Chapter Capítulo 8
Belinda
No puedo creer que tengo tan mala suerte, tuve que subirme a ese tonto autobús y estoy segura de que Diego me correrá.
Solamente se escuchan los gritos de los licenciados en la sala de junta. María quién es la secretaria de Fernando intenta consolarme y Cielo se ve muy furiosa debido a que ella odia las injusticias.
-Deberías hablar con recursos humanos
Cielo ríe fuerte -ves muchas películas, el señor Aníbal es muy justo, pero no te pondrá por encima de su hijo.
-Eso lo sé
-Deberías recoger tus cosas -Ríe Verónica, la ex secretaria y actual amante de Diego.
Me levanté del lugar y volví a dirigirme al baño con mis amigas. Mis anteojos se volvieron a empañar debido a las lágrimas.
-Te ves muy diferente sin lentes, con un buen maquillaje te verías guapa. -Agrega Cielo
-La verdad si
Casi saltamos del susto cuando un hombre entró al sitio lo cual es extraño porque este es el baño de mujeres.
-Señor Fernando se equivocó de baño
-María ve a revisar los reportes que te envíe y tú Cielo regresa a tus labores. -Él les ordena y ellas se alejan.
-Debería irse
-Belinda no tienes porque soportar esto. Un trabajo no vale la pena cuando te someten a tantas humillaciones.
-Usted no conoce mi vida.
Mi tío está en una mala situación y con la pensión de mi abuela no podemos hacer mucho.
Lo último que deseo es que mi familia pase necesidades sobre todo Aarón.
Me costó mucho trabajo convencerlo de que él asista a una escuela privada debido a que en este país la educación pública es un fiasco, pero las colegiaturas son muy costosas.
-Tienes razón, te propongo algo. Renuncia y consigo un puesto mejor para ti en una de mis empresas. Con tus estudios puedes aspirar a un puesto mayor que una secretaria.
– ¿A cambio de qué?
-De nada Belinda. Más bien a cambio de tu tranquilidad.
-¿Qué apostaron está vez? ¿Un carro? ¿Dinero?.
-Nada de eso
-Existen muchas mujeres más guapas que pueden apostar. Sé que las vírgenes son tu debilidad. -Reí irónica lo cual lo hizo enfadar aún más
-¡Ya te he pedido perdón mil veces!
-Eso no cambia nada. No quiero que te metas en mi vida, me quedaré en esta empresa el tiempo que Diego quiera.
-Más que necesidad, sigues obsesionada con el idiota de mi primo. La misma historia de siempre tú babeándote por él mientras te trata como basura, eres una masoquista.
-Masoquista sería si seguiría enamorada de usted. -Reí -Al menos Diego es honesto en sus ataques y su desagrado hacía mí; en cambio, usted Fernando.
-¡Yo soy una basura!-Él completa mi frase
-Exacto que bueno que lo tenga presente.
-Aunque no quieras siempre te cuidaré e intentaré compensar el daño que te cause.
-Si quiere perder el tiempo adelante -Es todo lo que digo antes de alejarme
Nunca perdonaré a Fernando Valencia, aunque se arrastre y me pida perdón toda la vida nunca lo perdonaré y mucho menos creeré en su supuesto cambio.
Los hombres no cambian, si te mienten una vez, siempre lo harán si te engañan una vez siempre será así.
Es verdad que durante mi adolescencia yo no dejaba de babear por Diego.Lo consideraba mi príncipe azul y el amor de mi vida, le escribía cartas, lo dibujaba y lo espiaba.
Obviamente, él noto mis intenciones y solo se dedicó a burlarse de mí junto con sus amigos.
Siempre me dejo claro que no era su tipo porque no era de su misma posición social y era virgen cuando a él le gustaban las mujeres con experiencia, sin embargo, él siempre mantuvo la esperanza viva.
Es decir él me decía que si me vestía de forma más atrevida o realizaba sus tareas podría considerar darme una oportunidad.
La ilusa Belinda enamorada de dieciséis años no se daba cuenta de que estaba siendo utilizada.
Yo sabía que Fernando era primo y uno de los mejores amigos de Diego, pero a pesar de ser un bad boy como él, nunca lo considere una mala persona.
