¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia

Chapter Capítulo 35



Capitulo 35

Después de almorzar, Ella tenia que ir a trabajar

Aprovechd la hora del almuerzo para volver a casa a comer y ver como estaban los nifios.

Sabiendo que los nifios estaban en

casa y el motivo por el cual hablan ido a la oficina del presidente del Grupo Gera, se sinti6 aliviada. Cuando llegé al departamento de limpieza

del Grupo Griera, el encargado la detuvo y le dijo. “Rosalinda, ye a limpiar los bafios del ultimo piso, revisando todos los dias.”

El jefe tenia una expresion seria y parecia muy autoritario.

Elia respondi6 obedientemente: “De acuerdo, iré a limpiar de inmediato”. Durante la entrevista, ya sa Elia rompi6 sus pensamientos y se puso de pie. Tomando sus herramientas de limpieza, se dirigi¢

al bafio del piso mas alto. Esta vez, habia un letrero obvio en el bafio que decia en letras grandes y re las limpiadoras eran todas mujeres.

Elia entré con precaucion, tosiendo deliberadamente para advertir a cualquier persona en el interior. El hombre se dio vuelta, su rostro atractivo tenfa una expresion fria, como si estuviera cubierto de es Sus ojos profundos como el cielo estrellado la miraban fijamente.

Su mirada parecia penetrar su alma, haciendo que Elia se sintiera incémoda y asustada Inconscientemente retrocedié un par de pasos y rio incomodamente: “Jeje, Sr. Griera, buenas tardes. Asier levanté friamente la comisura de sus labios y se acercé paso a paso: “Buenas, muy buenas.”

La primera vez que entré al bafio de hombres, podria decirse que no estaba familiarizada con el entc ;Y la segunda vez? ;Como lo explicaria?

Asier estaba seguro de que lo hacfa a proposito.

Ella se estaba acercando a él deliberadamente, y habia visto este tipo de tactica muchas veces antes. El imponente aura de Asier se acercaba, y su sombra cubria completamente el fragil cuerpo de Elia, c Para probar sus palabras, Elia levanté los utensilios de limpieza en su mano, la escoba y el trapeador Asier no miro

lo que tenfa en la mano, sigui6 acercandose, su gran y delgado cuerpo cubria completamente su fra “Mujer, eres muy buena encontrando excusas.” Su voz baja era fria como el hielo.

“Yo... de verdad... no..." Elia estaba

tratando de explicar que no estaba inventando excusas, que estaba diciendo la verdad.


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