Chapter 12
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cheating Concurso en español- El Ritmo de Amor
12- Acuerdos–1
(Willa)
-Está a poco menos de una hora de distancia. Llama si necesitas algo, estaremos aquí – dijo mi mamá mordiendo su labio de forma temblorosa.
En realidad, está a más de una hora dijo mi papá, mirando a su compañera.
-No quería preocuparla, Vincent le regañó mi mamá. Ella solo usaba su nombre completo cuando estaba molesta, y sus ojos se abrieron de par en par.
-Estaré aquí en menos de una hora si necesitas algo -prometió mi papá.
Gracias. Aunque no alcanza para expresar lo que hicieron por mí, por nosotros. No sé cómo agradecerles ni por dónde empezar a devolverles el favor–dije y no pude evitar las lágrimas ardientes. Estaba inundada de gratitud, amor y admiración hacia mis padres.
-Cariño, quisimos hacerlo -me tranquiliza.
Mamá me abraza y mi papá nos rodeó con sus brazos.
-Disfrutamos cada momento.
Mi papá besó la parte superior de mi cabeza, y les creí. Me sequé las lágrimas con el dorso de mi mano cuando escuché los pasos de Emmett detrás de nosotros.
-Aquí -dijo y agitó un papel con un dibujo que hizo de todos nosotros junto a la cabaña.
Mi mamá se agachó para tomarlo de él.
-¿Dibujaste esto? -exclamó ella, y él asintió orgulloso-. No puedo esperar para enmarcarlo. Lo colgaremos
en casa.
-No olvides susurró Emmett.
-Nunca–prometió mi mamá, levantándolo mientras mi papá le acariciaba la cabeza.
-Gracias por permitirnos vivir contigo, y estamos ansiosos por volver a visitarte le dijo mi papá.
-Pronto
añadió mi mamá.
-¿Puedo ir a visitarte también? -preguntó Emmett, y mi estómago se contrajo.
El hecho de que él no pudiera regresar a visitar la manada, que algún día se suponía lideraría hacía que mis entrañas se revolvieran. Apreté el puño contra el dolor y la rabia que me embargaban. Estaba enojado por Emmett y lo que le habían negado.
-Quizás algún día -dijo mi mamá después de un momento. Sabía que me estaba mirando, pero no pude
enfrentar su mirada.
-Ahora…
comenzó y su voz se quebró mientras miraba a su nieto-. Tenemos que irnos, pero prometemos que volveremos pronto.
Emmett frunció el ceño pero rodeó con sus brazos el cuello de ella. Esperaba por millonésima vez saber lo que estaba haciendo, que lo que estaba haciendo era lo correcto para él. Aunque no fuera perfecto ahora, rezaba para estar trabajando hacia algo que le diera la mejor vida posible.
-Estamos increíblemente orgullosos de ti me dijo mi papá, me abrazó de nuevo, y respiré profundamente recordando este momento. Aunque estuviera teñido de tristeza, el calor, el amor y el orgullo que sentía de ellos era algo que nunca quería olvidar.
-¿Estás bien? -preguntó Cali después de caminar en silencio hacia el restaurante.
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Asentí y luego pensé mejor y encogí los hombros.
-Es mucho–dijo Cali-. Si necesitas algo o le sientes sola, ya sabes dónde estoy. Además, siempre estoy lista para una pijamada -dijo dándome un codazo.
-Aprovecharé eso –mi voz no sonaba como la mía.
Sentía miedo.
No estaba acostumbrado a estar sola, nunca. Sabía que tenía a Emmett, pero era diferente tener a otros adultos
alrededor. Pasé de la casa de mis padres a la Casa de la Manada Blue Ridge, luego a la cabaña. Nunca viví sola y nunca cuidé completamente de Emmett por mi mismo.
Tragué contra el nudo en mi garganta. Cali me rudeó con el brazo, deteniéndonos a una cuadra del trabajo. Suspiró antes de abrazarme, y la dejé hacerlo.
