Chapter 49
49–El Vestido–1
(Willa)
Esperar a que él regresara, que todos regresaran, fueron algunas de las horas más difíciles de mi vida. Intenté sonreír para Emmett, pero sabía que probablemente se veía tan vacía como me sentía. El miedo apretaba mi estómago en nudos. Incluso la presencia constante de Nora no lograba distraerme.
Recibía actualizaciones poco frecuentes, no podían arriesgarse a actualizar más. Cada vez que mi teléfono hacía ping, el miedo apretaba su agarre de hierro sobre mí.
No fue hasta que recibí una llamada de Caspien que sentí que podía respirar. Sonaba distante, su voz era cortante, áspera. Sabía que me diría lo que había pasado cuando estuviera listo, pero mientras todos estuvieran bien, eso era lo único que importaba por ahora.
Entró, sus ojos helados parecían parpadear entre n***o y azul revuelto. Solo llevaba puestos unos pantalones deportivos que le colgaban de la cintura y su cabello n***o caía sobre su frente.
Sangre salpicaba su pecho desnudo y estaba manchada en su rostro. Lo examiné en busca de heridas, pero no había ninguna, al menos ninguna visible.
-¡Papá!-gritó Emmett, y la boca de Caspien quedó abierta mientras se desplomaba en el suelo, envolviendo a Emmett entre sus brazos.
Me derretí, era la primera vez que recordaba que Emmett lo llamaba así. Me senté en el suelo junto a ellos y los abracé.
Lo llevé y lo dejé sentarse en silencio en un baño tibio, asegurándome de quitarle toda la sangre, el sudor y la suciedad. Se relajó visiblemente bajo mi contacto, y la ira intensa que sentía a través de nuestro vínculo pareció disminuir un poco.
Quería que supiera que lo veía. Lo veía tal como era, como a veces podía ser, y amaba cada parte de él.
Estaba exhausto, no solo porque se acercaba la medianoche cuando Caspien y Holden terminaron con Los Ancianos, sino por el peso mental y emocional de los últimos días. Me sentí aliviada, aunque Alpha Jasper todavia estuviera vivo, había menos variables en juego ahora que El Asesino Silencioso se había ido para siempre.
Todavía no podía creer que lo hubieran logrado. Tal vez la Diosa de la Luna nos estaba vigilando, a ellos. Tal vez se sentía culpable por usarme como un recipiente para su lobo bendito. No me importaba, pero tuvimos suerte, o todo se alineó. Si el camarero no fuera su pareja, si Los Sin Manada hubieran permanecido leales a su lider, entonces… contuve un sollozo, habría sido un resultado completamente diferente.
Toqué la puerta abierta de la oficina de Caspien y me senté a su lado, apoyándome en el borde de su escritorio. Se veía tan cansado como me sentía. Su cabello estaba desaliñado, como si se lo hubiera estado pasando por las manos durante horas, y aunque sus ojos se suavizaron cuando me senté a su lado, la tensión hacía que sus movimientos fueran rígidos.
Incluso si no pudiera sentir su inquietud y enojo a través del vínculo, podía percibirlo y verlo en él.
Los Ancianos necesitaban que consiguiéramos el acuerdo de los otros Alfas, eso era algo que podíamos hacer. Solo esperaba que pudiéramos hacerlo pronto antes de que Alpha Jasper tuviera la oportunidad de intentar algo más
estúpido.
-Hay una conferencia pronto, este fin de semana dijo Caspien.
Bueno, eso era un momento perfecto. Me preguntaba por qué no lo mencionó antes, o tal vez lo hizo y yo estaba demasiado distraído en estos últimos días.
Rara vez voy en persona explicó. Recordé eso de mi vida pasada, Luna Natalie mencionó lo importante que era para El Principe aparecer, y luego tuvimos que rehacer toda una fiesta en pocas horas. Mis labios se curvaron en una sonrisa al recordarlo, sorprendiéndome a mí mismo. Tanto ha cambiado desde ese tiempo.
-Esta es en Blue Ridge.
Me quedé helada. ¿Lo escuché correctamente?
Por supuesto, tenía que ser allí. Mis manos se volvieron húmedas y mi piel parecía erizarse, llena de emociones contenidas. No importaba a dónde iba, pero ¿por qué tenía que ser alli?
-Voy a ir–afirmé. Nada me mantendría alejada.
Al día siguiente, Cali prácticamente me arrastró fuera de la cama cargada con las tarjetas de crédito de Caspien. Cali las arrebató a pesar de que yo protesté en contra.
