Chapter 41
41-El sin manada
(Caspien)
Unos días después, todavía no había señales de nuestro objetivo.
Holden estaba trabajando en convencer, en realidad sobornando, a su universidad para que cambien a clases en linea. Se ofreció a pagar cualquier cosa que quisieran o venir a grabar las clases él mismo. Me dijo que si eso no funcionaba, compraría la escuela entera.
Esperaba que pudiera encontrar una idea algo menos intenso.
Griffen parecía estar menos tenso ahora que podía dejar a Nora con Cali y Willa cuando teníamos reuniones o teníamos que ir a la oficina. Creo que pensaba que ella podría caerse y lastimarse si él no estaba cerca, y tener otros. “cuidadores” allí, tranquilizaba un poco su mente.
Mi teléfono vibró, sacándome de mis pensamientos. Era mi secretaria privado del grupo The Dracos. -¿Si?-respondí. No se suponía que estuviera en la oficina hoy, mi agenda estaba despejada.
-Señor, hay alguien aquí para verlo, dice que usted no lo conoce -dijo mi secretaria.
-¿Cuál es su asunto?
-Dijo que está respondiendo a su llamada. No sabía que estábamos contratando, pero mencionó un trabajo.
-Hazlo esperar allí donde puedas verlo. Voy en camino dije y colgué.
No me gustaba que alguien se sintiera cómodo apareciendo en mi oficina, pero era mejor que la casa de la
manada.
para
Sabía que atacar a “El Asesino Silencioso” era arriesgado, y no esperaba que nadie realmente lo hiciera, era solo
hacer
que se mostrara y establecer una línea de conexión. No importaba la cantidad de dinero ofrecida, era una sentencia de muerte. Me intrigaba descubrir quién me estaba esperando. Apostaría a que era uno de sus hombres enviado para organizar una reunión.
Usé el ascensor trasero y fui a mi escritorio. El piso estaba vacío como siempre, y de todos modos tenía trabajo que hacer que había estado descuidando para pasar tiempo con Willa y Emmett.
-Puedes hacerlo entrar -Llamé a mi secretaria.
-Muy bien, señor.
Después de unos momentos, un hombre alto de piel ligeramente bronceada entró en silencio. La única indicación de que estaba aquí fue cuando mi secretaria cerró la puerta detrás de él.
Su largo cabello estaba recogido en lo alto de su cabeza. Un rizo dorado y marrón caía sobre su rostro, lo único. que estaba fuera de lugar. Se mantenía inquietantemente quieto frente a mí, como una estatua. La única forma de saber que estaba vivo era por el ritmo constante de su corazón; ni siquiera parecía estar respirando. Pero era un hombre lobo, un lobo puro, eso lo sabía.
-Siéntese ofrecí.
-No, gracias respondió, encontrando mi mirada con un ojo marrón y otro azul. Solo estaré aquí unos
minutos.
-¿Qué pasa? -enderecé mi chaqueta y me recosté. No podía entenderlo del todo.
Mi nombre es Ezra y soy de The Packless.
Respiré hondo. Eso sonaba como otro proyecto en el que el Asesino silencioso estaba trabajando.
-¿Qué espera lograr contigo?-pregunté y estudié su figura inmóvil, pero no reveló nada. Las personas rara vez eran difíciles de leer.
Nada, ya no más.
-Entonces, ¿por qué estás aquí?
-Yo y un grupo decidimos dejar la Manada Silenciosa. Siempre estaremos agradecidos por las habilidades que aprendimos y por el refugio -dice.
-No tienes que convencerme de nada lo interrumpí.
Se quedó inmóvil por un momento, sus cejas se fruncieron ligeramente como si saliera de un trance, luchando contra algo tan arraigado en él.
-Tienes razón -diji y sacudió la cabeza tan sutilmente que pensé que podría haberlo imaginado–Los dejamos y formamos The Packless.
-Poético hice una pausa- para un grupo de huérfanos.
Su boca se curvó ligeramente hacia un lado.
-Así lo pensamos.
-Entonces, ¿qué tienes para mí? O, más probablemente, ¿qué necesitas de mí? ¿Protección? Porque no puedo garantizarte eso de él, ni correré el riesgo.