-La primera vez que me mudé, creo que lloré hasta quedarme dormida durante una semana -dijo y no esperaba eso. No parecía la persona que lloraría alguna vez. Me sentía tan asustada y tan enojada de ser la única que cargaba con ese peso, aunque se necesiten dos para, bueno, ya sabes–dijo y se rió en mi oído antes de
retroceder.
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-Es aterrador, pero te acostumbras más rápido de lo que piensas. Y luego, un día… –Encogió los hombros. En realidad se vuelve bueno. Quiero decir, hay muchas cosas en mi vida que no son perfectas, pero las pequeñas cosas, especialmente cuando ves a tu hijo disfrutando de la vida por la que trabajaste tanto, entonces todo vale la
pena.
-Gracias.
Le sonreí, pero sabía que se veía débil. Quería creerle. De hecho, le creía. Sus palabras ayudaban, pero no borraban el tinte de temor que aún me aferraba.
Me instalé en el trabajo, esperando que llegara el ajetreo temprano para que mi mente se llenara de tareas
insignificantes y memorizar pedidos. Sentía la necesidad de él, más que en la mayoría de los días. Sabía que cuando llegara, tendría al menos unos minutos de distracción. Me encontré deseando contarle lo que sentía y hablar con él
al respecto.
Hoy quería ir más allá del coqueteo. Quería ver qué diría él y cómo manejaría una situación como esta.
Realmente no sabía qué necesitaba de él. ¿Consuelo? ¿Un discurso motivador?
Nolan solía decirme que todo estaría bien y luego me abrazaba o besaba. Pero no sé si eso realmente ayudaba. Ahora que lo pienso, parecía más un desprecio que otra cosa. El comedor comenzó a llenarse. Era lo que quería, pero
normalmente esto sucedía mucho más tarde, después de que llegara Caspien.
Miré el reloj y ya era hora del almuerzo.
Una sensación, ligeramente diferente al miedo y la angustia que persistían hoy, se instaló.
Él no vino en absoluto ese día.
Emmett y yo estábamos solos en la mesa de la cena, e intenté no mirar hacia donde mis padres se sentaban todos los días durante más de cinco años. Intenté aún más no dejar que él viera cuánto me afectaba su ausencia
porque sabía que él también lo sentía.
El lugar se sentía más pesado, parecía más oscuro y demasiado grande casi. La tristeza que sentía era palpable, la habitación estaba cargada con ella, y sabía que no era solo mía.
Tomé la mano de Emmett y la apreté. Él me miró, dándome una pequeña sonrisa.
-¿Listo para un baño? -pregunté, arreglando mi rostro con una sonrisa brillante.
-No–negó con la cabeza, sus mechones castaños cayendo sobre su rostro. Ya lo hicimos.
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-Si–estuve de acuerdo-. Pero volviste a oler mal.
Él intentó olerse a sí mismo, arrugando la nariz.
-No.
—Sí —argumenté—. Baño rápido y luego libros y abrazos -prometí, y él cruzó los brazos pero ya no luchó
contra eso.
Después, lo arropé. Dos veces. Leímos libros, y le aseguré que volvería a revisarlo. Pude limpiar la mesa.
Poner los platos en el lavavajillas y enjuagar las ollas se sintió pesado. La tristeza persistía, y no estaba ligada a ningún pensamiento, Me preocupaba que esto fuera algo a lo que tendría que acostumbrarme. No podía imaginar
vivir así, pero las palabras de Cali volvieron a mí. No siempre sería así, y tenía que confiar en ella de que mejoraría. Esperaba que mañana fuera más fácil.
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12–Acuerdos–2
(Caspian)
-¿Y quieren reunirse ahora? ¿por qué? -pregunté.
Mi Beta, Griffin, estaba caminando de un lado a otro en mi oficina.
— Porque quieren fingir que tienen algún control, que ellos dictan las reglas dijo Holden, mi Gamma.
Suspiré. Llevábamos meses intentando concertar una reunión con Black Stone. No formaban parte de nuestra manada ni de nuestro territorio, pero estaban muy cerca de nosotros. No diría que éramos aliados, pero intentabal mantener la paz tanto como fuera posible.
