Chapter Todo por amor Capítulo 14
Capítulo 14 Decidí que voy a abortar
Victoria esperó hasta el atardecer, pero Alejandro aún no le respondía. Su teléfono estaba en silencio, como si la hubieran aislado del mundo exterior. Cuando ella trabajaba, le gustaba poner su celular en silencio para así poder concentrarse, pero, en ese momento… Anocheció y su celular de repente sonó, lo que la alteró. Corrió para agarrarlo, pero se angustió al ver la pantalla. Era un mensaje de Sabrina: «¿Y? ¿Ya pensaste qué vas a hacer? ¿Le dijiste?».
Victoria miró en silencio el teléfono y sonrió angustiada. «Hace tiempo que conoces la respuesta, pero ¿por qué insistes tanto? ¿Por qué tengo que mostrarme así de vulnerable para que la gente luego se aproveche? Ya lo hice, así que ¿cómo voy a enfrentarlo ahora?». Volvió a acostarse y cerró los ojos. «¿Con quién estará en este momento? ¿Qué está haciendo? ¿Cómo reaccionó al enterarse de que estoy embarazada? ¿Le dirá a Claudia sobre esto? ¿Qué pensará ella de mí?». De inmediato, la joven sintió que ya no tenía fuerzas.
Más tarde, Victoria solo bebió dos cucharadas de caldo. Ya eran las nueve de la noche y aún no recibía ninguna notificación, por eso, bajó las escaleras con tan solo una chaqueta sobre los hombros. Héctor aún no se iba a dormir y se puso de pie al verla.
—Ya es tarde, señora Calire. ¿Por qué continúa despierta?
—¿Alejandro no ha regresado aún? —preguntó al ver el lugar vacío.
—El asistente del señor Calire llamó mas temprano y dijo que el señor debía atender un asunto urgente y que no iba a regresar esta noche —explicó sorprendido y observó cómo la joven se angustió—. ¿Se encuentra bien, señora Calire? —dijo preocupado al verla tan desanimada.
—Estoy bien.
Victoria forzó una sonrisa en cuanto recobró los sentidos; luego, se volteó y subió para ingresar a su habitación, pero su teléfono sonó en ese instante. Se alteró al ver que era Alejandro. «Pero, ¿él no va a regresar esta noche? ¿Por qué me está llamando? ¿Qué quiere decirme?». La joven respiró profundo y se armó de valor para responderle.
—¿Victoria? —Escuchó una voz familiar; era Claudia—. Ale quiere avisarte que debe ocuparse de un asunto y que no regresará a dormir hoy. Estás enferma, así que ve a dormir temprano, ¿sí?
En ese momento, Victoria se entristeció y sentía mucha angustia; incluso sentía que tenía los brazos adormecidos. «¿Él le pidió a Claudia que me llame? ¿Qué está intentando hacer?».
—Victoria, ¿estás ahí?
La joven asintió luego de recobrar los sentidos, pero cortó de inmediato la llamada; estaba desconcertada. Cuando Claudia escuchó cómo le respondió, suspiró aliviada y guardó el número de Victoria en su teléfono antes de devolverle el suyo a Alejandro.
—Ya llamé, Ale. Gracias.
—De acuerdo —respondió y se distrajo un instante de su trabajo; luego de unos segundos, preguntó—: ¿Estaba dormida?
—No aún.
—Está muy enferma y aún no va a dormir —murmuró con el ceño fruncido—. ¿En qué está pensando esta mujer?
Claudia estaba a su lado mientras él se quejaba; al escucharlo, palideció por lo preocupado que sonaba y se mordió el labio al mismo tiempo que le temblaban las manos. Quizás, él ni siquiera se había dado cuenta de lo cariñoso que resultaba que se preocupara así por Victoria.
—¿Agendaste su número?
—Sí, claro. Ale, puedo salir con ella, ¿verdad?
—Sí; eso la ayudará a distraerse y no estar todo el tiempo trabajando.
Claudia sonrió de manera incómoda, pero en cuanto se volteó, tenía una expresión maliciosa.
Al día siguiente, Victoria notó que tenía los ojos un poco hinchados; para que nadie lo notara, se colocó un poco de hielo y así redujo la inflamación. Luego, miró su teléfono y notó que tenía mensajes de varias personas. Noel le envío uno: «Ya he solucionado todo en el trabajo y no debes preocuparte. Ve al hospital si no te sientes bien».
«¿Ya despertaste? ¿Cómo te sientes? Puedo llevarte al hospital si lo necesitas».
Ese último mensaje lo recibió por la noche, antes de dormirse, mientras que el resto los recibió durante la mañana. Luego, leyó un mensaje de Sabrina: «¿Hola? Han pasado horas y aún no me respondes. ¿Todo está bien? Lo lamento, no debería haberte aconsejado tan mal».
El resto de los mensajes eran de su amiga porque estaba preocupada y Victoria se dio cuenta de que era probable que Sabrina no haya podido dormir bien. «Estoy bien; no te preocupes»; respondió. Luego, volvió a abrir la conversación con Noel y le agradeció por ocuparse de sus tareas y le ofreció invitarlo a comer en muestra de gratitud. Sabrina no le contestó, pero Noel lo hizo de inmediato. «¿Cómo te sientes?».
Estaba a punto de escribir su mensaje, pero comenzó a llamarla; luego de dudar un instante, contestó.
—Noel.
—¿Te sientes mejor?
—Sí, mucho mejor.
—Te escuchó un poco congestionada aún. No te has recuperado por completo, ¿verdad?
La joven no respondió y el hombre siempre se preocupaba por su bienestar.
—¿Alejandro no te llevó al hospital? —preguntó luego de que ninguno hablara durante unos segundos.
Con tan solo escuchar el nombre de él, Victoria se alteró y cambió el tema de la conversación.
—No es nada grave; me recuperaré con solo tomar algunos medicamentos. Luego de descansar dos días, me siento mucho mejor.
—Sigues siendo igual de obstinada que siempre, Victoria —respondió Noel—. Tu padre se decepcionará si se entera de esto.
—En absoluto —dijo luego de fruncir los labios—. Iría al hospital si en verdad me sintiera mal; no te preocupes.
Continuaron conversando un momento y, justo cuando finalizó la llamada con él, Sabrina la llamó.
—¡Vicky! ¿Cómo te fue? No respondiste mi mensaje de ayer y esperé hasta la media noche, pero me quedé dormida. Si no me respondías el mensaje, no sé hasta qué hora habría dormido.
«¿Quién iba a pensar que mi mensaje la despertaría? Debería haberle respondido más tarde».
—Pero por fortuna ahora puedo descansar tranquila al ver que me has contestado. —Sabrina suspiró aliviada y continuó—: Le dijiste, ¿verdad? Alejandro… ¿Cómo reaccionó?
Todo estaba bien hasta que Sabrina lo nombró; al recordar lo ocurrido, Victoria se angustió mucho y miró el lugar vacío a su lado en la cama. Él no regresó a casa la noche anterior, sino que decidió desaparecer luego de que ella le dijera que estaba embarazada.
—Sabrina, decidí que voy a abortar —respondió con calma.