Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )

Chapter Capítulo 130



Capítulo 130 

Violeta miraba a través de la rendija de la puerta, con los ojos abiertos ampliamente y, conmocionada, se cubrió la boca al ver la escena que se desplegaba ante ella… 

¿Qué había visto? 

Maurino tenía a Dana contra el escritorio del despacho, su mano ya exploraba territorios prohibidos de la mujer, aunque su cuerpo bloqueaba la vista y Violeta no podía ver bien los detalles. 

“500,000 dólares, ¿te parece poco? ¿Eh?” 

“Hermano, Lucrecia ya está muy enojada por lo de hace un rato. Si sigues así, Violeta va a entrar y te va a ver,” Dana decía en un susurro controlado, repasando los eventos. 

Los ojos de Maurino, al girar, parecían un agujero negro, capaces de engullir a cualquiera, “¿Crees que me importa? Dana, así no se seduce a un hombre…” 

“¿Quieres que te enseñe cómo se hace?” 

Dana, siendo la asistente de Maurino, mantenía su profesionalismo; nada más allá del trabajo la perturbaba. 

Ella simplemente había llevado unos documentos urgentes que necesitaban firma, ella jamás imaginó… 

Aunque trataba de mantener la calma, la mujer no podía evitar el temblor que recorría todo su cuerpo; apretaba las piernas intentando detener el avance del hombre, “¿Realmente tienes que hacerme esto? También soy tu hermana, esto es incesto. Jamás aceptaré ser tu amante.” 

“Si la abuela se entera, no me lo va a perdonar. Siempre te he admirado mucho y nunca he tenido segundas intenciones contigo.” 

Amante… 

¿Maurino y Dana? 

Violeta sintió como si su mundo se derrumbara… 

¡Esto era una locura! 

¿Cómo Maurino podría tener esos pensamientos sobre Dana? 

“Danita, apenas estamos empezando, no saques conclusiones tan rápido. ¿Ya olvidaste cómo me rogaste aquella noche?” 

“Yo…” 

Violeta no soportó seguir escuchando esa conversación y se dio la vuelta, justo para oír un gemido ahogado proveniente de la mujer detrás de ella, “Mm…” 

Ese botón que había encontrado en el suelo, cerca del sofá, Violeta no necesitaba más pistas para saber que se había desprendido de la ropa de Dana. 

Violeta se escondió en la escalera de emergencia, sosteniéndose el pecho con dolor, sintiendo que su corazón era cruelmente estrujado, le costaba tanto respirar que por un momento no podía ni 

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Capítulo 130 

tomar aire. 

¿Desde cuándo Maurino y Dana mantenían esa relación? 

Recordando fragmentos de su vida pasada, Violeta trataba de recordar algo sobre Dana y Maurino, pero no encontraba nada. En su memoria, el hombre nunca había sido de los que cambiaban de pareja a cada rato… 

¿Sería que nunca había conocido realmente la verdadera personalidad de Maurino? 

¿Acaso era igual que todos esos hombres allá afuera? 

Violeta, al borde del colapso, se recostó contra la pared, agarrándose el cabello y deslizándose lentamente hacia el piso. 

Al pensar en lo que había pasado entre Maurino y Dana en su vida anterior, sentía náuseas… 

Cuando levantó la mirada, los ojos de Violeta se habían humedecido ligeramente, y luego, con una sonrisa autodespectiva, curvó los labios. 

Pero ahora, ¿qué derecho tenía ella para desmoronarse? 

Con una mirada llena de dolor, murmuró para sí misma: “Violeta, siempre has sido tú la que ha caído tan bajo, la que se ha arrastrado hasta la cama de Maurino.” 

‘Yo, Lucrecia, y ahora Dana… 

Hermano, ¿cuántas mujeres más hay a tu lado que yo no conozco?‘ 

Cuando el sonido apresurado de tacones golpeando el suelo del pasillo resonó, pensaba que debía de ser Dana saliendo de la oficina de Maurino… 

Desde que ella entró hasta que salió, ya había pasado media hora. 

En esa media hora, pudieron haber hecho demasiadas cosas. 

Dana, con los documentos ya firmados en mano, se marchaba precipitadamente, y al pasar junto al bote de basura donde yacía aquel familiar botón, el color de su rostro cambió al instante… 

Y detrás de ella, se escuchaban también los pasos despreocupados de un hombre… 


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