Hemos estado tratando de organizar una reunión con el Alfa Jasper durante meses debido a sus patrullas descuidadas en nuestras fronteras. Los renegados se habían infiltrado en la ciudad, y la mayoría de esta ciudad era habitada por humanos. Esto no afectaba a Black Stone, pero podría causar graves problemas para mí y los humanos que vivían aquí.
La mayor parte de nuestra manada vivía en un edificio en la ciudad que para los demás parecían apartamentos, pero nuestro territorio se extendía por gran parte de la ciudad y parte del bosque más allá, donde se encontraba la casa original de la manada y algunos miembros aún vivían allí. Mis padres actuaban como intermediarios. Recientemente, la mayoría de la manada se mudó a la ciudad, y quería asegurarme de que sin importar dónde eligieran vivir mis miembros de la manada, tuvieran todos los recursos y protección necesarios.
Black Stone hacía las cosas de manera diferente. Se establecieron o reestablecieron recientemente. El Alfa Jackson asumió el liderazgo tras desafiar al anterior Hendrick y poner fin a su larga línea de liderazgo. Aunque la manada era antigua, el liderazgo era nuevo y eso generaba mucha imprevisibilidad.
Lo aceptamos porque era ley. El desafío fue presenciado y luchado de manera justa. Crescent Moon ya estaba en problemas con ellos cuando mi padre ofreció asilo a cualquier m*****o de su manada dentro de la nuestra cuando él era el Alfa.
Muchos miembros de Black Stone aceptaron esa oferta y se fueron cuando el Alfa Jasper asumió el liderazgo, dejándolo con no muchos más miembros de los que tenía al principio. Nunca lo olvidó y pensó que de alguna manera le habíamos robado una manada. Incluso después de que yo asumiera como Alfa, ha sido un dolor en el trasero desde entonces.
Él es un Alfa, entiendo que hay política en esto, pero no puede permitir que un problema de Rogue persista solo porque está resentido por eventos pasados–dijo Holden negando con la cabeza-. Tenemos que ir. Sé que no es ideal, pero hemos estado esperando esta reunión.
-Lo sé–dije.
No lo pospondría por rencor, pero dejaba un mal sabor de boca. No me gustaba no tener control sobre la situación, algo que rara vez sentía.
-Tenemos que ir aliora–continuó Holden suavemente, mirando a Griffen, quien levantó la cabeza de
golpe.
-¿Ahora? -preguntó Griffen.
Griffen encontró a su pareja, Nora, hace un año, y ella estaba embarazada de su primer cachorro. Griffen había estado ansioso desde que se enteró y no le gustaba estar lejos de ella, incluso durante nuestras reuniones que generalmente se llevaban a cabo en mi oficina encima de su apartamento.
-Sí.
Holden se volvió hacia mí.
-¿Dónde quieren reunirse? -pregunté.
En su manada
respondió Holden.
-No jodas–interrumpió Griffen.
-Estoy de acuerdo dije-. Eso no va a suceder. Nos reuniremos en terreno neutral como siempre.
Me froté la cara con las manos, esto era lo último con lo que quería lidiar.
-Haz la llamada -asentí a Holden-. Donde nos encontramos la última vez, no hay otras opciones.
Esperaba que eso funcionara. Odiaba jugar a la política. La seguridad de mi manada era lo primero, pero no iba a complacerlo.
-Aumenta los controles fronterizos hasta que regresemos -le ordené a Griffen.
Griffen estaba a cargo de la seguridad de la manada, pero con su mente en otro lugar debido a su pareja
embarazada, Holden había estado ayudando a cubrir las lagunas recientemente.
-Hecho. No habrá Rogues que se cuelen -dijo y se giró para hacer algunas llamadas.
Dijeron que no volvió Holden frunciendo el ceño.
Abrí mi teléfono y marqué inmediatamente al Alfa Jasper.
-Alfa Jasper habla -respondió en el primer timbre.
