Chapter Capitulo 39
Capítulo 39
“Ya no hace
falta”. Estefanía se apuró a decir con rechazo.
Ese celular valía como 500 o 600 dólares, hace unos dias lo había visto presumir a uno de esos compañeros de clase que eran hijos de ricos.
Carlos pensaba que, ya que Estefanía se había ido a un internado, Sofía le habría dado un celular.
“Es na
para evitar situaciones como la de hoy”, contestó Carlos de manera concisa.
Cuando Carlos decidia algo, no había vuelta atrás, así que Estefania no tuvo más remedio que aceptar, sacó de su bolso un boletin de notas y se lo pasó a Carlos: “Aqui están mis notas del examen de mitad de semestre.
Carlos siempre había sabido que Estefanía era estudiosa y obediente. Había quedado tercera en toda la ciudad en los exámenes previos a la secundaria, y la única cosa que el anciano no encontraba vergonzosa acerca de Sofia y Estefanía, era que Estefanía había sido lo suficientemente esforzada y sus calificaciones eran bastante buenas.
Como siempre, Estefania había vuelto a ser la primera de toda la escuela, le ganó al segundo por más de veinte puntos.
“¿Cómo te hiciste esa herida en la mano?”. Lo que realmente le importó no fueron sus estudios, sino la
izquierda con la que Estefanía sostenía el boletin, que tenía un corte profundo.
mano
“Me corte sin querer mientras pelaba una manzana”. Estefania reaccionó instintivamente y retiró su mano, “ya está mejor.
Estefanía siempre había sido un desastre cuidándose a sí misma, siempre aparecian heridas inexplicables en su cuerpo, era como si su mente y su cuerpo no estuvieran coordinados.
Carlos sacó yodo de un compartimento secreto y, sin decir ni una palabra, tomó la mano izquierda de Estefanía, la desinfectó y le puso una venda.
Estefania lo observó en silencio. La luz del atardecer entró por la ventana del auto y proyectó la sombra de sus espesas pestañas en su rostro, lucia increiblemente atractivo.
Carlos parecia… preocuparse más por ella que antes, parecia más tierno, tal vez era porque ella ahora. volvia a casa sólo una vez a la semana.
Pero la orden de que ella se quedara en la residencia también la había dado Carlos.
Después de vendarle la herida y tomar su boletin, Carlos bajo del auto.
“Espero que a partir de mañana, Estefanía no vuelva a ver a esos estudiantes”. Ella vio que él sacó otro celular y marcó un número. Fue algo borroso, pareció haber escuchado que dijo eso.
Estefanía se agarró a la ventana del auto y le gritó a lo lejos: “Hermano, te esperaré para volver a casa después de la reunión de padres”.
Carlos se rio sin comprometerse y se dirigió hacia la entrada de la escuela, su figura alta y erguida destacó entre los padres y llamó poderosamente la atención..
Estefanía despertó sudorosa de su sueño pesado, el teléfono de la propiedad no paraba de sonar en la puerta.
Con un dolor de cabeza tremendo, se levantó frotando las sienes, se acercó al teléfono y pulsó el botón de respuesta.
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Capitulo 39
“Sra. López, por favor, venga rápido. Hay un niño aquí que dice ser su hijo y quiere entrar a toda costa”.
Estefanía se sentó en el sofá y observó a Joaquín sentado en un banquito frente a ella.
Ambos se estuvieron mirando fijamente durante un buen rato.
“Dime, ¿cuál es el número de la niñera? Si no, se van a preocupar”. Estefania le dijo a Joaquín intentando mantener la paciencia.
“No sé”. Joaquín abrió sus inocentes ojos grandes y negó con la cabeza.
¡Estefanía estaba a punto de explotar! ¿Cómo hizo ese chiquillo para llegar directamente a su casa?
El hijo de Carlos estaba en su casa, y si la familia Mendoza no lo recogía, ¡mañana la arrestarian por secuestro de menores!
Ella sospechaba seriamente que el niño no era tan inocente como parecía. ¿Cómo había encontrado el lugar por sí mismo? ¿Cómo podía un niño de tres años tener tan buen sentido de la orientación?
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