Chapter Todo por amor Capítulo 41
Capitulo 41 Ya no te debo nada
Victoria se mantuvo en silencio.
Por otro lado, a Claudia le palpitó el corazón; fingió estar tranquila, pero no estaba segura de si
decidió podia intimidarla. No sabia mucho de ella, excepto que se tenia en alta estima, asi que arriesgarse y abordar la situación desde esa posición. Cuando Victoria no respondió, comenzaron a sudarle las manos debajo de la mesa.
-¿Que? ¿No estás de acuerdo? -preguntó forzando una sonrisa.
-Pareces nerviosa, ¿por qué? -preguntó, mirándola.
-No, no estoy nerviosa. Es solo que… -Claudia casi reveló lo que de verdad sentia, pero enseguida se detuvo y continuó-: Bien, tómate tu tiempo para pensar.
Tal como Victoria habia dicho antes, Claudia realmente queria que tomara una decisión rápida, pero Victoria se quedó absorta en sus pensamientos. La verdad era que más allá de si firmaba el contrato o no, no le importaba mucho; incluso aunque no lo firmara, todo lo que detallaba, a excepción de la primera condición de ir al extranjero y no regresar por cinco años, era algo que queria hacer.
En cuanto a la primera condición, no había decidido a dónde se instalaria, pero sin duda que seria lejos de Alejandro.
-¿Qué piensas? —Si bien le habia pedido que se tomara su tiempo, Claudia había estado esperando por un momento y no pudo evitar preguntar.
Victoria no sabia si lo hacia de forma deliberada, pero no pudo evitar decir:
-Pensé que no estabas nerviosa. ¿Por qué tienes tanta prisa? ¿Hay algún error en el contrato?
Claudia estaba estupefacta, pero hizo el mayor esfuerzo para sonreir antes de que Victoria firmara
el contrato.
-Bueno, entonces tómate tu tiempo para revisarlo. En efecto, te he estado apresurando, lo
siento.
Victoria le echó un vistazo y se tranquilizó.
-Bueno, siempre y cuando respetemos las condiciones del contrato, ino nos deberíamos nada? -preguntó.
-Si-respondió, asintiendo de inmediato.
-Bueno dijo.
-Entonces, firmalo -dijo dándole un boligrafo, tras escucharla.
1/4
Victoria miró el bolígrafo por un momento antes de tomarlo, pero en vez de firmar, jugó con él; lo dio vuelva entre los dedos en varias direcciones.
Al verla, Claudia se ponía cada más nerviosa hasta que la otra mujer al final sonrió y dijo:
-No firmare este contrato.
En ese momento, Claudia abrió grande los ojos.
-¿A qué te refieres? ¿No lo firmarás?
Victoria dejó el boligrafo con un golpe sobre la mesa y se reclinó de forma tranquila.
—No, no firmaré esta clase de contrato privado.
Sin protección legal y sin un abogado a su lado, no podía firmar un contrato ambiguo. ¿Le debía un favor? Sí, pero eso no quería decir que se vendería para saldar la deuda.
Claudia estaba visiblemente molesta.
-¿Qué haces? ¿Estás tratando de engañarme?
-No respondió de forma seria mientras sacudía la cabeza-. Si bien no firmaré el contrato, cumpliré todos los requisitos que mencionaste antes. Hizo una pausa y continuó de forma lenta. – Si no hiciste este contrato para engañarme, entonces no debería importar si lo firmo o no.
Claudia reprimió el enojo, pero la sonrisa no era para nada agradable.
-Victoria, ¿estás pensando de más? ¿Cómo te voy a engañar? Si así lo quisiera, no te habría ayudado en primer lugar. No me malinterpretes, ¿sí?
—Ah, ¿si? Entonces, ¿de qué tienes miedo? -preguntó, sonriendo.
Claudia no entendía lo que le quería decir.
-Miedo de qué?
-Eres su salvadora, ino? No debes tener confianza en ti misma si me pides que firme el contrato.
Tras escucharla, se reflejó furia en los ojos de Claudia. Cuando la escuchó mencionar el asunto, se sintió miserable y con miedo de que Victoria rememorara esos recuerdos de forma repentina.
Claudia no sabía si era porque reprimia el enojo, pero su rostro hermoso tenia una expresión de
enfado.
-Si no insistieras en quedarte con este bebé, inecesitaría redactar este contrato? -Después de hablar, enseguida retomó la actitud amable y le dijo-: Solo confia en mi. No te engañaré.
Victoria no se imaginó ver un cambio tan radical de actitud. No había sido testigo de ello y no pudo evitar maravillarse ante la habilidad de Claudia de cambiar en un instante.
Entonces también confia en mi; incluso aunque no firme el contrato, aun así, haré todo lo que dijo, frunciendo los labios tras pensar en es
Claudia no se imaginé que estaria tan segura de no firmar-. Si no firmas, cómo sé no cambiarás de parecer
Incluso aunque lo firmara, cómo sabes que no cambiaré de opinión? Si de verdad quisiera hacer algo, realmente crees que una pequeña cifra por incumplimiento me detendrá?
Claudia se quedó mirándola
que
¿Qué quieres con exactitud? No quisiste abortar y estuve de acuerdo. No puedes simplemente firmar para dejarme tranquila?
Victoria frunció el ceño.
Señorita Juárez, espero que entiendas algo. Lo que le suceda con el bebé es mi decisión, no la tuya. Para ser directa, Alejandro y yo estamos legalmente casados y los demás no tienen derecho a interferir. En cuanto a ti
Claudia empalideció,
¿Qué quieres?
No quiero nada, es solo una cuestión de buena voluntad, Cumpliré con todos los requerimientos que mencionaste-dijo de forma seria.
-Eso no es suficiente, ya que no confio en ti. ¿Cómo sé que no cambiarás de opinión más
adelante?
Bueno, no hay nada que pueda hacer. -Victoria se encogió de hombros; lucía indiferente-. Si no puedes confiar en mí, entonces no deberías haberme ayudado en primer lugar o pedirme algún favor, no?
Después de escucharla, Claudia al final se tharla, Claudia al final se tranquilizó un poco. En un principio, había pensado que Victoria sería fácil de engañar. Todo lo que tenía que hacer era establecer condiciones imposibles y después de que se rehusara, le daría el contrato, Cuando llegara el momento, lo firmaria cuando bajara la guardia. ¿Quién se imaginaria que Victoria estaría tan en alerta? -De verdad juzgué mal la situación. Apretó los dientes y la miró.
-¿De verdad puedes mantener la promesa?
Victoria sonrió.
Es un asunto simple. Si no pudiera hacerlo, no habría venido hoy. Y si ya he tomado la decisión, por que gastaria mi tiempo sentándome aqui contigo?
Bueno, eso fue lo que dijiste.
No habia otra forma, ya que se rehusaba a firmar el contrato y ella no podía obligarla a hacerlo.
Tenía que evitar a toda costa que Victoria hablara tonterías frente a Alejandro. Esa conversación debería ser útil para impedirlo.
-Espero que siempre puedas cumplir la promesa y colaboremos de buena manera -dijo, sonriendo de nuevo después de estirar el brazo para estrecharle la mano.
Victoria se quedó mirando la mano, pero no se movió.
-De ahora en adelante, no te deberé ningún favor-dijo de forma serena.