Chapter Capítulo 32
Capítulo 32
Adela también se sorprendió y rápidamente cogió el documento para mirarlo, efectivamente, su hermano Rafael se habla divorciado Giovanna no conocia a Sofia, pero igual se sintió apenada. El divorcio nunca es algo positivo, especialmente para las mujeres.
Colocando el certificado de divorcio de vuelta en la mesa, los tres jóvenes quedaron en silencio, sentadas en el sofá.
En ese momento, el teléfono de Rafael sond.
“Rafa, ¿dónde estás? ¿Podrías venir a acompañarme? Me siento muy sola.”
“Claro, voy para allá ahora mismo.” Rafael colgó, se puso su chaqueta y se marchó.
Los demás quedaron pensativos; todos hablan escuchado que al otro lado del teléfono estaba Pilar.
David y Oscar compartían algunas miradas con cierta complicidad, mientras que Sergio sospechaba que habla algo más en la historia. Sin embargo, sabian que su hermano siempre tenía sus razones y poco podían hacer al respecto. Simón, por otro lado, intentaba llamar a Sofia sin éxito.
Ariana, al ver que su hermano mayor habia salido después de recibir la llamada de Pilar, se enfureció aún más y empezó a beber sin parar. Antes de que los demás se dieran cuenta, ya estaba borracha, apoyada en la mesa.
Giovanna también habia bebido bastante, pero en su caso, el alcohol la dejaba ensimismada, con las mejillas ligeramente sonrojadas y un aire juguetón. Si no fuera por su mirada distante, seria dificil darse cuenta de su estado. Al verla en ese estado, Sergio decidió llevarse a su chica a casa, despidiéndose del grupo. Adela, que tenía que ir al set de filmación temprano al día siguiente, habia bebido poco. Decidió llevar a Ariana con su propio hermano y luego se fue con Simón y David.
Óscar no se opuso a quedarse con Ariana. Con todos habiendo un buen partido, se sentó a su lado, sin prisa por irse. Después de un rato, Ariana se despertó con cierta confusión,
“Adela, necesito ir al baño
Nadie respondió. Al alzar la mirada, vio a varios Óscar sentados a su lado, sacudió la cabeza y dijo. “¿Por qué te pareces tanto a Óscar, ese cerdo?”
Óscar se sorprendió al escucharla, no recordaba haberla molestado tanto como para merecer ese apodo. Sin embargo, decidió no tomar en cuenta las palabras de alguien ebrio y pidió a una camarera que ayudara a Ariana a ir al baño.
Al regresar, Ariana insistió en seguir beblendo.
“Adela, Giovanna, ¿dónde se han ido? Vamos a bailar” intento salir corriendo, pero Oscar rápidamente la detuvo, hablando etilmente: “Todos ya se fueron, tranquila, Óscar te llevará a casa. Ni el mismo se dio cuenta del tono cariñoso en su voz.
Los empleados observaban cómo su jefe, Óscar, manejaba a la ebria señorita Ariana entre golpes y patadas. Probablemente, solo Ariana se atreveria a comportarse de esta manera delante de su jefe.
“No quiero ir, quiero seguir bebiendo.”
Oscar, sosteniendo a Ariana, la llevó hacia afuera mientras la tranquilizaba.
“Está bien, está bien, seguiremos bebiendo en casa.”
Tras un esfuerzo, la subió al coche. Como él también había bebido, llamó a su conductor Ariana, agotada por sus travesuras, finalmente se calmó un poco en el asiento. Como el dormitorio de la universidad ya estaba cerrado y Ariana estaba demasiado ebria, Oscar decidió llevarla a su propio apartamento.
Al llegar, Oscar notó que Ariana se había quedado dormida apoyada en su hombro, Intentó despertarla con suavidad.
“Ari, hemos llegado.”
Sin obtener respuesta, no le quedó más remedio que cargarla hasta su apartamento. Después de acostarla en la cama y cubrirla con una manta, salió de la habitación. Decidió pasar la noche en el sofá de la sala de estar.