Chapter 40
40 – Lazos reforjados–1
(Caspien)
Entré de nuevo a mi apartamento. Loreli y Emmett estaban jugando con sus juguetes en el suelo, y las chicas estaban descansando en el sofá, Cali aún con su capa ondeante.
-¿Dónde encontraste eso? – le pregunté a ella.
Encogió los hombros y lo lanzó detrás de ella.
-Holden tiene cosas raras en su lugar.
Willa se levantó y se acercó a mí, mirándome en silencio de arriba abajo. Miré hacia abajo, dándome cuenta de
que me había olvidado de cambiarme. Honestamente, esto no era nada comparado con lo que solíamos hacer, con lo que estoy seguro de que Holden estaba haciendo ahora: un poco de sangre, solo un poco, pero nada más.
-Estás bien suspiró.
No era una pregunta.
-Nunca hubo ninguna duda al respecto – Puse mis labios en su frente y respiré su dulce aroma que era mi
hogar.
-Griffen está en la caza y Holden está terminando le dije a Nora y Cali-. ¿Por qué no piden algo de comida mientras esperamos?
-Ya lo tengo cubierto -dijo Cali, levantándose y sacudiendo su capa-. Los guerreros no hablan, pero sí
comen.
Se encogió de hombros, señalando la mesa del comedor donde parecía que tenían preparada una barra de
tacos.
-¿Cómo? -pregunté.
-Ustedes estuvieron allá abajo más tiempo del que pensaron, y tenemos que alimentar a esta – Cali señaló a Nora a su lado. Está haciendo un pequeño lobo, así que aparentemente eso requiere comer cada pocos minutos – Cali frunció el ceño y Nora le sonrió-. Estoy celosa, sinceramente. Apetito insaciable y no le pasa nada a tu figura.
-Un beneficio de ser un hombre lobo -dijo Willa, tomando mi mano-. ¿Tienes a Emmett? -les preguntó a las otras dos. Ambas asintieron, pero parecía que Nora estaba a punto de quedarse dormida en cualquier
momento.
Willa tiró de mi mano y la dejé llevarme escaleras arriba y a nuestra habitación.
-Quítate la ropa, deshazte de ella o lo que sea que hagas -dijo.
Se dirigió al baño y momentos después comenzó el sonido del agua corriendo. Hice lo que ella dijo, colocándola en el conducto de la lavandería en el pasillo en lugar del cesto. No quería que Emmett lo viera, aunque sabía que probablemente no se había perdido cuando entré.
Cuando entré al baño, el aire se llenó de vapor con aroma a lavanda.
-Entrame sonrió Willa, señalando mi bañera independiente.
-¿No fe unes a mí? -fruncí el ceño.
-No esta vez – dijo ella sacudiendo la cabeza, recogiendo su cabello medianoche en un moño suelto.
La observé, cautivado por la elegancia de sus simples acciones. Ella me resultaba familiar, más que nadie. En el tiempo relativamente corto que la conocía, se había arraigado tan profundamente en cada parte de mí.
Quería una pareja porque me dijeron que la quería. Sí, deseaba ese vínculo inquebrantable, pero lo que tenía con
40–Lazos reforjados–1
Willa era mucho más profundo que la atracción inicial y las chispas.
Segul su ejemplo y me sumergi en el baño. El agua tibia me calmó al instante y comenzó a aliviar la tensión que no sabía que llevaba.
Ella colocó un taburete detrás de mí y enjabonó una esponja grande, frotándola por mi espalda y lentamente arriba y abajo de mis brazos. No era s****1, pero era una de las cosas más íntimas que había experimentado.
Se sentó a mi lado en silencio. Le eché un vistazo y vi que tenía los labios fruncidos de concentración. El vapor humedeció algunos mechones sueltos de su cabello, haciéndolos rizar un poco alrededor de su rostro. Era lo más hermoso que jamás había existido.
Solo después de que me lavara completamente, movió el taburete detrás de mí y apoyó mi cabeza en una toalla, masajeando mi cabello.
Sentí cómo toda la tensión me abandonaba. Entre los cuidados atentos y el toque suave de mi pareja, el agua tibia y el vapor de lavanda, me sentí más relajado de lo que jamás podría recordar.
