Chapter Capítulo 24
Capítulo 24
Jonás sonrió con frialdad. Anastasia se
sentía como un ave atrapada en una jaula; completamente bajo su control. Al mismo tiempo, Anastasia sentia que el mareo la s
uperaba y cuando Jonás estaba a punto de atraparla se escuchó una voz fria.
EUILL E
– Deja ir a la señorita Torres.
Luego, alguien saltó la pared y cayó frente a Anastasia, bloqueando el paso a Jonás. Al ver al hombre que se interponía en su c
amino, él exclamo:
– ¿Cómo te atreves a pasar a mi propiedad privada? Quitate.
–Váyase, por favor, señorita Torres.–dijo Ray a Anastasia.
– ¿Señor Osorio?–
Anastasia quedó en shock. Sin embargo, ella siguió su camino hacia la puerta mientras su cuerpo seguía calentándose y esto la
hacía sentir incómoda. Justo después de que abrió la puerta, un par de brazos fuertes
la sostuvieron con calidez, haciendo que soltara un chillido. Al
ver al hombre, que era más alto que ella, sus ojos se abrieron por completo.
TAL
«¿Por qué tenía que ser el? ¿Por qué Elías está aquí?»
–Eres tan terca como una mula.–Elías no tenía intención de ser amable por lo que la regañó en cuanto la vio.
Al escucharlo, Anastasia quedó sin palabras y podía negar el hecho de que Elías era muchísimo más confiable que Jonás. Lueg
o, ella alcanzó el hombro de Elías para mantenerse de pie.
–Ayúdame... llévame lejos de aquí.
Por consiguiente, Elías le dio una instrucción a Ray:
– Dale una lección.
Dicho esto, levantó a Anastasia, al cual se aferro al instante, y se dirigió al auto. Por otro lado, Ray le bloqueaba el camino a Jon
ás y sin contenerse conectó un golpe a la cara de Jonás, seguido de una serie de golpes a su cuerpo haciendo que éste cayera
al suelo con dolor.
– ¿Quién eres tú? ¿Quién es el hombre de afuera? iNo dejaré que se salgan con la suya!
– ¿Quién te dijo que podías acercarte a la mujer del presidente Palomares?
– ¡Qué? El hombre de afuera... ¿Es Elias Palomares?–
exclamó Jonás en sorpresa antes de pedir clemencia–. Lo siento... cometí un error. Por favor, dile al joven amo Elías que lo sie
nto...
Después de que Ray se fue, Jonás quedó encorvado en el suelo. Estaba tan adolorido que no podía decir nada al mismo tiemp
o que el sudor frio se formaba.
«En serio Anastasia se convirtió en la mujer de Elías?»
A pesar de que Jonás habia notado que Elias tenia los ojos en Anastasia también, no esperaba que el plan fallara. En cuanto a
Anastasia, su cuerpo seguia ardiendo aún más en el asiento trasero del
auto y su incomodidad era más grande en la posición que estaba. Sin aviso previo, ella se aferró al cuello de Elias como si estar
pegada a él la hiciera sentir mejor.
– Por favor, sálvame... Llévame al hospital... —
Anastasia se quedó observando a Elías con ojos llorosos como si fuera un conejo a medio morir.
En ese momento, Ray entró al auto, giró hacia el asiento trasero y preguntó:
– ¿Hacia dónde, joven amo Elías?
–Al hospital.
Ray encendió el auto y comenzó a conducir. No hacía falta decir que Anastasia estaba demasiado incómoda. El rostro de Elias b
«¿Cómo se atreve a besarme por la fuerza?»
Él estaba pasmado por lo principiante que Anastasia era al besar, aun así, respondió al beso de ella presionando con suavidad s
–Mm... –
Anastasia sintió una sensación electrificante recorriendo por su cuerpo luego de que sus brazos se aventuraron a la espalda del
Al mismo tiempo, las manos de Anastasia se movían por la espalda de Elías resultando en que se tensara antes de jadear con fu
«¿Esta mujer sabe lo que hace?»
No obstante, la mujer en sus brazos estaba siendo muy sumisa. Perdió su tenacidad del dia dejando que Elías explorara sus labi
– Mm...—Entonces Anastasia regresó a sus cinco sentidos y empujó a Elias—. Elías Palomares, malnacido! Aléjate...
El rostro de Elias oscureció en un santiamén.
«¿Por qué coquetea conmigo y me deja, asi como si nada? ¿Cuán contradictorio puede ser?,
A pesar de eso, la feroz sensación que Anastasia sentía volvió a subir de nuevo cuando Elías la dejó ir. Al mismo tiempo, el auto
frenó de repente haciendo que su cara se plantara en el cuello de Elias. Justo entonces cuando Anastasia sintió el contacto de su
se rehusaba a irse.