-Un intercambio–dijo, su mirada se endureció. Eso despertó mi interés. Sabemos que fuiste afectado por él, pero no entiendo por qué.
-Necesito encontrarlo. Fue la única forma en que pudimos concertar una reunión -expliqué.
Asintió una vez.
-Puedo ayudarte.
-¿A cambio de qué? -Dejé la pregunta abierta.
-Como puedes imaginar, dejarlo no ha sido fácil. El exige un pago a cambio de lo que creía que valíamos. Casi pregunté cuál era su trato, qué les debían a cambio de su crianza, pero no importaba. No haría nada más que satisfacer mi curiosidad.
-No quiere que te vayas. Puede y te rastreará -dije, procesando esta información en voz alta. Asintió, más como una ligera inclinación de cabeza-. Quieres que lo mate–La realización me golpeó.
Apartó la mirada por un breve momento, respirando profundamente.
Te daré la ubicación donde operaba por última vez —dijo.
Si alguien lo sabía, sería alguien de The Silent Pack.
-¿Cómo sé…?
-¿Cómo sabes que esto no es una trampa? -terminó por mí.
Nos miramos el uno al otro por un momento. El desabrochó su camisa y aflojó su cinturón. Bajando el costado de sus pantalones, una tenue cicatriz pálida destacaba en contraste con su piel bronceada. Era difícil determinar qué era o qué se suponía que debía ser.
Se supone que es su símbolo. No el símbolo de la Manada Silenciosa, su símbolo. Le perteneciamos a él, no a nosotros mismos, ni siquiera a la manada que se convirtió en familia -Me sonrió sin ninguna emoción. La cosa
es que,
si marcas a un niño, no se queda quieto. Nuestros cuerpos cambian mucho y nos quedamos con esto. Para darle crédito, éramos algunos de los primeros, así que no pensó más allá de reclamar a sus huérfanos.
Su rostro se endureció, perdido en sus recuerdos.
-¿No sientes nada por tu captor?-pregunté.
-Odio–Sus ojos se volvieron negros, haciendo que su color desigual coincidiera.
No tienes que creerme. Quiero una salida. Seguridad para mis hermanos y para mí.
-¿Qué harás? -le pregunto.
Sin manada
-No lo sé. Nunca tuve esa opción –respondió. Su rostro estaba sin emociones aunque su voz lo delataba.
-Escríbelo–Hice un gesto hacia mi escritorio y él se inclinó, garabateando algo.
Deslizó el papel hacia mí y mantuvo mi mirada durante un buen rato.
No puedes atacar el lugar, no funcionará. Es un punto de partida para que muchos accedan a él. No puedo garantizar que algo salga de eso. Podría funcionar si eres inteligente y envías a alguien en quien se pueda confiar. Tu mejor opción es alguien fuera de tu manada. Los miembros de la Luna Creciente están fuera de límites. Todos lo saben, y él sabrá que es una trampa – informó.
Eso sería difícil.
-Es todo lo que tengo -dijo Ezra-. Tienes que encargarte de esto. Sin garantías.
-Espero que funcione–murmuré. Era mucho para contactar a un solo hombre.
-Yo también lo espero -Su mirada parecía esperanzada, casi anhelante por un momento antes de volver a su
fachada de asesino.
-No te quedes ahí demasiado tiempo, te transforma.
-¿Qué quieres decir? -preguntó él.
-Cada vez es más difícil salir de ahí. El lugar que construyes se convierte en ti. Piensas que es tu protección,
pero te consumirá, te cambiará en alguien que no reconocerás.
-Oh
La comprensión cruzó su rostro.
-Un compañero ayuda ofrecí.
-No tenemos uno. Encontramos una forma de superar esa debilidad.
Negué con la cabeza.
No son una debilidad, son tu fortaleza.
-No para nosotros El dolor pasó por sus rasgos, pero al segundo siguiente estaban fríos y serenos.
-¿Estás seguro de que no te siguieron?
Fui entrenado por los mejores -Me dedicó una media sonrisa genuina-. Es arriesgado confiar en ti, pero haría cualquier cosa para ayudar a mis hermanos.
-Haré lo mejor que pueda, y si…
-Si te traiciono, me perseguirás y matarás a las personas más cercanas a mí colgándolas con mis entrañas aún calientes de mi herida abierta mientras las extraías lentamente, ¿no es así?