Sabía que ella no me juzgaría, ni siquiera por lo que sucedió en el sótano. Pero que me aceptara por completo y cuidara de mi era algo que no sabía que necesitaba tanto. Que viera las partes de mí que aún estaban frías, que no
podía sacudir.
Ya no me asustaba lo fácil que era volver a ser ese Alfa, lo cómodo y natural que se sentía. Porque ella veía todo
de mí y no se alejaba, no me lo echaba en cara.
No tenía que ser nada más que completamente yo mismo con ella, y fue la primera vez que supe quién era
realmente.
Tomé una de sus manos mientras me masajeaba y la llevé a mis labios, sosteniéndola allí y dándole un largo
beso. Nada de lo que pudiera hacer con o para ella igualaría la magnitud de lo que sentía.
Ella envolvió su otro brazo alrededor de mi, colocándolo en mi pecho, y apoyó su cabeza sobre la mía. Nos quedamos asi durante un largo momento hasta que se apartó.
-Dúchate, mi amor dijo, besó la parte superior de mi cabeza y deseé tener toda la noche para quedarnos en la
cama. Solo quería abrazarla.
Ahora que el miedo y la adrenalina estaban desapareciendo, estaba aterrado. Estuve tan cerca de perder a
Emmett y tuvimos suerte. Nunca había tenido algo que me diera tanto miedo perder antes.
Mis padres siempre estuvieron allí, al igual que Holden y luego Griffen. Nunca enfrentamos nada que pudiera arrebatármelos, y cuando mi padre luchaba junto a sus guerreros, era demasiado joven para darme cuenta de que tal vez no regresara, lo cual, por supuesto, siempre hizo.
A regañadientes salí del baño y la abracé. Ella no se quejó de que mojara su ropa, simplemente enterró su cabeza en mi pecho y me abrazó fuerte. Creo que ella necesitaba mi abrazo tanto como yo necesitaba el suyo, o eso esperaba.
-Te amo, Willa. Eso ni siquiera comienza a describirlo. Estás segura aquí, ambos lo están, y haré que esto se solucione prometí.
-Lo sé–Ella me apretó una última vez antes de soltarme. Cuando se apartó, sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas no derramadas. Se limpió los ojos antes de que pudieran caer.
Tomé su mentón entre mis dedos, inclinando sus brillantes ojos hacia los míos.
-Bajaré en unos minutos y luego tengo que hablar con Holden y Griffen cuando regresen. Si ustedes están de acuerdo, ¿tal vez podamos encontrarnos aquí?
capa.
–
Sé que Cali no querría perdérselo – Sacudió la cabeza, sonriendo. No hay forma de que le quitemos esa
-La quemaré si quieres. Ella tiene que ducharse en algún momento – ofrecí.
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-¿Y provocar la ira de La Bruja Roja? -Sus ojos se abrieron de par en par en un horror fingido-. No te
atreverías.
-¿Así es como se hace llamar?
-Le queda bien, ¿no crees? -Encogió los hombros.
No podía negarlo.
No podemos enseñarle magia, pero podemos convertirla en lobo. Dile que ahí es donde comienza la
diversión.
-Veré qué puedo hacer–dijo, me sonrió y agarró una toalla, ofreciéndomela.
-Gracias, por esto, por todo, por…-Tragué saliva- verme y no alejarte.
Sus ojos se abrieron ligeramente y dio un paso hacia mí, agarrando mi brazo y acercándome hasta que nuestras
frentes se tocaron.
-Veo todo de ti, incluso las partes que crees ocultar. Las amo todas -dijo.
Mi estómago se contrajo y sentí… ¿lágrimas? Lágrimas pinchaban mis ojos.
Sensible, ya lo sabía.
Cállate, estoy teniendo un momento.
Estamos teniendo un momento. Ella también es mi compañera
No sabía qué decirle, así que rocé mis labios contra los suyos. Ella respondió ansiosamente, abriendo su boca y
deslizando su lengua contra mis labios. La abracé, atrayéndola hacia mí, sintiendo la curva de su trasero redondo,
levantando su camisa para sentir el calor y los escalofríos que le erizaban la espalda.
