Una curvy para el Alfa

Chapter 15



-Me van a decir ahora mismo a dónde fue ella- demandaba yo rabioso, mi lobo rasguñando la superficie.

-¡Tati no ha hecho nada malo!- decía Marina.

-Ella no es de la manada como para que se estén metiendo con ella. Nuestra hermana ha sufrido bastante decían de forma insolente y yo rugí tan fuerte que ambos se callaron, y casi que se caen sentados.

-Yo no le quiero hacer daño a ella... todo lo contrario. Tatiana es mi mate- les dije y ambos me miraban sin poder creerlo.

-No... no puede ser- decían ellos asustados.

-Lo es y no me voy a poner a conversar sobre esto con ustedes. Me van a prestar ropa y me van a decir exactamente donde ella está... mejor dicho, van a venir a acompañarme a buscarla- decía yo, pero veía que los muchachos se quedan ahí sentados sin atender a mis peticiones.

-¿No escuchan lo que dice su alfa o qué?- pregunté gritando haciendo uso de todo mi influjo.

-Nuestra hermana... nos dijo que nos quedáramos aquí y que la esperáramos- decían ellos. ¿Qué carajos?

-Interesante. Ellos hacen caso porque... ella es su Luna, aun cuando ellos no estén consciente, sus lobos lo saben de alguna u otra manera decía mi beta y todos nos miramos asombrados. -¿Será posible?—, pregunta uno de ellos y veía en sus caras que empezaban a entender.

Así que yo tomé una decisión apresurada y les conté lo que pasaba con Marco y los humanos y de que si bien habían pasado muchas cosas en el pasado, yo ahora tenía el deber de protegerla y ahora los hermanos parecían preocupados.

Ellos sabían lo que había pasado hace años, yo mismo los había visto llorar. Pero eran hombres lobos y sabían que un mate... lo era todo. Y en poco tiempo yo ya estaba vestido con una de sus ropas y en mi auto íbamos a un pueblo cercano donde iba a ser la cita de mi mate con otro hombre. Esto parecía una pesadilla.

Pero en cuanto llegue al restaurante me di cuenta de que todo esto había sido una tontería. Tatiana no solo lucía preciosa y me daban ganas de devorarla aquí mismo... sino que realmente se veía muy cómoda con el tal Andrés... que era un completo imbécil.

Me pasé toda esa noche intentando contenerme y rompiendo varios vasos. Inclusive tuve que ver como ella besaba a ese hombre que se había pasado la cena sin escucharla, hablando tonterías y además sin quitarle la mirada de su cuerpo. Sin contar que la había ofendido varias veces, y ella no parecía darse cuenta. Todavía pensaba en ingeniosas maneras de matarlo lentamente.

Y ella estaba completamente molesta y sabía que iba a reprochárselo a sus hermanos, así que yo acepté mi responsabilidad... y lo que vino a continuación no lo veía venir.

Ella soltaba todo el odio y amargura

contenida por años. Cada palabra que me decía era una puñalada de mi corazón. Connor estaba desesperado. Ella no solo me adiaba y me aborrecía, sino que todo lo que me dijo... tenía razón.

¿Pero qué esperaba yo? La había tratado peor que un insecto, me había creído superior a ella y la había dejado sola en medio del bosque, lejos de su familia y si

nada Yo era un monstruo, no había

otrà explicación.

Por supuesto, dejó bien en claro que no me quería cerca de ninguna manera... y yo no veía una posibilidad de estar con ella por mucho que quisiera.

Pero Connor estaba tan desesperado y negado a esa posibilidad que me abalancé sobre ella y... la besé.

Y si bien yo había soñado muchas veces, cómo sería encontrar a mi mate destinada y tocarla y besarla... nada me había preparado para esto.

Desde el momento en que coloqué sus labios en los míos... sentí una explosión en todo mi cuerpo. Mi piel bailaba, mis músculos se retorcían y un gemido descontrolado reverberaba en mi garganta.

Los labios de Tatiana eran como

fresas y cuando la apretaba contra mí me sentía completo. Ella al inicio estaba sorprendida... pero cuando respondía a mi beso... era el cielo. Las historias de los mates destinados se quedaban cortas.

Yo sentía que todo lo que había pasado en mi vida había sido para llegar a este momento justamente, solo importaba que ella respondía a mi beso.

Estaba excitado y tomé control de Connor para que fuéramos despacio... disfrutando este momento, atento a las señales de ella.

Cuando sentí que ella necesitaba respirar... yo tenía ganas de reír, de llorar, de saltar... y sabía que nada de mi vida se iba a comparar a esto... a tenerla así por primera vez.

Pero así el beso fuera magnífico... no puedo evitar que apareciera el rechazo, y aún peor... el miedo.

-Mate nos teme... mate nos odia- decía Connor desesperado.

-Por favor... no me toques- ella casi me suplicó.

Y en vez de yo hacerla sentir bien... la destruía una vez más y ella lloraba desesperada. No valía la pena que yo la besara... si ella era miserable. Mi lobo aullaba y sentía un dolor agobiante.

Yo salía con mi corazón roto al bosque dejando libre a Connor... y corríamos detrás de la luna durante toda la noche. Con mi alma destrozada... sintiéndome un monstruo, una calamidad, un bastardo... que no la merecía.


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