-Algo así -Le sonreí.
Entendido, Principe Inclinó ligeramente la cabeza.
-Ezra despedí. Él se dio la vuelta, y no habría sabido que se había ido si no lo hubiera visto alejarse.
Miré el trozo de papel.
El Domo: Ve por detrás y pregunta por The Timber Inn.
El Domo era una discoteca en las afueras de la ciudad, no en mi territorio, pero bien conocida entre los
humanos.
Juro que esto era una maldita trampa.
Después de que Loreli y Emmett se durmieron, les expliqué a todos mi reunión de hoy y les pasé la nota.
-¿Cómo sabrían si enviamos a un m*****o de la manada? -preguntó Griffen.
No tengo idea, pero el juramento de sangre no le permitiría trabajar con ellos de todos modos.
-¿En quién confiamos fuera de nuestra manada, además de los padres de Willa? No puedo pensar en muchas personas que conozca lo suficiente -preguntó Holden.
Absolutamente no. No vamos a usar a sus padres – gruní.
-No lo estaba sugiriendo. Era un ejemplo -levantó las manos.
-Iré yo – dijo Cali. No miró a ninguno de nosotros, en cambio, estudiaba su bebida girando en su vaso.
-Eres humana – afirmó Holden.
-Síella miró a su pareja con una ceja levantada.
No sé cuánta información tiene sobre nosotros, podría saber que estás emparejada con mi Gamma–dije,
tratando de descartar esta idea antes de que ella se comprometiera con ella.
-Y tal vez no lo sepa – respondió Cali, encontrando mi mirada.
-No–gruñó Holden.
-No depende de ti–Cali lo miró.
-Estoy seguro de que hay otras opciones dijo Willa. También parecía preocupada.
Cali encogió los hombros.
-Será lo último que haga como humana dijo y volvió su mirada hacia Holden.
-¿Qué?-Sus ojos se abrieron de par en par.
-Haré esto y luego, después de que esta prueba termine, puedes cambiarme dijo encogiéndose de hombros como si estuviera hablando de algo sin importancia-. Mi último acto humano.
-¿Qué? Willa preguntó esta vez.
-Luego puedo ser oficialmente parte de la manada, pero por ahora… dio un sorbo.
-Cambia primero -dijo Holden-. No tienes que ser humana y podrás protegerte mejor“. Cali lucía nerviosa por un segundo y mordió su labio inferior.
-Eso nos daría algo dijo Griffen, recostándose-. Si él sabe sobre Cali, sabe que era humana. Nadie sabría que ella ha cambiado.
-No es la peor opción agregó Nora-. Sé que no cambiará de opinión, así que… Se encogió de hombros y Cali le sonrió agradecida. Nora asintió en respuesta.
-Nose levantó Holden-. Hay riesgos al cambiarte.
-¿De qué lado estás? Me pediste que cambiara antes de ir–Cali miró a su compañero con una mirada
desafiante.
-Estoy del lado que evite que te pongas en peligro.
-¿No confías en que vaya a este lugar a hablar con un lacayo de un asesino? -le preguntó Cali.
-No confío en ellos – Holden sostuvo su mirada.
-Necesito saber que esto se resuelva. Necesito hacer esto por ellos la voz de Cali no vaciló mientras miraba a
Willa.
-No puedo…
comenzó Holden.
-No lo harás -Cali clavó su mirada dorada en él-. No permitiré que eso suceda, y supongo que ustedes
tendrán respaldo.
-Lo tendremos
respondió Griffen.
-De acuerdo, entonces -Cali asintió una vez, poniéndose de pie-. Hagámoslo.
-Es doloroso y no puedes volver atrás -expliqué. Quería que lo pensara detenidamente. Cali ni siquiera me miró, sus ojos no se apartaron de su compañero. Bien, tendremos al médico aquí monitoreando tu cambio. Podemos vigilar a Loreli, o puedo hacerlo si quieres que Willa esté allí.
–
-Nos encargamos de eso agregó Nora, sonriendo a Cali-. Aquí no hay nada de qué preocuparse. -De acuerdo Cali parecía preocupada ahora. Tiró de un rizo-. De acuerdo -Enderezó los hombros y