Chapter 46
46–¿Quién saldrá con vida?
(Caspien)
Nos detuvimos antes de que el polvo se asentara por completo del coche que teníamos delante, y esperaba que fuera uno de los nuestros. Griffen sacó a la mujer, definitivamente era diferente de nuevo. Su cabello era más largo, brillante, y su rostro parecía más tenso.
Estar cerca de ella me inquietaba. Olía a lobo, pero no confiaba en ella. Vi cómo estaba cambiando, moviéndose dentro de su piel, y no sabía qué más podría haber fingido. Parecía que la plata la contenía, al menos por ahora.
–
Por aquí le hice un gesto con la cabeza hacia el borde del bosque mientras nuestro coche se alejaba.
-Haz un movimiento y mueres le dijo Griffen a la mujer, quien lo miró con furia. Lo respeté, pero cuanto más se movía, más profundo se clavaba el cuchillo. Le lancé una mirada de reproche a Griffen, y él retrocedió un poco con el cuchillo. No quería su sangre fresca, su olor, derramados antes de que los necesitáramos, si es que los
necesitábamos.
-Vamos
susurró, tirando de su hombro. El cuchillo volvió a su lugar en su garganta, y ella intentó soltarse, pero Griffen se mantuvo firme.
Los guié entre los árboles, en silencio y lentamente, increíblemente despacio. Los cinco minutos que le di a Cali ya habían pasado, y con cada paso que dábamos, podía sentir oleadas de ansiedad recorriéndome.
Si algo sucedía, Holden nunca lo superaría, nunca me perdonaría, ni Willa tampoco. Sacudí la cabeza, tratando de apartar esos pensamientos. Me concentré en mis pasos, manteniendo los pies ligeros y los ojos entre el GPS y el denso suelo del bosque.
Un palo se rompió en algún lugar cercano. Levanté la mano, y Griffen se detuvo; la mujer empezó a emitir un
grito ahogado, y’fue silenciada, no importaba cómo.
Me concentré en mi entorno. No vi nada.
Era como si ese palo hubiera sido roto por un animal, pero sabía que no era así. Fue intencional, ruidoso. Casi parecía una señal.
Mantuve la respiración, la tensión llenaba el aire, o tal vez mi aura escapaba de mi control cuidadosamente
restringido.
Otro sonido, otro chasquido, y mi atención se desvió hacia la derecha.
Un hombre solitario se acercaba hacia nosotros con pasos demasiado silenciosos para lo que había esparcido en el suelo. Lo estudié y él me miró con ojos impasibles. Me escaneó rápidamente, pero apenas movió la cabeza, su
mandíbula tensa, y esperé a que se acercara más.
Príncipe
susurró, tan débil que pensé que podría haberlo imaginado.
Inclinó ligeramente la cabeza y se dio la vuelta, dejándonos, sin reconocer a la mujer ni a Griffen que intentaba
mantener oculto detrás de mí.
¿Qué fue eso? Él no enlazó mentalmente a nadie – preguntó Griffen.
Eso no significa que no vaya a buscar ayuda – respondi
Nunca dejaríamos que los intrusos se fueran, nunca los dejaríamos sin vigilancia. Me pregunté si este era uno de
los “hermanos” de Ezra, pero no creería en esa coincidencia. No tendría esperanzas en eso.
Miré hacia abajo al GPS, estábamos casi encima del punto brillante. Asenti con la cabeza hacia Griffen,
indicándole
que avanzáramos. No necesité decirle que estuviera atento.
La voz de Cali llegó suavemente desde la distancia mientras nos acercábamos a árboles espesos un momento después, y levanté la mano, tratando de obtener un buen punto de vista a través de los árboles.
46–¿Quien saldrá con vida?
-Tampoco te necesito a ti, y nunca insinué que lo hiciera. Esto es para decidir si es mutuamente beneficioso dijo Cali, su voz clara e inquebrantable.
Ella era buena en esto, malditamente buena.
Cali estaba parada frente a él, El Asesino Silencioso.