-Sé que eres nuevo como Alfa, ya que no provienes de una larga línea de sangre Alfa como yo. Permíteme informarte cómo funciona esto. Eres una manada pequeña, apenas una manada, en realidad. Sin embargo, sigues siendo responsable de tus fronteras y debes ser respetuoso con las manadas que te rodean.
-Alfa…
-No he terminado–Mi voz se volvió helada, no dejaba lugar a preguntas-. Tu incompetencia no es mi problema, pero se ha convertido en el mío porque tus guerreros son descuidados. Permiteme reformularlo: tú eres descuidado. Otro pequeño consejo para ti: todo en la manada recae sobre ti. No me importan tus excusas, y puedo decir que estás rogando por decirmelas todas, pero si una parte de tu manada falla, tú estás fallando. No somos. aliados, así que nos encontraremos en terreno neutral. Mi Gamma estableció dónde, y fue un lugar que elegiste la última vez. Tu manada está en riesgo, olvídate de esta mierda agresiva. Todos sabemos quién ganará si llegamos a
eso.
La línea quedó en silencio.
-Puedes hablar -ordené.
-Alfa Caspien–reprochó él.
–Alfa Dracos–corregi-. Soy de la realeza. Llámame por mi apellido. Los Alfas comunes se dirigen por su nombre, Alfa Jasper–dije y esperaba que pudiera escuchar la sonrisa en mi voz.
Nos encontraremos en terreno neutral–respondió después de un momento. Pero te diré dónde.
Me reí. Fue fría y oscura, desprovista de emoción.
-Lo que sea que te haga sentir en control. Tienes una hora para enviar la ubicación. Tengo otras cosas que atender.
La angustia se instaló, y no tenía sentido, era un sentimiento con el que no estaba familiarizado. Atlas comenzó a dar vueltas en mi mente mientras asentía a Griffen, despidiéndolo para que se despidiera. Luego me di cuenta de que casi era la hora del almuerzo y no habíamos visto a Willa hoy. Miré mi reloj, no tendría tiempo para ir y volver, y tenía mucho que hacer aquí.
Consideré enviarle un mensaje de texto. Podría encontrar su número en su archivo aunque ella no me lo diera personalmente. Pero ¿acaso ella querría escuchar de mí? Dejó claro que no estaba lista, y si sonaba demasiado ansioso o desesperado o parecía un acosador, ¿eso la asustaría?
Casi me ref. Nunca antes me había preocupado por sonar desesperado. Demonios, no creo que alguna vez haya estado desesperado. Estaba más ansioso por ver a Willa durante diez minutos al día que por desnudar a una
mujer.
-¿Qué?-preguntó Holden y se recostó contra la pared, estudiándome,
-¿Qué?
-Te ves lejos, en el país de los sueños o algo así.
-Solo estaba… -me encogí los hombros.
-¿Pensando en tu pareja? Me dio su media sonrisa característica, mostrando su hoyuelo mientras pasaba las. manos por su cabello rubio y desaliñado.
-Bueno, sí–respondí honestamente-. No quiero desaparecer para ella.
-Mándale un mensaje -Holden encogió los hombros.
-Nunca me dio su número.
-Ay–dijo Griffen cuando volvió a entrar-. Entonces no lo hagas.
Mis ojos se encontraron con los suyos, de un gris oscuro que parecía casi n***o incluso cuando su lobo no estaba presente.
-¿Por qué no?-pregunté.
-Si no te dio su número, es porque no quiere que le mandes mensajes -dijo encogiéndose de hombros. Además, sería espeluznante.
-Pero ella es su pareja – argumentó Holden-. ¿Qué harías si fuera Nora?
-Eso es diferente alegó Griffen negando con la cabeza-. Caspien dijo aparentemente, ella no quiere una pareja.
-Ella tiene un nombre -gruñí, sorprendido por mi propia respuesta.
-Willa, lo siento. Willa no está lista para una pareja
-¿Alguna vez descubriste qué pasó? -Holden me miró.
corrigió él.
-No–negué con la cabeza, pensando-. No cuadra. Willa ni siquiera ha mencionado a Nolan, me dijo que era su segunda oportunidad, pero no hemos profundizado en nuestras historias.