-Necesitas esto insistió Cali-. Y con nuestros salarios, tal vez puedas permitirte una camisa nueva – Me dio su característica sonrisa irónica que me indicaba que esa conversación había terminado.
-Quiero que compres lo que quieras, en serio. Lo mío es tuyo -dijo Caspien encogiéndose de hombros. Intenté protestar, pero él rozó sus labios suaves contra los míos, enviando chispas a través de mis labios y asentándose en mi interior. Se apartó, con los ojos brillantes. En serio, necesitas un vestido de gala y luego ropa para la
conferencia.
-Yo tengo…
empecé.
-Tienes jeans interrumpió Cali-. Esto ya no es el bosque, nena -Sacudió la cabeza y me arrastró lejos.
Sus ojos se nublaron, y miré hacia atrás a Caspien, y los suyos también estaban así.
-Dejen de hacerlo les regañé, frunciendo el ceño ante su conversación silenciosa.
Cali me lanzó una sonrisa y nos sacó por la puerta.
-Holden está esperando afuera me dijo, casi saltando de emoción.
Caspien estaba ocupado con el trabajo, pero envió a Holden y a un equipo de guerreros con nosotros. Aparentemente, el centro comercial ya había sido revisado y se les concedió acceso a las cámaras a un equipo que estaba aquí para vigilar. Hubiera dicho que era excesivo, pero después de enterarme de personas que podían caminar a través del tiempo y el espacio, agradecí la protección adicional, al menos temporalmente.
Cali salió del ascensor antes de que se abriera siquiera, y yo tropecé detrás de ella.
-Mierda, lo siento se rió Cali, deteniéndose después de casi atropellar a alguien. -Hola.
Rachel nos miró y nos dio una sonrisa sincera que yo devolví.
Perdón
añadí. Cali está emocionada por ir de compras. No ha podido salir últimamente – expliqué. Bueno, aparte de todo eso de seducir a medias a un asesino, no pensé que debía compartirlo.
-No, por supuesto, entiendo. ¿Compras algo en particular?-preguntó Rachel, apartando sus ondas castaño claro de la espalda.
-Un bailé en blanco y n***o en la conferencia Alpha–interrumpió Cali-. No voy, pero eso no significa que no necesite un vestido de gala para los lunes, ¿sabes? -dijo y se encogió de hombros.
-Me encanta esa actitud–rié Rachel-. Tienes que ir con Anthony Rossi, él es el mejor diseñador y también es hombre lobo. Además, es mi primo.
Encogió los hombros, lanzándole a Cali un guiño sin esfuerzo que sé que nunca podría imitar.
-¿Anthony Rossi es tu primo? –La voz de Cali subió una octava, lo cual no sabía que era posible para ella.
Lo siento, ¿quién es Anthony Rossi? -pregunté en voz baja.
-Es un diseñador increíble, es conocido en todas partes, incluso en el mundo humano -explicó Cali—. Incluso
en mi parte del mundo humano–Sus labios se curvaron en una media sonrisa.
Oh Dios mío, eres una mujer lobo -exclamó y los ojos marrones de Rachel se abrieron de par en par-.
Blenvenida.
Una sonrisa brillante cruzó su rostro y casi me molestó lo fácil que era caerle bien.
–Han sido unos días locos, pero me estoy adaptando. No me di cuenta de cuánto más ven y huelen y sienten ustedes dijo Cali emocionada.
Realmente parecía una persona nueva. Siempre fue confiable, cariñosa a su manera, pero parecía tan relajada y tranquila en estos últimos días, incluso semanas.
-No tengo con qué compararlo, pero me gusta ser una mujer lobo agregué y Rachel asintió.
-Ven con nosotras -dijo Cali –. Podríamos usar la ayuda – Los ojos de Rachel se abrieron ligeramente y miró
hacia mí.
-Realmente podría usar el consejo. No he usado un vestido de gala en años respondí encogiéndome de
hombros, ofreciéndole una sonrisa.
–
-V–vale dijo Rachel, y Cali se dio la vuelta rápidamente, arrastrándonos a ambas detrás de ella.
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49 El Vestido–2
(Willa)
Llegamos al centro comercial en poco tiempo.
Era casi cómico ver a nuestros guardias intentar encajar. Estar rodeados de hombres enormes que prácticamente irradiaban poder solo llamaba más la atención sobre nosotras, pero esperaba que nadie intentara nada con ellos
presentes.
