Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Chapter Capítulo 777



Capitulo 777
Las luces de neén iluminaba la ciudad mientras la noche se hundia en la
profundidad.
Finalmente, las puertas del quiréfano se abrieron, y Antonio junto con el Dr.
Mendoza del departamento de obstetricia, vestidos con sus batas de cirugia,
salieron y tranquilizaron a los familiares que habian estado esperando durante
mucho tiempo. Luego, se dirigieron a un basurero rojo en la esquina para
quitarse las mascarillas y los gorros.
Como el médico a cargo del parto, el Dr. Mendoza le coment, “Dr. Antonio, jeste
procedimiento de hoy realmente fue un desafio para ti!”
Antonio sonri¢ levemente. “Esto es parte del trabajo de ser médico, no hay por
qué ser tan formal”
“Claro, tienes razon,” el Dr. Mendoza asinti¢ y, recordando algo, le pregunté con
una sonrisa, “Por cierto, como ha estado la Sra. Pinales tltimamente?”
El Dr. Mendoza, al ser hombre, no le gustaban mucho los chismes como a las
mujeres, por lo que no se interesaba en indagar en la vida privada de sus
comparieras de trabajo y no estaba al tanto de su divorcio.
“Si,” le dijo Antonio.
El Dr. Mendoza continué preguntandole alegremente, “La otra vez me sorprendi
al ver que ella habia pedido una cita con ginecologia. Parece que ustedes estan
planeando tener un nifio.”
“¢, Qué estas diciendo, Dr. Mendoza?” Las pupilas de Antonio se contrajeron.
“Debe haber sido hace unas dos semanas, aunque no era yo quien estaba en la
clinica ese dia, sino mi maestro. Cuando fui a entregarle unos expedientes, justo
vi a la Sra. Pinales salir de la consulta con una amiga. Pregunté de pasada y mi
maestro me dijo personalmente que la Sra. Pinales estaba embarazada de poco
més de cuatro semanas.”
Después de hablar, el Dr. Mendoza reflexioné un momento y afiadié, “Recuerdo
que hace como tres arios y medio, cuando ustedes se casaron, la Sra. Pinales
tuvo una reaccién adversa en la emergencia por tomar anticonceptivos a largo
plazo, y en ese momento fui yo quien la atendié. Ahora que ambos estan en la
edad adecuada, definitivamente es un buen momento para tener hijos. Cualquier
cosa que necesiten, estoy para ayudarles!”
Antonio ya no estaba escuchando lo que decia el Dr. Mendoza.
En ese instante, su mente se enturbiaba, pero una voz era clara.
Marisol estaba embarazada de mas de cuatro semanas...
Embarazada....
Esa ultima palabra se repetia una y otra vez, como si muchas voces en su oido
lo acosaran.
De repente, Antonio recordé que, efectivamente, un dia la habia visto en el
hospital. Ella y Violeta salian del ascensor y su rostro estaba notablemente
palido, especialmente al verlo, como si hubiera visto un
fantasma.
Aunque habia captado ese detalle en su momento, penso que era solo porque
ella no queria verlo y preferia evitarlo.
Después de atender a los pacientes que tenia pendientes, atin preocupado, le
llamé por teléfono ¢,Cémo le habia respondido ella en ese momento?
Antonio le pregunté con voz lenta y un tono ligeramente emocionado, “Dr.
Mendoza, lo que dices sobre el embarazo de mi esposa... ses cierto?”
“iCémo voy a bromear con algo asi! Ademas, los registros estan en el hospital,
¢por qué no los revisas mariana?” Le dijo el Dr. Mendoza directamente, y al ver
la expresion extrafia en la cara de Antonio, no pudo evitar preguntarle, “; Qué
pasa? ¢La Sra. Pinales no te ha dicho nada sobre el embarazo? Seguro quiere
darte una sorpresa.”
Antonio tensé su mandibula, “Ella...”
Si habia sido hace medio mes, entonces habian pasado varios dias, y habian
tenido muchos encuentros, pero ella nunca le habla mencionado nada, ni
siquiera durante esos dos dias en el pueblo, incluso habia intentado llevarse a
su hijo en secreto.
