otro sitio.
Cuando llegamos al establo me negué rotundamente. Amo los caballos, pero de lejos, lo que ocurre es que cuando era pequeña uno me quiso patear y yo me asusté mucho, eso lo sabe el imbécil porque yo se lo conté.
-¡No y No!
-Si lo harás y no necesitas esto -Él me quito los lentes y se los entrego a una empleada.
-Si los necesito, no puedo….
-Si puedes ver sin ellos, te encanta ocultar tu bello rostro.
Es verdad que no necesito los lentes o simplemente los necesito para leer o utilizar la compu, pero me gusta usarlos para pasar desapercibida.
-No sé montar.
-Ya pensé en eso.
Él ordenó que prepararen un caballo color marrón oscuro para nosotros. Al observar al animal temblé aunque se ve muy mansito.
Él me ayudo a subir a la silla y luego se subió él detrás de mí tomando las riendas y comenzando a cabalgar.
Me siento muy nerviosa debido a que estoy arriba del animal y él está pegado a mi cintura aunque debo reconocer que el paisaje es muy bello y el atardecer está precioso.
-¿Sabes?, escuché los gemidos.
Es un maldito imbécil, todo este tiempo me estuvo viendo la cara. Siempre supo que Diego estaba teniendo sexo en los vestidores.
-¡Idiota!
-Hermosa.
-Ya quiero volver -Le pido al percatarme de que nos estamos alejando
-Yo estoy muy cómodo -Él susurra en mi oído provocando que mi cuerpo tiemble -Me sigues encantando, Belinda.
-No tengo porque escuchar tus mentiras
-Lo único que puedes hacer es escucharme. Recuerdas, nuestros juegos infantiles en la empresa, donde fingías que cocías y yo era tu modelo. Disfrazábamos a Diego de mujer y a Mariana con sus altos tacones.
-Sí recuerdo
-Desde entonces te quería. Siempre te observé, pero solamente tenías ojos para él. Admito que fue una tontería lo de la apuesta, pero solo deseaba tenerte cerca y fue la escusa perfecta para darme valor.
-Debo admitir que eres muy buen actor.
-Ya entendí que nunca me creerás. ¿Por qué no estudiaste diseño? ¿Qué ocurrió con la beca a París?.
-No la gane
-No seas mentirosa, Bell, tú eras la mejor en el colegio.
-No quería dejar solo a…
-¿A quién?
-A mi tío y mi abuela por eso decidí quedarme en la ciudad y estudiar lo que tuviera a mi alcance. Las opciones eran ingeniería o economía.
-Estoy seguro de que eres la mejor en la que carrera que sea.
-¿Por qué te postulaste para la presidencia de la compañía? ¿Qué pasó con construir el edificio más alto del universo?
– o una mansión submarina para ti y nuestros veinte hijos, nada más eran sueños de niño. Decidí cambiar la arquitectura por los negocios internacionales, es lo que conviene a las empresas.
-¿Tú decidiste o tu madre te lo ordenó?.
-Ya sabes la respuesta
No es ningún secreto que la madre de Fernando domina su vida al igual que la de Mariana.Es conocida por ser una mujer fría y autoritaria.
Siendo amigos de la infancia y novios secretos sé obtiene mucha información de una persona y su familia.
Luego de unos diez minutos terminamos de cabalgar y regresamos hacia el club.Él se bajó del caballo y luego me ayudo a bajar a mí tomando mi cintura.
-Sinceramente, creí que me lanzarías del caballo
-Únicamente fue supervivencia no sabría regresar sin ti.
-Yo no sé respirar sin ti, ya no aguanto más. -Él lleva sus manos a mi cabello y une sus labios a los míos
Sin embargo, no llega a besarme porque una persona con un caballo, prácticamente, nos patea y ese es Diego.
-¡Acá estabas, Mojigata! -Me dice mientras se baja
-Su nombre es Belinda Uriarte y próximamente de Valencia.
Noto que él me lanza una mirada asesina como siempre. Creo que Diego siempre me odiara y nunca sabré por qué.
Él ríe burlón-Bien ,San Fernando Valencia, conocí a unas modelos buenísimas, pero como soy un hombre comprometido les di tu número, Galán.
Él rodea los ojos -No necesito sus números.
-Necesitas lentes, deshonras el apellido fijándote en esta mojigata insignificante.
-¡En quien me fijo o no, es mi asunto, Diego!
-Como veo que ya no me necesita me voy.
-Adiós ,adefesio, no esperes un beso de despedida
-Yo te llevo, Belinda.
Negué con la cabeza-Me voy en taxi
-Vamos a tomar algo, Fer no la secuestraran, ni la violaran.
Proseguí caminando e ignorando a estos sujetos, pero tengo mala suerte y Fernando insistió en llevarme a casaEs un idiota, pero debo reconocer que siempre ha sido muy considerado.