Voy a subir – Holden vino a mi mente
La besé una vez más antes de retroceder a regañadientes, su respiración estaba irregular y sus labios estaban
hinchados. Me encantaba verla así.
-Holden viene. Por favor, asegúrate de que los niños no estén a su vista–Suspiré. Sabía que cuando te
sumergías en ese lugar donde solo veías rojo y venganza, no había espacio para la lógica, solo el instinto.
-Lo haré – Ella se mordió el labio y tuve que hacer un gran esfuerzo para no inclinarme y morderlo por ella. Ella miró hacia abajo a mi erección, y una comisura de sus labios se levantó-. Ojalá tuviéramos tiempo para
eso.
ojos.
-Serás mi perdición –gruñí.
-¿Qué significa eso? -pregunto y levantó una ceja, la sonrisa no abandonaba su rostro, iluminando sus
Honestamente, ni idea. Lo he escuchado en películas y parece aplicarse aquí -Sonreí de vuelta.
-Me gusta esa sonrisa, es la que solo me das a mi –dijo con voz suave.
Incliné la cabeza. No sabía que tenía diferentes sonrisas. Pensé que tenía una. Una que era genuina y otra que forzaba.
Ella se dio la vuelta y se fue antes de que pudiera detenerla. Caminé hacia la ducha esperando que el agua helada me ayudara a calmar un poco el fuego que ardía dentro de mí por ella.
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40–Lazos reforjados–2
40–Lazos reforjados–2
(Caspien)
Encontré a Cali y Holden en el pasillo de arriba. Se vefa horrible. Estaba sin camisa, pero tenía sangre por todas partes y en su rostro. Olía a piel y cabello quemados, un olor que nunca se va.
—¿Podemos usar la habitación de invitados en la que nos quedamos este fin de semana? -preguntó Cali.
Por favor, limpienlo antes de hacer cualquier juego de brujas en mis bonitas sábanas.
Una amplia sonrisa se extendió por el ensangrentado rostro de Holden, sus dientes blancos contrastaban
fuertemente.
-¿Dónde está la diversión en eso?
-Pagarás por todo lo que toques, enfermo de mierda.
-Eh…-intervino Cali.
-Pido disculpas, ¿enfermos de mierda? ¿Contentos?
-Encantados–Levantó una ceja y arrastró a su compañero pasado de mí.
-Descuenta eso de mi salario gritó Holden mientras yo me alejaba.
Bajé las escaleras y solo vi a Nora en el sofá. Ella señaló hacia la cocina y me dirigí allí.
Afortunadamente, Willa alejó a los niños de ese desastre empapado de sangre que era mi Gamma. Emmett y Loreli estaban comiendo tacos que fingian ser dinosaurios. Supongo que puedo entender de dónde sacaron eso. Más
o menos.
-Griffen llamó a Nora. No tenías tu teléfono. Está de regreso, aparentemente sin novedades -explicó Willa. Frunció el ceño, pero lo reemplazó con una sonrisa mientras dejaba agua para los niños.
-Ve a sentarte con Nora. Yo terminaré aquí.
Está bien.
-¿Té o vino?-le pregunté, ignorando su protesta.
-Ambos, probablemente -Sonrió y apreté su mano mientras ella salía.
Preparé una taza de té para Nora y Willa, y le serví un vaso de vino a Willa. Cali y Holden aún no habían bajado
cuando Emmett y Loreli terminaron de cenar. Nora les leyó libros a los niños y casi se quedaron dormidos en su barriga cuando ella terminó.
Griffen entró y se derritió al verlos.
-Necesitamos tener más – anunció.
-¿Qué tal si sacamos el primero y luego hablamos? – respondió Nora, pero una gran sonrisa iluminó su
rostro.
Ella era gentil, amorosa y dulce. Equilibraba a Griffen de todas las formas correctas. Él estaba tan enfocado en el trabajo, en demostrarse a sí mismo, que no fue hasta que la encontró que realmente se relajó, aunque solo un
poco.
Cali bajó recién duchada, aún con esa maldita bata, y Holden estaba detrás de ella, vistiendo mis malditas
ropas.