No podía esperar a tener algo de normalidad, pero prefería esta torpeza protectora antes que el miedo paralizante cualquier día.
Estaba exhausta en la tercera tienda. Cali insistía en que nada era lo suficientemente bueno y quería que
encontrara el vestido de “venganza” perfecto. Le conté a Rachel adónde íbamos y quién era Alpha Nolan para
- mi.
Sus ojos se volvieron negros.
-¿Qué diablos? ¿Cuándo estabas embarazada? -apretó las manos y sacudió la cabeza-. Vamos, vamos a
Anthony. Ahora -Dio media vuelta y la seguimos.
-No pensé que él tuviera un lugar aquí —dijo Cali después de salir de un ascensor, apretujada entre los guardias.
Es más como una sala de exhibición -Rachel encogió los hombros. De vez en cuando también se encuentra con clientes aquí, creo.
Nos detuvimos frente a una tienda. Lo único en las grandes ventanas eran cuatro vestidos hermosos iluminados en pedestales. La puerta de cristal estaba cerrada, a diferencia de todas las demás tiendas por las que pasamos. La
puerta era negra sin ventanas, así que no pudimos echar un vistazo adentro. Rachel se acercó y presionó un botón en
un intercomunicador que no había notado.
-No estamos abiertos para visitas -dijo una mujer secamente.
-Dile a Anthony que Rachel está aquí para verlo, él me está esperando.
-Oh, Rachel, por supuesto, pasa–Su tono se volvió alegre y se escuchó un zumbido.
Holden nos abrió la puerta.
-Señoras – Nos sonrió y lo seguimos, acompañadas por nuestros guardias.
Un hombre bajo, bueno, bajo para los hombres lobo, delgado, salió con los brazos abiertos hacia Rachel. – Tienes suerte de que hoy estuviera en la ciudad.
Me senti culpable, ¿vino aquí solo para que probáramos vestidos? Pero estaba tan agradecida con Rachel por hacerlo posible. Incluso el primer vistazo a los vestidos en la vitrina era mejor que cualquier cosa que hubiéramos
visto todo el día. Cualquiera de ellos sería perfecto.
De todos modos, me debes algunos dijo Rachel moviendo su cabello sobre su hombro.
Él le sonrió.
-¿A quién estamos vistiendo hoy? –Miró detrás de ella hacia nosotras, y Rachel nos presentó a todas.
-No a mí esta vez, desafortunadamente. Willa necesita un vestido para un baile en blanco y n***o en la Conferencia Anual Alpha.
-Oh, eso sí puedo hacerlo – respondió.
Él dirigió su sonrisa hacia mí y extendió una mano. No sabía qué esperar, pero él era todo menos eso. Parecía agradable y accesible, y a pesar de los hermosos vestidos y la experiencia de compra personalizada, me sentía
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Cómoda.
Trajeron champán frío, y además de los guerreros que estaban parados con los brazos cruzados, todos tomaron asiento en sofás mientras me llevaban a un gran vestidor con un pedestal.
-Aquí, prueba estos primero para ver qué estilo te gusta, y luego podemos reducir las opciones–me indicó, colgó tres vestidos y una mujer entró para ayudarme a ponérmelos.
El primero era blanco y tenía un corpiño parcialmente transparente y una falda de gala abullonada. Debo admitir. que me encantaba cómo se sentía, pero no estaba segura de si era adecuado para este evento.
El segundo era n***o y tenía mangas largas con un escote pronunciado. La tela se sentía fresca y se acumulaba detrás de mi con cada paso. Dos largas aberturas se abrían cuando caminaba, mostrando casi la totalidad de mis piernas.
-Santa mierda -exclamó Cali mientras agarraba el brazo del sofá. Rachel sonrió aprobatoriamente.
-Me encanta. Solo no sé si es un poco demasiado. Creo que me sentiría cohibida en la noche, pero creo que prefiero el n***o – dijo Cali.
Ambas asintieron en acuerdo y Holden encogió los hombros.
-Probemos otro. Si no te sientes cómoda ahora, definitivamente no lo estarás en la fiesta -dijo Rachel.
El tercer vestido era de estilo más clásico, un largo vestido de gala hecho de satén. Las tiras gruesas abrazaban mis brazos superiores y la falda amplia dejaba ver una pequeña abertura. Me sentí cómoda con este vestido. Me encantó.
-Me gusta, pero es un poco sencillo -dijo Cali, inclinando la cabeza y estudiándome. -Sencillo, yo diría elegante – Anthony cruzó los brazos y resopló.
