SWNOVELS Chapter 9
009
Cedrick
– ¿Te aseguraste de que las lobas liberadas no supieran nada de nosotros? – le pregunté a mi Beta mientras caminábamos por las calles de mi manada.
Todo se hizo, según ordenó, Alfa
– Esa pequeña, la que estaba malherida, ¿sobrevivió? – de repente esos ojos, como miel derretida, aparecieron en mi memoria por alguna razón.
Sí, le di a escoger y decidió quedarse en el área de lavandería como esclava me respondió y justo estábamos pasando cerca de ese sitio remoto y lejos del centro próspero de la manada.
– Ya que estamos aquí, hagamos inspección- por alguna razón absurda me desvié y entré a este sitio lleno de mujeres que casi nunca había pisado.
Mi segundo solo me seguía, mientras todas bajaban la cabeza a mi
paso.
Eso les exigía, total obediencia y control de sus vidas, para es Alfa.
Por supuesto, el olor a lujuria y deseo me bombardeó por todos lados, odiaba estar rodeado de lobas.
Tantos olores mezclados solo me irritaban y ni hablar de mi lobo, Eamon, aborrecía a todas las hembras pegajosas, solo vivía suspirando por su mate, anhelando encontrarla algún día.
Hasta cuando me desahogaba en mis celos con la que quisiera pasar por mi cama, que no eran pocas, me hacía la vida un infierno,
ગગા પા
juu tuIIUUU.
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– Mejor nos vam… pero no terminé mi frase porque lo volví a sentir.
Entre todo ese caos de hormonas revueltas, me llegó ese aroma delicioso que había sentido aquella noche de la batalla en el bosque.
Ese, que me llevó a encontrar a la pequeña loba esclava. Pura miel y canela.
Sin pensarlo mucho, mis largos pasos caminaron hacia una vieja casucha y desde lejos, el olor a sangre y a odio, llegó a mi nariz, el látigo resonaba y sabía que estaban impartiendo un castigo.
Aceleré mis pasos con un mal presentimiento y entré por la puerta ya completamente enojado.
Solo que al ver el panorama adentro, mi cabreo llegó al máximo.
¿Qué está sucediendo aquí? – rugí y miré a la mujer en el suelo.
Lun par de ojos miel, valientes y fuertes me miraron de frente.
Sse mordía el labio inferior, en carne viva para no gritar y ni una láágrima cayó de sus ojos enrojecidos.
Ssabia muy bien lo pesada que tenía la mano, la loba que daba el ccastigo y al verla tan vulnerable, pero tan valiente, algo de adpción seeprendió en mi interior.
Midbboyya había subido la cabeza, curioso.
-ALAaa..nno sabía que vendría… sino yo misma lo hubiese re -laidboa encargada hizo una reverencia asustada y temblorosa.
¿Qué hizzo pana que te ensañaras así? – mi voz salió dura y fría, sabia porquééppero estaba totalmente molesto.
-Alfa, ellarobó una de sus camisas, la sorprendimos…
No lo hice unmmummullo rompió la atmósfera tensa y volví a
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-Maino lo hice- repitió empecinadamente sin dejar deernizare, a pesar de su aspecto que daba lástima y del temblorde:cooo su
DUBDO.
-Ayudenia a levantarse y sientala en una silia! les ordonne aldos obes presentes y corrieron a obedecer.
-¿Que pruebas tienes de que ella lo robó? – le pregunté aáááessay alla me relaxo los hechos.
Sin ser muy imeligente, era obvio que a esta chica se la habían
ugado
Me parecia increible, ni siquiera la conocía, pero estaba securo des que ella no lo hiz
– Llévame con las demás lavanderas, traeme la camisa y cura a esta nujer – me gire para salir, pero el sonido de una silla arrastrándose vy in tirón a mi camisa sin mangas negra, me hizo detenerme y mirar
atrás.
– Alfa, gracias por salvame, yo… no le robe- sus pequeñas manos emblorosas agamaban mi ropa de manera empecinada y aunque su ista estaba baja, pude ver la determinación en ella.
Esta loba, era demasiado interesante.
– Eso, todavía está por verse. Espero que no hayas pagado mi jenerosidad con malas acciones:
– Si fuiste tú, te largas de mi manadia respondi, esperando que n
oltara, pero en vez de eso, todo su cuerpo se precipitó hacia mí, desmayada.
-¿Cómo se atreve? – varios murmulles y exclamaciones surgieron a mi alrededor, sin embargo, yo solo me concentre en el pequeño
Cuerpo que estaba contra el mío.
Al estar tan cerca, toda la miel deliciosa y canela me envolvían.
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Casi nadie sabe uno de mis grandes secretos, me chiflan los dulces y esta pequeña loba, era una delicia andante.
Eamon, para mi sorpresa, comenzó incluso a mirar con atención a la pequeña loba interior de esta mujer, a recorrerla con la vista,
complacido porque estuviera sumisa bajo su dominación de Alfa.
–
– Llévala a su habitación y cúrala – se la llevaron finalmente y al ver las heridas profundas de látigo en su espalda, le di una mirada cruel a la jefa, que solo encogió más el cuello.
Caminé hacia el área común, donde todas esperaban.
Le doy 3 segundos a la que se llevó mi camisa para que de un paso al frente, o todas serán expulsadas de la manada ahora mismo.
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