Oye, si querías que bajara desnudo, normalmente no diría que no, pero hay niños presentes Holden a mi mirada.
respondió
Cali les lanzó una mirada a Willa y Nora, y ellas subieron con los niños. Griffen, por supuesto, ayudó a su pareja a subir las escaleras, diciendo que como su apartamento era de un solo piso, ella no estaba acostumbrada a las
escaleras. Holden y yo nos miramos, pero no nos burlamos de él. Al menos no hoy.
Griffen regresó unos minutos después y se sentó frente a Holden y a mí.
-Sé que Nora o Willa te pusieron al tanto. Es lo que esperábamos. Salimos del territorio de la manada y no pasó nada. Pudimos desbloquear su teléfono, pero no había nada relevante en él. Era un teléfono desechable y todos los números estaban desconectados dijo volteándose hacia Holden-. ¿Conseguiste algo más de Brady?
-No pregunté mucho encogió los hombros Holden-. De todas formas, no parecía saber mucho.
-El Asesino Silencioso se mantiene bien oculto, rara vez se reúne con clientes o incluso con sus propios. asesinos o contratistas en persona–reflexionó Griffen.
-¿Algo sobre nuestro objetivo?
-¿Te han puesto un objetivo en el Asesino Silencioso? -Los ojos de Holden se abrieron de par en par. Escaneó la ventana como si esperara que un asesino escalara el edificio.
– Necesito hablar con él dije.
–
-Estás loco respondió Holden, mirándome fijamente.
-¿Cómo más lo encontramos?
-¿Cómo lo encontraste la primera vez? -preguntó.
-Él me encontró a mí. Quería hacer una alianza. Lo rechacé y lo obligué a aceptar un pacto de sangre en su lugar respondí y me encogi de hombros.
-Lo haces sonar simple me miró Griffen.
No lo fue en absoluto–admiti-. Pero funcionó, y esa fue mi última comunicación con él.
Odio decirlo, pero parece casi imposible intentar encontrarlo. Incluso si lo lográramos, no nos daría nada, mucho menos el nombre de quien le puso un objetivo. No importa quién seas, él no arruinaría su reputación compartiendo información confidencial de sus clientes.
-Ojalá hubiera una forma de descubrir si es Alpha Jasper -me recosté-. Confirmalo.
-¿Podríamos enviar a Rachel? -Griffen me miró con sus ojos casi negros.
-¿Enviarla para acostarse nuevamente con el Beta en busca de información? -pregunté-. Algo en mí piensa que esa no es tu idea más inteligente.
-No es tan malo dijo Holden, frotándose la barbilla-. Podría funcionar.
-Veamos a dónde nos lleva este golpe primero. Luego podemos centrarnos en enviar a alguien para coaccionar al enemigo en la cama -miré entre los dos. Esto ya era un lío y no iba a empeorarlo. No había forma de que enviara a un espía. Gritaba debilidad y, aunque en ese momento no era la mayor fan de Rachel, no arriesgaria ni a ella ni a
ningún m*****o de la manada de esa manera.
Nuestras parejas bajaron y se acomodaron. Me levanté y le di mi lugar en el sofá a Nora y Griffen, y atraje a Willa hacia mi regazo en una silla, cubriéndola con una manta.
Les contamos todo, poniéndolos al tanto de lo que sucedió hoy y nuestras teorías.
-Pensé que El Asesino Silencioso era solo un rumor -Willa se enderezó en mi regazo, mirándome.
-No–negué con la cabeza-. Ojalá lo fuera.
-Bueno… mierda – sacudió la cabeza y se recostó contra mi pecho. Estaba tensa, más rígida que momentos antes. Sabía que finalmente había comprendido la gravedad de la situación.
-¿Willa? -pregunté.
-¿Hmm? -respondió, pero parecía lejana.
–Únete a Crescent Moon. Eso te protegerá a ti y a Emmett de él mediante el juramento de sangre.
-De acuerdo–se sentó de nuevo, girándose para mirarme-. Ahora mismo.
(Willa)
Tal vez debería haberlo hecho con más pompa, pero solo quería seguridad. Tampoco pensé que a Emmett le Importaría perderlo. Caspien explicó que si cambiaba mis lazos de Blue Ridge a Crescent Moon, los lazos de Emmett también cambiarían. Esperaba que tuviera razón.