-Esa es la palabra que buscaba -dijo Cali mirando su bebida, evitando la mirada de Anthony, y Rachel rio.
-Este es solo el primer paso. Te gusta el estilo de vestido de gala, tal vez algo tradicional con un toque -dijo Rachel y se levantó. Caminó detrás de mí hacia una sala de exhibición de vestidos.
Anthony y yo la seguimos.
-Ahora, de estos, ¿cuál sería tu elección? Diosa, espera -dijo, se detuvo y agarró mi muñeca. Me giró para mirar el vestido más hermoso que había visto en mi vida.
-Wow–suspiré acercándome a él.
-Tienes que probártelo – dijo Rachel, mirando entre mí y el vestido-. Con el cabello medio recogido, rizos sueltos, tal vez una pequeña tiara o diadema engalanada, eso sería apropiado.
Sus ojos parecían iluminarse con la idea.
-Espera, espera interrumpió Anthony-. Ese ya está reservado. Es el único que hice y alguien lo reclamó hace mucho tiempo.
-Doblaremos el pago -dijo Rachel, cruzando los brazos y desafiando a su primo con la mirada.
-No funciona así.
-De acuerdo, tendré que decirle al príncipe Caspian que su pareja tendrá que encontrar algo de la percha -dijo Rachel sonando aburrida, pero sus ojos brillaban.
Los ojos de Anthony se abrieron de par en par al mirarme.
-¿Estás hablando en serio? – Miró a Rachel.
Me encogi ligeramente de hombros.
-Quiero decir, sí, pero no quiero abusar de mi posición -dije.
-Yo sí–levantó una ceja Rachel.
-No, por supuesto, sería un honor vestir a la princesa para el baile dijo y me miró boquiabierto, inclinándose
49–El Vestido–2
profundamente.
-Por favor, no lo hagas -rei. Nadie me había llamado así en serio antes-. No quiero tomar el vestido de nadie más, todo lo que tienes aquí es más de lo que podría haber imaginado.
-Está hecho -dijo, sacudiendo la cabeza-. Está hecho. Ve al probador y lo haré enviar.
-Me siento tan mal–susurré a Rachel.
No lo hagas ella negó con la cabeza. Ese es tu vestido.
El asunto estaba resuelto, aparentemente. Pero no podía evitar pensar en la persona que reclamó este vestido como propio mucho antes de que yo lo viera.
Cuando me lo puse, todos esos pensamientos se disiparon. No creo que alguien pudiera obligarme a separarme
de él. Nunca quiero quitarme este vestido.
No podía dejar de mirarme, sentía que estaba hecho para mi. Ajustaba mi cintura y era ceñido pero sorprendentemente cómodo. Era casi transparente en algunos lugares pero no revelaba nada. Intrincadas cuentas negras formaban remolinos y patrones en el vestido, resaltando mi figura. Con cada movimiento, las cuentas.
brillaban y relucían a la luz.
Se sentía como una segunda piel, tenía un ligero vuelo en la parte inferior para poder moverme libremente. La parte superior era en forma de V y sostenía perfectamente mis pechos. No mostraba demasiado, pero mostraba lo
suficiente.
Tiras delgadas sujetaban el vestido, pero era la cola lo que adoraba. Nunca había visto una cola como esta antes. Mezclaba la sensación de un vestido de gala que me encantaba con los vestidos ajustados y sexys que también adoraba. Una media cola hecha de un material brillante y pesado rodeaba parcialmente la parte delantera del vestido
y se ensanchaba detrás de mí.
Con cada movimiento que hacía, el vestido se movía conmigo, brillando y formando pliegues a mi alrededor con
movimientos fluidos.
-¿Estás lista? Anthony golpeó la puerta y asenti, sin poder contener la emoción. No pensé que una prenda de ropa pudiera casi hacerme llorar-. Oh, cariño me miró apreciativamente- Ese vestido fue hecho para ti. No hay
nadie más que pueda llevarlo como tú.
Sacudió la cabeza, poniendo una mano sobre su boca.
Tomé su brazo y, mientras salíamos, la cola bailaba detrás de mí, sorprendentemente ligera. El ajustado vestido
de noche era el protagonista hasta que me paré en el pedestal frente a mis amigos, solo entonces la cola alcanzó y comenzó a formar pliegues alrededor de la parte delantera.
Holden tenía la boca abierta, Cali se aferraba al vidrio y Rachel aplaudía, parecía que podría llorar.
Lo sabia suspiró Rachel.