Eran solo ellos dos en un claro. Me esforcé por escuchar sus palabras, Griffen tenfa que sujetar a la mujer que luchaba e intentaba dar patadas.
Los ojos grises del Asesino Silencioso parecían clavarse en los míos.
-¿Quién te siguió? le preguntó a Cali, y mantuve su mirada.
Espera – enlacé con Griffen – Actualiza a Holden,
Hecho,
–
Salí entre los árboles, teniendo que abrirme paso. Fruncí el ceño internamente ante la imagen que estaba dando, luchando por atravesar esos árboles. Cali me ofreció una sonrisa y pude notar que estaba tratando de contener la risa, pero adoptó una expresión impasible cuando el asesino volvió a mirarla.
-¿Un amigo tuyo? -Su mirada se endureció al dirigirse a Cali. Cali inclinó la cabeza, observándome y encogiéndose de hombros.
-Define amigo – dije dando un paso hacia ellos. Cali me miró con seriedad y el rey asesino nos observó alternativamente, su mandíbula tensa.
-No saldrás con vida–dijo con voz suave y dura al mismo tiempo.
Di otro paso.
No puedes tocarme.
-Al diablo con el juramento.
-Necesito saber quién ordenó atacar a Emmett Balfour–fruncí ligeramente el ceño.
-¿Por qué crees que lo sé?
-No tengo tiempo para tus estupideces. Ambos sabemos que no eres tan incompetente y que no confiarías en
nadie más para manejar todas tus cuentas.
Una sonrisa se formó en un lado de su rostro.
-Tengo muchos contratos. ¿Qué significa él para ti?
-Es mi heredero–afirmé.
El asesino palideció, todo el color abandonó su rostro, pero mantuvo la compostura.
-No lo sabía – susurró.
-No investigaste lo suficiente dije dando otro paso-. Sin embargo, yo sí lo hice.
Sus ojos grises se encontraron con los míos, la curiosidad superó su sorpresa.
-Si hubiera sabido…
-No creo completamente en eso. Necesito saber quién ordenó ese ataque.
-Sabes que no puedo decirtelo Volvió su tono oscuro y juguetón.
Vas a tener que hacerlo.
-Tengo un código.
Cali rio, fue seca y sin humor.
-Acabas de decir que no lo tenías.
-Tengo un código con mis clientes -explicó él.
-Prostituta asesina -susurró ella, y él frunció el ceño.
-Buen intento, realmente bueno de hecho, pero esto no funcionará –El asesino rio una vez. No pensé que el Principe Alfa fuera tan tonto.
Levanté una ceja y no pude evitar la pequeña sonrisa que se dibujó en mis labios.
Tráela enlacé a Griffen.
Mantuve la mirada del asesino. Apartó la suya cuando hubo un ruido detrás de nosotros. Cali siguió su mirada y pareció apreciarlo mientras la mujer era arrastrada junto a Griffen. Estudié el rostro del Asesino Silencioso, el miedo cruzó por un segundo y tragó saliva antes de esbozar una sonrisa demasiado amplia.
Te llevaste a mi tabernera -Frunció el ceño-. Será molesto reemplazarlo, es tan difícil encontrar ayuda
confiable en estos días.
Asenti.
-Estoy de acuerdo.
-Debo felicitarte por poder hacer eso–Levantó ligeramente la barbilla hacia Griffen, quien se acercó a pararse a mi lado. ¿Cómo lo lograste?
Cuando fomentas lealtad, eso puede ser comprado, puede ser comprado por cualquiera dije.
Buen intento dijo y se encogió de hombros.
-Mátala ordené.
Fui recibido por un grito ahogado y sonidos de Griffen luchando con la mujer, pero no aparté la mirada de él. Abrió la boca y la cerró, pareciendo luchar consigo mismo, sus cejas oscuras se fruncieron y se desplegaron una y
otra vez.
Espera dijo. Levanté la mano, sabiendo que Griffen se detendría-. No hay necesidad de matarla, no puedo proporcionar la información que quieres, pero puedo prometer que nunca volveré a ir tras él ni a otros que
ames.
Esas palabras parecían costarle.