-¿Podemos hacerlo aquí? Si nos saltamos la ceremonia oficial, no importa -sugerí, mirando a los demás. Nora estaba apoyada en el pecho de Griffen, su cabeza sobre la suya mientras él acariciaba su brazo. Cali y Holden se reían por algo, con las piernas de ella en su regazo.
-Claro – dijo Caspien-. Si eso es lo que quieres.
-¿Es eso lo que quieres? -lo miré-. ¿Querías que esto fuera un asunto de manada o….?
-Supuse que sí, pero honestamente… -Miró detrás de mí-. Esto se siente más correcto. Creo que hacerlo
frente a la manada es lo que se espera, pero estoy bien con nuevas tradiciones.
Se levantó y me puso de pie.
-Si estás segura – Lo observé.
Tu seguridad, la seguridad de ambos, está por encima de las tradiciones y fiestas de la manada –Pasó un dedo por mi mandíbula y me miró con una ferocidad tan gentil que sentí que no había nadie más en este
planeta.
-De acuerdo dije. Tragué saliva y asenti ligeramente, sin querer romper su contacto conmigo.
-Estaré de vuelta enseguida.
Me senté de nuevo en la silla y me envolví con la manta, observando a los demás y sintiéndome completamente
cómoda en mi hogar. Caspien regresó antes de lo que esperaba, o tal vez simplemente caí en una neblina de
satisfacción.
-Así que, Willa se une oficialmente a nuestra manada esta noche -anunció Caspien. Griffen y Holden sonrieron hacia mí, y Nora se sentó, entrelazando sus manos. Finalmente agregó Caspien-, sé que esto no es tradicional, pero lo haremos ahora y luego volveremos a… eh, sentarnos, supongo.
-Se llama relajarse dijo Holden.
Sí, eso respondió Caspien.
–
Tomó mi mano y ambos nos sentamos en el suelo junto al fuego. Aunque era verano, lo encendiamos casi todas las noches. No hacía calor, realmente tendría que preguntarle cómo lo hacía. Apuesto a que ni siquiera era real, algún holograma que obtuvo como premio por ser rico o algo así.
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40–Lazos reforjados–3
(Willa)
-Wilhelmina Balfour–comenzó Caspien. Vi cómo Cali se atragantaba con mi nombre completo, pero sus ojos parecían iluminarse-. ¿Prometes cumplir las leyes de Crescent Moon, proteger a tu Alfa ya los miembros clasificados, tal como ellos te protegerán a ti?
-Sí, lo hago respondí. Esto no parecía ser algo importante. Pero de repente, mis manos temblaban.
Él tomó mi mano en la suya y cortó una pequeña abertura en mi palma antes de hacer lo mismo con la suya. Unió nuestras manos y una gota de nuestra sangre mezclada cayó en el cáliz dorado que sostenía debajo de
nosotros.
Era final, vinculante y todo lo que yo quería.
En este momento, nada más existía excepto nosotros dos. Sus ojos se encontraron con los míos. Su cabello oscuro parecía bailar mientras un viento nos envolvía, soltando algunos mechones de mi moño. Una calidez se extendió por nuestras manos unidas. Ninguno de los dos podía apartar la mirada ni quería hacerlo.
Después de eso, todo sucedió al mismo tiempo y nada sucedió.
Sentí como si algo volviera a su lugar, algo que se había ido y regresado a mí. Sentí calidez, respeto y felicidad. No me di cuenta de que había cerrado los ojos hasta que los abrí y me encontré con los ojos azules claros y turbios de
Caspien.
Estaba en casa.
Bienvenida Luna. Lo siento, Willa – Griffen vino a mi mente.
Nos alegra tenerte oficialmente aquí – dijo Holden.
Bienvenida, somos muy afortunados de tenerte – dijo Nora, parecía estar sonriendo incluso en mi mente.
Los miré a todos y sonreí ampliamente. No sé por qué no había hecho esto antes. Ojalá lo hubiera hecho. Me
sentía completa y entera. Esto era lo correcto. No sé si era el vínculo, la Diosa, o algo más.
Sentí como si hubiera encontrado algo que no sabía que me faltaba, pero nada volvería a estar bien ahora sin
este nuevo vínculo.