-Creo que podría llorar–dijo Holden-. Maldita princesa.
No empieces le lancé una mirada desafiante, pero no pude evitar sonreír.
Eso es, hemos terminado aquí. Ese vestido Cali se dejó caer sobre Holden, sus ojos avellana bien
abiertos.
Anthony me rodeó y tomó algunas notas.
-Tendré que tomar tus medidas exactas antes de que te vayas, pero creo que si lo elevamos medio centímetro con tacones, será perfecto. ¿Te gusta la longitud de la cola? Me miró a los ojos.
Asenti vehementemente.
-Es perfecta, gracias.
Ninguna palabra podría describir el talento de este hombre, pero todos lo intentamos al mismo tiempo.
Detente, me estás ruborizando–extendió las manos antes de volverse hacia mí. Gracias por permitirme
3/4
vestirte para esta noche, es un honor.
-El honor es todo mío–le hice un gesto con la cabeza.
Por primera vez en mi vida, me sentí como una princesa.
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49–El Vestido–3
$49–El Vestido–3
(Nolan)
Llamé a mi mamá y a Camilla para que vinieran a mi oficina. Esta conferencia iba a ser más importante de lo que
pensaba.
-¿Qué pasa, cariño? -Mi mamá entró primero y se sentó frente a mí.
-Necesito tu ayuda – suspiré, y ella se enderezó en su asiento con una amplia sonrisa. Espera a que llegue
Camilla.
Camilla entró unos largos minutos después.
-¿Por qué tardaste tanto? -le pregunté.
– Estaba al otro lado de la casa del clan -dijo, cruzó los brazos y me miró fijamente.
-Siéntate -ordené, ignorando sus travesuras. Sus ojos se estrecharon aún más, y sostuve su mirada fría-. No
me obligues a darte órdenes -dije con voz firme, no era el día para esto.
Ella hizo un espectáculo al tomar el asiento junto a mi madre, y mi mamá frunció el ceño ante su
comportamiento.
-Acabo de recibir la noticia de que El Príncipe, el Alfa Dracos, asistirá a la conferencia dije. Mi mamá se inclinó hacia adelante y los ojos de Camilla se abrieron de par en par-. Así que habrá que hacer preparativos
adicionales.
-Ojalá nos hubiera avisado antes – frunció el ceño mi mamá.
-Él es El Príncipe. No me importa si aparece sin previo aviso, haremos que funcione–gruñí.
-Es un gran honor. No lo hemos visto en años, nadie lo ha visto -Camilla jugueteó con el extremo de su coleta rubia pensativa-. Desde nuestra ceremonia–me ofreció una pequeña sonrisa como señal de paz.
-Hagan lo que necesiten, pero necesito que la fiesta sea más grande, mejor y digna de la realeza.
-Ya lo es – dijo Camilla, y mi mamá resopló, lo que le valió una mirada desafiante de mi pareja elegida.
-Trabajarán juntas. No tenemos tiempo. Asegúrense de que tengan la mejor habitación de invitados. No me importa a quién tengan que mover. Esto muestra a los demás Alfas lo prestigiosa que es nuestra manada al recibirlo
en persona.
–
-¿Ellos? -repitió Camilla.
-El está trayendo a alguien. Aparentemente, encontró a su pareja -dije-. Ella tampoco ha sido vista
antes.
Los ojos de mi mamá se abrieron de par en par.
Al menos es la primera vez que escucho sobre esto. Esta fiesta tiene que ser perfecta. Una vez que se corra la voz de que el Príncipe y su nueva pareja asistirán, nadie se atreverá a faltar. Esto será genial para Blue Ridge.
Será un gran honor, sin duda -dijo mi mamá con la boca abierta. ¿Qué necesitas que hagamos, cariño? Miró a Camilla.
-No sé, hagan lo que hacen las mujeres. Quiero algo grande, simplemente más, háganlo realidad -ordené y las despedí con un gesto-. Trabajen juntas, se necesitan mutuamente añadi. Me estaba cansando de sus discusiones.
Por supuesto, cariño–mi mamá se levantó primero y Camilla asintió, pero no parecía feliz.
-Cierren la puerta al salir -las despedí a ambas.
Me comuniqué con mi Beta y Gamma para que entraran. Necesitaba discutir la seguridad de la manada y otros
+25 Purine
49–El Vestido–3
protocolos que el Príncipe solicitó. El traería a algunos de sus propios hombres, y ahora teníamos que alojarlos y averiguar cómo encajarían y dónde.