Aunque él era dos años mayor que yo coincidía en algunas clases o la cafetería del colegio conmigo. También nos veíamos en las fiestas o en la empresa porque yo ayudaba a mi abuela en lo que podía.
Él comenzó a platicar conmigo del colegio, de lo que me gustaba hacer, para mí era muy fácil hablar con el porqué nos conocíamos desde pequeños.
En principio fuimos amigos, para mí era raro que un muchacho como él se acerque a mí, pero me aseguro que únicamente deseaba tener una amiga y que conmigo podía ser el mismo.
No como con las demás muchachas con quienes salía, solo tenía sexo y no podía entablar una conversación.
Comenzamos a ir al cine, al parque de diversiones, siempre era muy detallista conmigo.Me regalaba osos, chocolates, rosas, tarjetas, yo era muy ilusa y era la primera vez que un muchacho guapo se fijaba en mí por lo cual caí como una tonta.
Aún recuerdo cuando me dio el primer beso.Fue en una fiesta de la empresa bajo los fuegos artificiales. Era muy tímida y no supe corresponder, él fue muy delicado conmigo.
Fernando había logrado que me olvidé por completo de Diego. Únicamente lo amaba a él, ahora él se había convertido en el amor de mi vida.
Le escribía cartas de amor, realice un colage de él, asistía a todos sus partidos e incluso gaste mis ahorros en su obsequio de tres meses de novios.
Sabía que él era una persona adinerada y estaba acostumbrado a lo mejor. Por eso trabajé mucho con mi abuela para comprarle algo bonito.
Aceptaba todo de él, que mantuviéramos nuestra relación a escondidas de mi familia y la suya, que él siguiera saliendo con otras chicas para aparentar con sus amigos.
Según él no deseaba que sus amigos me hicieran menos y me estaba cuidando.
Él llevaba mucho tiempo pidiéndome que me entregue a él, pero a mí me daba vergüenza y no me sentía segura. Sin embargo, para su cumpleaños número dieciocho acepté.
Me propuso ir a un hotel, pero a mí me dio pena. Entonces lo hicimos en mi habitación cuando no había nadie en casa.
Mi tío estaba ausente por trabajo y mi abuela se fue a visitar a su comadre fuera de la ciudad.
Fue un momento hermoso, él fue muy delicado y cuidadoso en la manera de tocarme y besarme, yo me sentía en el cielo, tocando las estrellas, aunque dolió bastante.
Sin embargo, cuando desperté él ya no estaba.
Los siguientes días intente hablar con él, pero no respondía mis llamadas, ni mis mensajes y no podía buscarlo en su casa porque su hermana quién iba a mi curso me detestaba.
Me enteré de la apuesta cuando lo escuche hablar con sus amigos. Diego, Ariel y otro muchacho que no recuerdo el nombre.
Ellos dejaban de reír y comentaban los detalles de la apuesta. Consistía en que Fernando y su amigo apostaron contra Diego y Ariel que él podría lograr que yo olvidé a Diego y obtendría mi virginidad, Diego apostó que yo no aceptaría porque seguía embobada con él.
Me sentí destrozada al escuchar sus risas y comentarios horribles hacia mí llamándome fácil o alardeando que él debió tener mucho estómago para estar con alguien como yo.
Pensé que me dejaría en paz después de que le reclame, pero no fue así, él me siguió buscando diciendo que había sido un error y que verdaderamente me amaba.
Sin embargo, uno de sus amigos me advirtió que él solo jugaba conmigo y apostaron que podría volverse a acostar conmigo antes de irse a la Universidad en Londres.
Obviamente, me negué a regresar con él y el término por irse a estudiar.
Me deprimí mucho por todo lo que me hizo y porque lo relacione con el desprecio de mi padre. Quien mencionó las mismas palabras que el “Me da asco, solo asco”.
Deje de comer, interesarme en el colegio, salir con mis amigos e incluso intente suicidarme lastimando mis brazos.
En ese momento me sentía devastada, no quería vivir, pero si estoy acá es porque los cortes no fueron profundos y no llegaron a las venas.
Decidí salir adelante por mi familia y por una noticia hermosa que me dieron los doctores.