(Alfa Nolan)
Me sentí cada vez más irritado este último mes. Lo único a lo que podía atribuirlo era a Willa tratando de
vengarse de mí haciéndome reclamar a su hijo. Pero era más que eso, era esta sensación retorcida de inquietud que no podía identificar.
Mi lobo estaba inquieto, al igual que yo.
Algo se sentía extraño, pero sin importar cuántas veces me acostaba con Camilla, no encontraba la satisfacción
que buscaba. No importaba cuántas veces verificaba que mi territorio estuviera seguro, tenía una sensación de
malestar.
Sentía que no podía descifrar algo, como si me estuviera perdiendo algo.
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1***0
Cariño, vas a tener que ajustar tu esmoquin de nuevo, vamos a ser anfitriones del baile en blanco antes de la conferencia, y necesito que mi Alfa luzca lo mejor posible dijo Camilla con una sonrisa.
La ansiedad me envolvía. Sin embargo, no podía aferrarme a ella. No podía entenderla. No estaba acostumbrado
a esta sensación.
Siempre sabía de dónde venía mi estrés: dirigir esta manada y toda la maldita documentación que conllevaba. Camilla hablando sin cesar sobre fiestas y renovaciones, mi madre quejándose de las elecciones de Camilla, mi hijo que no se sentaba ni dejaba de romper cosas ni por un momento.
Pero esto, esto era algo más. Como si algo externo a mf intentara decirme algo, advertirme algo.
-Ven aquí -le ordené.
Camilla me miró, inclinando la cabeza.
-No respondiste mi pregunta–me dijo clavándome una mirada fría.
-No me importa. Confío en ti. Ven aquí -gruñí, y ella se levantó, obedeciéndome.
La empujé sobre el escritorio y subí su vestido. Me bajé la cremallera del pantalón, dejándolos caer antes de apartar su ropa interior y penetrarla rápidamente. La emoción de hacerlo en mi escritorio ya no existía, pero necesitaba cualquier cosa que me distrajera.
La embestí con fuerza. Pero no encontraba ninguna satisfacción, ningún alivio. Mi mente vagaba hacia Willa, y lo permití. La imaginé debajo de mí, las chispas, su estrechez, su inocencia y dedicación.
Gruñí y terminé en un instante. Demasiado pronto. Quería prolongar esa sensación persistente de estar con ella, aunque fuera un recuerdo. Me retiré y mis sentidos volvieron a mí. Que se joda por intentar volver y usar a su hijo
como peón.
No, necesitaba verla. Lo deseaba. Encontraría la manera de contactarla. Ella todavía suspiraba por mí, y nada la
detendría. La encontraría y se arrodillaría frente a mí, luego se recostaría y me dejaría follarla como quisiera. Sería
bueno para la manada liberar algo de mi tensión.
Incluso mi Beta y Gamma lo estaban sintiendo últimamente. La encontraría y la mantendría oculta en algún
lugar. Podría usarla como quisiera, y ella me dejaría. Por la manada, por mi lobo.
Eso fue rápido dijo Camilla enderezándose, levantando una ceja perfecta.
Eso no fue para ti, fue para mí.
-Como siempre -suspiró, apartándose el cabello-. Ahora necesito tu aprobación.
Gruní. Un dolor me atravesó. Era un dolor punzante que irradiaba desde mi corazón. Parecía intensificarse con
cada latido.
Me aferré al escritorio, casi cayendo. ¿Era un ataque al corazón? No, era demasiado joven, sano y un hombre
lobo…
-¡Ahh! —grité mientras el dolor se extendía por todo mi cuerpo. Me agarré el pecho y caí al suelo.
-¡Cariño! ¡amor! -El rostro de Camilla apareció frente a mí-. ¿Qué te pasa? -Sus ojos escudriñaron mi
rostro.
Tan pronto como vino el dolor, desapareció, junto con la sensación de malestar que me había acosado en las
últimas semanas.
-Nolan, cariño.
¡Lárgate! La aparté de encima de mí.
—
Mi corazón seguía desbocado, pero me sentía bien, mejor que bien. No tenía idea de qué estaba relacionado con eso, pero era algo más grande que yo.
Algo se estaba corrigiendo, pero ¿qué tenía que ver yo con eso?
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