Aunque fuera un dolor de cabeza, valdría la pena por el impulso de estatus y la envidia de cada otro Alfa en este
territorio.
La puerta de mi oficina se abrió de golpe y Camilla entró pisoteando, con la cara roja.
¿Ya habían discutido ella y mi mamá? Acaban de salir.
-¿Qué pasa? -exigí fríamente.
-Mi vestido–dijo Camilla apretando las manos a su lado-. Mi vestido de Anthony Rossi, desapareció –
sollozó.
-¿Alguien lo robó?-le pregunté. Nadie se atrevería.
-¿El vestido que ordené para el baile? Lo vi en una revista hace seis meses y tenía que tenerlo. Planifiqué todo el baile en blanco y n***o alrededor de ese vestido–Pateó el pie, sus ojos se llenaron de lágrimas. Acaban de llamar, se lo dieron a otra persona. No puede hacer eso, tienes que hablar con él suplicó.
En primer lugar–me levanté-. Es solo un maldito vestido.
–
Ese nombre tiró de mi memoria y luego recordé la cotización exorbitantemente cara que me mostró por un
vestido que usaría una vez.
En segundo lugar, te dije que no lo compraras. Eso costaba como quince mil.
Más que eso susurró.
-Estás bromeando, ¿verdad? ¿Un vestido? -Me reí. No era tu vestido porque nunca te iban a permitir
quedártelo. ¿Eres estúpida o qué? -grité- ¡Respóndeme!
Sacudí la cabeza y ella miró hacia abajo. Mi furia coincidía con la suya, pero por una razón diferente.
-No tenemos ese tipo de dinero para gastar en vestidos de fiesta. Las cosas ya están bastante ajustadas.
Habíamos tenido conversaciones al respecto. Las fiestas eran una cosa, pero sus gastos se estaban saliendo de
control, tanto que se notaba.
poco.
-Pero el Príncipe vendrá -dijo, no podía dejar de temblar, pero ya no estaba tan histérica y su voz se calmó un
-Con su pareja, no va a estar mirando tu trasero lamentable -Me reí una vez y ella se acercó, retrocediendo la mano, pero la agarré y la empujé hacia abajo.
¿Cómo se atrevía?
-¡Vete ahora! -le ordené, rugiendo hacia ella.
Tuvo la decencia de verse asustada.
Mi lobo también estaba enfadado, que ella intentara algo tan degradante como abofetearnos. Willa nunca habría intentado algo así y mi lobo nunca se habría enfadado con ella. No podía haberlo hecho.
Sus ojos se llenaron de nuevas lágrimas y solté su mano.
– Nunca vuelvas a hacer esa mierda -Me reí irónicamente. Y tus gastos están cortados a partir de ahora, usa algo que ya tengas.
Ella sé dio la vuelta para decir algo.
-Cierra la boca -le ordené-. Vete.
La aparté con la mano y ella se vio obligada a hacer lo que se le dijo. Rara vez usaba realmente mi comando de Alfa con ella, pero no pude evitarlo. Gastar ese tipo de dinero en un vestido, nadie tiene ese tipo de dinero.
+25 Punis
50–Malditas Distracciones–1
50- Malditas Distracciones–1
(Willa)
Llamé a mi mamá en cuanto salí de la ducha. Tenía dos llamadas perdidas suyas.
-¿Todo bien?-pregunté demasiado rápido.
-Sí, cariño, no quería preocuparte. Solo teníamos algo de lo que queríamos hablar contigo.
-Sigue–Puse el teléfono en altavoz y empecé a secarme el pelo con una toalla.
-Estábamos, bueno, tu papá y yo estábamos esperando mudarnos a Crescent Moon. Si aún nos quieres–dijo, mis ojos se abrieron de par en par y mi reflejo en el espejo me sonrió brillantemente-. Trabajaremos, por supuesto, lo que necesites, solo que te extrañamos, a ambos.
-¡Por supuesto, mamá! -la interrumpi-. En cualquier momento, tan pronto como sea posible, podemos arreglarlo dije. No quería decirle que había estado esperando secretamente este momento durante mucho
tiempo.
-Bien–soltó un largo suspiro-. No queremos molestar…
-Detente–La interrumpí-. Estoy emocionada de que estemos todos juntos y felices de tenerte–Sacudí la
cabeza ante su ridiculez.
-Entonces… Podía escuchar la sonrisa en su voz-, oh, y algo más. Todos están revolucionados, los omegas están corriendo por todas partes y hay personas que nunca antes había visto merodeando por la manada -Se rió de
nuevo.