La luz blanca iluminaba el pasillo mientras Antonio caminaba a grandes
zancadas.
Al volver a su oficina para cambiarse de ropa, su teléfono son6, mostrando una
llamada de su buen amigo Rafael Castillo.
Desde que recuperé su memoria, Rafael habia pasado la mayoria de sus
noches en bares. A menudo lo llamaban, pero en ese momento, no tenia ganas
de salir. “Rafael, si lo que buscas es compariia para beber, esta noche no estoy
de animos*, le dijo con desgano.
Através del teléfono, Rafael le pregunté con una sonrisa, “Antonio, ¢en qué
circunstancias se suele tomar medicamentos para el soporte del embarazo?”
Era una tarde en el aeropuerto, en la sala de espera.
El grupo de tres personas estaba compuesto por Marisol, Violeta y un amigo de
esta Ultima, Zeus, un psicélogo canadiense que habia ayudado con las reservas
de vuelo.
Después de almorzar en el restaurante del aeropuerto, de hacer el chequeo y de
entregar las maletas, solo quedaba pasar por el control de seguridad y esperar
para embarcar.
Marisol habia decidido no enviar las llaves de la casa por correo, sino
entregarselas a Yamila para que se las hiciera llegar a él. Probablemente ya las
tendria con él.
En el bario, con el sonido del agua corriendo del grifo, se lavaba las manos y al
mirarse al espejo, sintié una inquietud extrafia y perturbadora que comenzé a
crecer en su interior. Era como una neblina que rodeaba su corazon, difusa pero
real, haciéndole sentir que su corazon estaba suspendido en el aire. Quizas era
porque la noche anterior, al volver a casa y cruzarse con el Sr. Castillo, no quiso
interrumpir su momento con-Violeta y, sin querer, dejé caer una botella de
medicina de su bolso...
El Sr. Castillo era el gran jefe, no era un médico. Su mundo era el de las
finanzas y las acciones, por lo que probablemente no entenderia para qué servia
ese medicamento,
Marisol se consolaba con este pensamiento.
Después de cerrar el grifo, se se¢é las manos y tocd su vientre ligeramente.
Habia consultado con su médico y, seguin su estado actual, podia viajar en avién
sin preocupaciones.
Respiré profundamente y se dijo a si misma que pronto, en poco tiempo,
después de llegar, no tendria que seguir tan ansiosa.
Al salir del bario y dirigirse hacia donde estaba su amiga Violeta, que la
esperaba entre la multitud, su mirada se desvié hacia las ventanas donde los
aviones despegaban y aterrizaban continuamente.
Apenas se sento, creyé ver en el gentio un hombre conocido. Su respiracion se
detuvo por un instante,
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Capitulo 77
pero al mirar con mas atencion, se dio cuenta de que era solo alguien parecido.
Marisol se llevé una mano al pecho, tratando de calmar su agitado corazon.
Estaba claro que la tension la estaba afectando.
Violeta noté su palidez y le tomé la mano, estaba preocupada. “Marisol, ¢ estas
bien?”
“Si, le respondié Marisol con una sonrisa.
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Violeta continué con tono
5 “ 2
compasivo, Pareces muy nerviosa.
¢ Sera por la idea de dejar Costa de
Rosal para ir a un pais y una ciudad
. ” .
desconocida?” The content is on
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“Puede ser”, asintié Marisol.
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« . 5
No te presiones demasiado. Cuando
me mudé, me sentia igual que tu. Te
Ze ZN
acostumbraras®, la consolo Violeta,
. cou . .
mirando su reloj. “En media hora mas
» .
podremos embarcar.” The content is
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“Qn : SEG
iSil" Marisol asintié otra vez y,
respirando profundamente, le dijo,
“ . -
Sabes, Violeta, nunca he salido del
pais antes. Estoy bastante nerviosa.
: . »
No me crees, toca mi corazon...” The
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Su voz se fue apagando poco a poco porque, de repente, un par de zapatos
brillantes aparecieron en su campo de vision.
Capitulo 778


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