-Es mejor dejarlo así comentó Holden.
Cambiarás de opinión cuando encuentres a tu pareja – dijo Griffen apoyándose junto a Holden.
Lucían muy diferentes. Con el cabello rubio y desaliñado de Holden y sus ojos marrones, era más alto y delgado que Griffen, pero aún tenía mucha musculatura.
Griffen era más corpulento, con su cabello n***o y ojos gris oscuro, era un fuerte contraste con el chico playero apoyado junto a él. Él era el serio. No fue hasta que encontró a Nora que pareció encontrar su lugar y permitirse relajarse, aunque solo un poco.
Sus apariencias exteriores definitivamente imitaban sus personalidades, eran casi opuestos. Los conozco a ambos desde que nací, al menos la mayor parte de mi vida. Holden era el hijo del Gamma de mi padre, así que crecimos juntos desde pequeños.
El Beta de mi padre no tenía hijos, y Griffen era el hijo de uno de nuestros guerreros principales. Siempre estaba cerca y se convirtió en mi amigo más cercano. Los tres formamos una amistad que se convirtió en algo similar a una hermandad.
Sentía…no. Sabía que como Griffen no tenía sangre de Beta, sentía que tenía que demostrarse a sí mismo como el segundo en la manada. Trabajó más duro que cualquier otro en toda la manada, y aunque nadie dijo nada al respecto, al menos no a mi cara, tenía la sensación de que nunca se sintió completamente cómodo en ese papel.
Aunque lo aceptó y era mucho más adecuado para ello que cualquier Beta que hubiera conocido, él aún sentía que no estaba cualificado.
Mi consejo me recomendó al principio elegir a otra persona o hacer de Holden mi Beta y elegir otro Gamma, pero no cedi. Mis padres me aconsejaron seguir mi instinto, que la sangre no era lo único que te calificaba o definía. Elegí a Griffen no solo porque era mi mejor amigo, un hermano. Fue porque era la mejor opción, y eventualmente la manada lo vio.
ello.
Holden estaba destinado a ser Gamma, nunca quiso las responsabilidades de ser Beta, y no fue criado para
Tuvimos algunos desafíos al principio, pero rápidamente encontramos nuestro ritmo. Trabajamos bien juntos y nos equilibramos mutuamente. No importa que la gente pensara que dirigía este lugar como un maldito dictador, y a veces lo hacía, tomé en consideración cada uno de sus consejos.
-Así que crees que debería irme unos días sin decírselo -les pregunté a ambos.
Ambos encogieron los hombros.
-Tú la conoces mejor que nosotros. ¿Crees que sería peor irte sin decir nada o admitirle que tienes acceso a su número en la solicitud de alquiler porque eres dueño del edificio? -Griffen levantó una ceja oscura.
Mierda, tenía razón.
Ella no sabía que la estaba buscando, que la había marcado en todos los sistemas de la compañía y muchos otros. Ella no sabía quién era yo, o al menos nunca lo insinuó, y dudo que fuera algo que se hubiera guardado para sí misma. Parecía siempre hablar o expresar su opinión, o al menos eso esperaba conmigo.
-De acuerdo, lo dejaré así. Solo quiero que quede constancia de que no me siento bien al respecto.
-Entendido, señor me saludó Holden en tono burlón.
-Ella cambiará de opinión, hombre–me aseguró Griffin.
Fácil para él decirlo. El conoció a su pareja en un evento de una manada aliada al que asistió en mi nombre. Se aparearon y se marcaron esa misma noche.
Pensar en tener a Willa bajo mí, poder tocarla, reclamarla y mostrarle lo increíble que era, me provocó un escalofrío involuntario que me sorprendió.
–Vamos gimió Holden, apartándose de la pared y mirando su teléfono-. Tenemos un nuevo lugar de reunión, y está aún más lejos.
Suspiré. Mi manada y los humanos en esta ciudad eran más importantes que la búsqueda de dominio de un supuesto Alfa. Intenté recordarlo.
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