Chapter Capítulo 66
Capítulo 66
Lucrecia nunca habria imaginado que Maurino le diera tanta importancia a Violeta, hasta el punto de que la posición en la que Violeta se encontraba ahora, por su jerarquia, realmente le correspondia
sentarse a la derecha de Maurino, en lugar de con ella.
Lucrecia, con una sonrisa apresurada, intentó suavizar la situación, “Fue un error mio, debi haberlo organizado mejor, Mauri, mejor empezamos a comer.”
Maurino sacó la silla de su lado izquierdo, “De ahora en adelante, siéntate aquí.”
Violeta se quedó perpleja.
Incluso los empleados miraron con sorpresa.
Lucrecia ya estaba parada en ese lugar y por un momento, su sonrisa se congeló en su rostro, creando un momento incómodo. Ese lugar era, después de todo, el de Lucrecia, quien además iba a ser la futura esposa de Maurino y la señora de la Villa del Sol.
Violeta, sosteniendo su plato, se sentó a la derecha de Maurino, “Hermano, creo que olvidaste que soy zurda, si me siento a tu izquierda, chocaremos.
Mejor me e quedo aqui, mis platos favoritos están de este lado.
Cuñada, ¿qué te pasa? ¿Por qué no te sientas?” Dijo Violeta con un tono reprobatorio, luego se dirigió a Maurino. “Hermano, tampoco le has jalado la silla a la cuñada.”
Crecia se recuperó rápidamente y su sonrisa volvió, “No, no es nada. Aunque su sonrisa era forzada.
Durante la cena, Maurino le sirvió comida a Lucrecia, disipando la sombra en su rostro, “Gracias.”
Violeta pelo un camarón con sus manos y lo puso en el plato de Lucrecia, “Cuñada, come camarón.”
Lucrecia se sorprendió: “Yo…”
Antes de que pudiera hablar, Maurino ya había tomado el camarón de su plato con los cubiertos, “Lulu, eres alérgica al marisco, no puedes comer esto. Disfruta de tu comida y no te preocupes por
los demás.”
Lucrecia, con ojos llenos de ternura sonrió: “No pensé que te acordarias.”
Maurino simplemente respondió con un “Hmm.”
Violeta no se inmutó por la interacción de la pareja y siguió comiendo lo suyo, con las manos llenas de grasa. Los últimos días habia estado demasiado perezosa para cocinar y se conformaba con comprar algo rápido abajo o comer comida instantánea.
Ahora, con el apetito abierto, la verdad es que extrañaba la comida que preparaba Adrián.
Después de comer, se sintió somnolienta. Fue a la cocina a lavarse las manos y luego subió a su habitación, “Hermano, mañana tengo clases, me voy a dormir.”
Maurino, recostado en su silla y bebiendo mate, no levantó la mirada de su periódico. Violeta subió al dormitorio principal del segundo piso donde los empleados ya habían preparado el baño. Se sumergió cómodamente, se puso el pijama, leyó un poco en la cama y pronto se quedó dormida.
11:45 17
No se dio cuenta de que, en algun momento, una figura habia aparecido en la habitación, Maurino tentamente le quito el libro de las manos, lo cerro y lo puso a un lado. Su suave movimiento despertó a Violeta, cuyas largas pestañas oscuras temblaba, apoyándose en al cabecero de la cama con el pelo suelto. “Hermano duo con una voz suave y somnolienta, mirando a la persona a su lado.
Maurino te acomodo las coblias y se sento al borde de la cama, acariciando su cabello para que Violeta se apovara en su hombro, “; le estas acostumbrando a dormir bien?” No soltaba su mano suave y pequeña que vacia tranquila en su ruda palma.
Violeta, acostada de costado, sentia como si Maurino la envolviera en sus brazos, “¿Y la cuñada?”