Chapter Capítulo 19
Capítulo 19
A las ocho en punto, la gran final arrancó, con los 11 participantes saliendo uno tras otro a dar lo mejor de sí en el escenario, mientras los fanáticos no paraban de vitorear. Javier empezó la noche con mucha energía, escuchando con atención, pero después de unas cuantas canciones, comenzó a sentirse cansado, pensando que todo sonaba más o menos lo mismo y que las actuaciones en vivo no tenían nada especial en comparación con escuchar las versiones editadas en su app de música.
como
Pero cuando la última participante hizo su aparición, recuperó un poco de interés. No porque ella fuera extraordinariamente diferente, sino porque desde que salió al escenario, miraba de reojo al jefe, esperando que él le devolviera el gesto.
¿Amapola? ¿Por qué le sonaba tanto ese nombre? Espera, ¿no es ella la hija adoptiva de la familia Carris, la hermana menor de Nerea?
-Sr. Roman…
Javier se volvió y vio a Roman concentrado en su tableta, revisando gráficos de acciones, sin siquiera levantar la vista hacia el escenario. Solo alguien con una voluntad de acero, casi monstruosa, como el Sr. Roman podría trabajar en un ambiente tan ruidoso
Pero en realidad, la agenda de hoy del jefe no incluía la entrega del premio al ganador de Cantante Con Máscara. Solo vino porque el CEO anterior había hecho una promesa delante de los medios, así que no tenía otro remedio, aunque claro, no le interesaba en lo más mínimo.
-Sr. Roman, la participante que está en el escenario parece ser la hermana menor de la señorita Nerea. -Mm.
El hombre respondió con indiferencia, su atención aún estaba en los gráficos de la tableta, aparentemente sin importarle.
-Hola a todos, soy la participante número 11 de esta competencia, Amapola. Hoy les traigo una canción original mía, ‘Enamorarme’.
La melodía clara, el ritmo alegre, las letras dulces… Con “Enamorarme”, el ambiente en el lugar se llenó de alegría y relajación. Javier sintió curiosidad; esta canción, tanto en su composición, letra, como en las armonias, superaba por mucho a las primeras diez. Y era una creación propia, impresionante teniendo en cuenta que era la hermana menor de la señorita Nerea.
Cuando Nerea llegó a la Galería Juventud Brillante, justo comenzaba a sonar “Enamorarme” en el escenario. La melodía ligera y las letras románticas llenaban el aire de burbujas rosadas, haciéndola sentir alegre. Recordó que cuando compuso esta canción, estaba enamorada y se consideraba la persona más feliz del mundo. Pero ahora, ese falso sentido de felicidad y dulzura se había desvanecido, dejando solo la cruda realidad.
-Ay, mi niña, casi es el final del show y apenas llegas Gerard suspiró aliviado al verla en el backstage de la Galeria.-Pensé que te habrías rendido.
Nerea le sacó la lengua con un gesto juguetón. -Tío, Lacaso no sabes que las estrellas siempre aparecen al final?
-¿Así que ya te crees una diva, eh?- Gerard no pudo evitar reír. -Vamos, no te demores. El maquillista y tu vestido ya están listo
ven a cambiarte.
Al ver el deslumbrante vestido dorado con destellos de estrellas l
y joyas a juego, Nerea abrió los ojos
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sorprendida. -Tío, solo voy a cantar una canción, ¿no es esto demasiado?
-¿Cómo que demasiado? Es tu primera aparición pública, ¡debes deslumbrar a todos!
-Además, el principal inversor del programa, Auge, elegirá hoy a su nuevo rostro publicitario. No solo cuenta el talento, la imagen también es crucial.
Sentada frente al espejo, Nerea empezó a pensar que su tío había entendido mal sus intenciones. Solo quería ganarle a Amapola en Cantante Con Máscara, no tenía planes de lanzar su carrera musical.
-Nere, ¿qué te parece esta máscara?
Gerard le mostró una máscara con un brillo misterioso. Al verla, los ojos de Nerea se iluminaron. -¡Es hermosa!
La máscara de zorro plateado, con una elegancia y un glamour únicos, adornada en un lado con una iris distintiva, era tanto espiritual como llamativa.
-Esto es un regalo especial para ti, sabía que te encantaría. Póntelo cuando subes al escenario, y nadie sabrá quién eres hasta que termines de cantar.
-Vale.
Nerea tomó la máscara, acariciando con alegría la iris en las esquinas de los ojos.
Media hora más tarde, después de maquillarse y ponerse un vestido de gala, Nerea salió del vestuario.
Gerard, que la esperaba desde hacía rato, se quedó boquiabierto al verla, -¡Hermosa, hermosa! ¡Simplemente hermosa!
Normalmente no se quedaba sin palabras y siempre tenía algo ingenioso que decir, pero ahora, impactado, solo podía aplaudir y repetir esa única palabra.
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