Eso no será suficiente, y lo sabes dije. Los ojos del asesino no abandonaron a la mujer.
-Qué bueno verte de nuevo dijo Cali, acercándose a nosotros, dirigiendo su atención hacia nuestra prisionera
–. Te ves bien, debo añadir–Cali mostró una sonrisa maliciosa.
-Quita la cinta ordené, y Griffen la arrancó.
-¡Malditas putos, todos ustedes gritó la mujer-. ¿Qué mierda les pasa?
Sonaba como si estuviera llorando, su voz quebrada, pero no me atreví a apartar la mirada de él. Se relajó un poco y le dio una mirada que no pude descifrar.
-Dinos quién ordenó el golpe y quiero pruebas, o ella no se va dije. Mi voz fría y sin emociones.
Su mirada se volvió hacia mí y se endureció.
-No puedo hacer eso. Eso no solo arruinaría mi reputación, sino también el delicado equilibrio que he
creado.
Cali resopló.
-Un equilibrio que implica secuestrar niños -Su voz no mostraba más que pura ira.
-Esto no te concierne le lanzó a Cali una mirada mortal que habría hecho huir a otros, pero ella se mantuvo firme, cruzando los brazos y desafiándolo con la mirada. Me pregunto si esto era un acto o si realmente estaba tan imperturbable.
En realidad, sí. —le dijo. Te metiste con mi familia.
-Ah–hizo una pausa-. Así que eres sentimental.
Encogió los hombros.
–
-Por cierto, me llamo Cali le dijo con una sonrisa, pero sus ojos estaban ardientes.–Pensé que podría decirtelo ya que no saldrás vivo de aquí.
Él negó con la cabeza sonriendo, y sus ojos se nublaron. Eché un vistazo a Griffen y vi que los suyos también lo
estaban.
Era hora de jugar.
-Ven aquí le ordené a Cali, y por una vez, ella escuchó.
–
Di medio paso adelante, protegiéndola. Le lancé una mirada que le decía que esto no estaba sujeto a debate,
La protegería como compañera de Holden, la mejor amiga de mi compañera, mi hembra Gamma y mi amiga, mi familia.
Hombres vestidos de n***o se acercaron desde el otro lado del claro detrás del asesino. Lo hicieron mucho más elegantemente que yo. Aparté la cara de los asesinos por un segundo para evaluar al nuevo grupo. Reconocí a uno de ellos con quien nos encontramos antes, y solté un suspiro.
Ezra.
Esperaba que cumpliera su palabra, pero me di cuenta de que esto podría ser una trampa. Eran diez, pero podría haber más escondidos. Hice un cálculo mental contra nuestros hombres. Estábamos casi igualados, aunque éramos más numerosos. Sabía que un asesino podía acabar con varios hombres, pero los que estaban con nosotros estaban altamente entrenados.
La Manada Silenciosa solo responde a midijo y abrió los brazos, señalando a los hombres detrás de él, mirando fijamente a Cali-. Querías pruebas.
-Pensé que ahora iban con otro nombre -repliqué, y su mirada gélida se dirigió hacia mí, entrecerrando ligeramente los ojos. Solo quiero el nombre, eso es todo–Mentí.
Te tenemos visualmente, esperando tu orden – Holden vino a mi mente.
El asesino negó con la cabeza, una media sonrisa jugando en su rostro.
-No entiendes, querido príncipe, no estás en posición de hacer peticiones. Estos son mis mejores hombres. Uno puede derribar a veinte de los tuyos. -Me burlé-. Bien, digamos diez, incluso cinco, los diez que esperan detrás de ti no serán rival. No quiero matarte, demasiada burocracia -Frunció el ceño–Pero puedes irte ahora,
dame a la chica y nunca intentes algo tan estúpido de nuevo.
Lo estudié, sin decir nada más.
-Será tu funeral–continuó encogiéndose de hombros-. Última oportunidad para irte con vida -Sonrió, y pasó un largo momento.
-De acuerdo entonces.
Levantó una mano y movió los dedos. Los asesinos se movieron en unidad, convergiendo hacia nosotros.
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