-¿Por qué?-pregunté. Solté mi cabello de la toalla y agarré un cepillo, empezando a desenredar suavemente
mi pelo.
-El Príncipe viene a la conferencia–Sonreí ante eso. Traté de apartar el pensamiento de la conferencia de mi mente esta semana. Solo pensaba en ese vestido. Pensar en volver a Blue Ridge sin previo aviso me hacía sentir muy
incómoda.
-Nosotros vamos confirmé.
-Esperaba que lo hicieras. ¿Pasas a vernos? -preguntó ella.
Por supuesto, Caspien nunca ha estado en mi casa antes–Aparte de mi apartamento, por supuesto.
Nunca pensé que tendría la oportunidad de mostrarle dónde crecí, y la idea me emocionaba. Era algo parecido a la normalidad que me ayudaría a mantener los pies en la tierra este fin de semana.
La idea de mostrarle al príncipe oscuro mi humilde cabaña meses atrás habría sido aterrador, pero quería que la viera, y sabía que él también lo haría. Nada de mí ni de mi pasado me avergonzaba, y me sentía más yo misma con
él, que nunca.
-¡Maldición, no he limpiado los zócalos en Dios sabe cuánto tiempo! -dijo mi mamá. No pude evitar reirme
del pánico en su voz.
-Es solo Caspién, mamá. Tranquilízate–respondí.
No le digas a tu mamá que se tranquilice, cariño. No funciona–gritó mi papá, y sonreí.
-Hola, papá grité de vuelta.
-Estás en altavoz ahora, no grites regañó mi mamá.
-No te preocupes por los zócalos, mamá.
-Zócalos–corrigió ella, y rodé los ojos.
Solo empieza a hacer las maletas.
+25 Puntos
50 Malditas Distracciones–1
-¿Haciendo maletas? -Caspien entró y me rodeó con sus brazos, besando mi mejilla. -Mis padres se mudan aquí. ¿Eso está bien? -pregunté, pero ya sabía la respuesta.
Sus ojos se iluminaron.
Por supuesto que sí. Diles que me envíen sus preferencias y puedo ponerlas en manos de nuestro equipo de diseño para que preparen muestras para ellos. Pueden tener una cabaña cerca de la antigua casa de la manada si quieren, pero también quiero que tengan un apartamento aquí, en el piso de mis padres.
-¿Escuchaste eso? -pregunté a mi mamá.
-Sí, pero no, quiero decir, eso es demasiado -balbuceó mi mamá.
Caspien tomó el teléfono de mi mano.
-Son familia, tomarán un apartamento y la cabaña que deseen. Ambos se actualizarán según sus preferencias
-dijo, su voz un poco más fría, pero pude ver cómo se iluminaban sus ojos.
-¿Es esto una orden de Alfa? -bromeó mi mamá, y me sorprendió.
—Sí, en realidad respondió Caspien con una sonrisa genuina-. Si sigues así, también les regalaré una casa
junto al lago.
Por supuesto, me disculpo. Estaríamos más que felices de aceptar tu generosa oferta -pude escuchar la sonrisa en la voz de mi mamá y me giré para enterrarme en el pecho de mi pareja, envolviéndolo con mis
brazos.
-Avisanos cuando nos quieras -dijo mi papá.
Vuelve con nosotros este fin de semana, hay un gran partido el lunes. Me encantaría que te unas a nosotros
dijo mi papá.
– Béisbol y Hot dogs, y ni siquiera somos oficialmente parte de la manada -dijo mi papá-. No creo que haya
recibido ni un solo Hot dog aquí.
–
Me reí ante eso, estaba tan feliz. A pesar de la amenaza inminente, a pesar de que tenía que enfrentarme a mi ex esta noche y a una manada que no quería volver a ver, mi corazón estaba rebosante.
-Nos vemos pronto -dijo Caspien, frotando su cabeza en mi cabello.
-Los quiero -agarré el teléfono y colgué.
-¿Eres feliz, princesa? -Caspien besó un lado de mi sonrisa y luego el otro antes de retroceder. Pasé mi mano
por su barba recortada.
-Sí lo soy.
Me dio la sonrisa que solo me reservaba a mí, la que hacía brillar sus ojos azules como el hielo.
-Me alegra -Me levantó, sus grandes manos acariciaron mi trasero desnudo bajo mi bata, y envolví mis piernas alrededor de su cintura. Puso su frente contra la mía y nuestra respiración se mezcló mientras nos llevaba a
su cama, mi cama, nuestra cama.
Solo la anticipación de tenerlo hizo que mi cuerpo se estremeciera. Podía sentirlo endureciéndose entre mis piernas y me agarró más fuerte. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje hacia mí.
Caímos en la cama mientras sus labios encontraban los míos, mi lengua se adentró en su boca. No había nada
lento en esto, lo necesitaba ahora y no teníamos mucho tiempo.
Desabrochó sus jeans y se los sacó. Me posicioné encima de él, sintiendo la punta aterciopelada deslizarse sobre mi abertura ya empapada de deseo.
¡Diosa, Willa! -gruñó contra mis labios. Ya estás tan jodidamente mojada por mí.
La puerta se abrió y nuestros ojos se dirigieron hacia los intrusos. Esperaba que no fuera Emmett, aunque sabía que ya estaba con los padres de Caspien.
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50 Malditas Distracciones–1
Holden y Cali estaban en la puerta.
-Cierra la puerta -gruñó Caspien. Yo todavía estaba suspendida sobre él.
–
-De acuerdo, de acuerdo dijo Holden.
Entraron y él cerró la puerta detrás de ellos.
-Salgan y luego cierren la puerta–La voz de Caspien era baja.
Rachel está aquí -dijo Cali, ignorándolo. Abajo.
–¿Qué quiere?-preguntó Caspien. Me alegró que la bata cubriera nuestra desnudez.
-No a ti, chico guapo–sonrió Cali, lanzándome una mirada-. Aparentemente, tiene algo para ti de parte de
Anthony.
-¿Quién es Anthony? -preguntó Caspien.
Levanté una ceja,
-¿En serio? ¿Eso fue celos? -Me incliné hacia adelante, susurrando en su oído-. Tu pene casi está dentro de
mí y estás celoso porque alguien más me envió algo–Lo provoqué.
Su agarre sobre mi se endureció y empujó un poco más dentro de mí. Tuve que morderme el labio.
-Solo era una pregunta, princesa–Su voz era suave, juguetona.
Empezó a llamarme así como una broma, pero ya no lo odiaba tanto como solía hacerlo.
-Sí, princesa repitió Holden, y mi mirada se dirigió hacia ellos. Casi olvidé que estaban allí, o tal vez lo olvidé por completo.
Caspien gruñó, pero se subió los pantalones y yo, a regañadientes, me aparté de él. -Dame un minuto suspiré y agarré un vestido del armario.
Caspien parecía afligido, pero dejó que Cali me llevara a regañadientes.
-Voy a matarte -Caspien se abalanzó sobre Holden, y Holden corrió pasando junto a nosotros por el pasillo. Cali rodó los ojos y los seguimos, solo esperaba que no rompieran nada. Rachel estaba esperando junto a la puerta principal, inquieta, lo cual parecía muy poco característico de ella.
-Hola le ofrecí una cálida sonrisa.
–
-Hola parecía aliviada, se escuchó un estruendo detrás de nosotros y rodé los ojos, ignorándolos.
-Aquí, esto es de parte de Anthony–dijo y ella también ignoró los ruidos y me entregó una larga caja negra-. Y pensé que esto podría ir bien con tu atuendo. Lo encontré en París pero aún no lo he usado. Lo guardé aquí, supongo que lo estaba reservando. Encogió los hombros y me tendió una caja de terciopelo. Coloqué ambas en la mesa junto a la puerta, abriendo primero la suya.
Dentro de la caja había una hermosa tiara con diamantes entrelazados entre ramas de oro blanco. Era delgada, discreta y casi parecía una diadema. Era perfecta.
No tienes que ponértela -dijo y se encogió de hombros.
Me encanta–dije, la toqué antes de encontrarme con sus ojos–.Gracias, eres como mi hada madrina suspiré, y ella sonrió radiante.
En la otra caja había un par de guantes largos. Estaban hechos de un material casi transparente, fino y n***o, con los mismos espirales y remolinos de mi vestido. Combinaban perfectamente.
-Los hizo esta semana, trabajó en ellos solo dijo Rachel.
No creo que pueda agradecerle lo suficiente dije y los apreté contra mi pecho.
-Quiere una foto. También envió esto ella agarró una bolsa del suelo detrás de ella y sacó una cámara Polaroid y una botella de champán.
-Así me gusta más -dijo Cali, agarrando el champán-. Y está frío–silbó apreciativamente. Voy a buscar