Chapter CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 26
ESTACA DIRECTO AL CORAZÓN.
El tiempo pasó en un susurro incesante, marcado por la tensión que flotaba en el aire del palacio. Rania. después de la efímera conexión con Hakim, se encontraba en la habitación de su hijo, aferrándose a la única certeza que tenía: seguridad de Omar en sus brazos.
No supo por qué la había dejado la noche allí, es como si de cierta forma el rey le estuviera dando oxígeno en
medio de tanto ahogo.
Ella durmió en un sofá, y se levantó todas las veces que su hijo se incomodó. El médico entró una sola vez, y por la mañana, las enfermeras le dijeron que Omar había respondido al tratamiento.
Ella tenía una sonrisa larga en su boca, con Omar en sus brazos, cuando la puerta se abrió con cautela,
revelando a Mahir, quien le hizo un gesto para que lo siguiera.
-Todos están reunidos en el gran salón, señora Rania….. el rey exige su presencia..
Rania soltó el aire, y miró a Omar.
-Volveré… -le susurró mientras Mahir la miraba en silencio-. No pasa nada… estaremos nuevamente
juntos. Pórtate bien, qué mamá te cuidará…
Le dio muchos besos, incluso Mahir tuvo que repetir la oración, y ella asintió dejando a su bebé, y sintiendo
una oleada dolorosa en su pecho cuando la puerta se cerró tras ella.
Aun con el vestido desordenado y el corazón inquieto, obedeció en silencio. Siguió a Mahir en todo el recorrido, y se quedó estática al ver el montón de gente que estaba ya en el salón.
Sus ojos se deslizaron por todos ellos.
Samir con sus dos esposas, y su mirada que la incomodaba todo el tiempo.
Yassira sentada en un sofá y un abanico, y la madre de Emir, junto a Hakim.
La mirada de Rania se conectó con el rey, pero él estaba demasiado tenso y pasó sus ojos’a Mahir.
-En unos minutos, tendremos la guardia aquí, y a algunos criados -Confirmó su mano derecha.
La espera se volvió angustiosa para Rania. Mientras el tiempo pasaba lentamente, ella se aferraba a la
esperanza de que la verdad saliera a la luz. Sin embargo, la sospecha y la desconfianza ya habían sembrado
sus semillas en la mente de muchos, incluido el mismo Hakim, cuya confianza estaba siendo puesta a prueba.
Finalmente, Mahir regresó al salón, con una expresión seria en el rostro. Los presentes contuvieron la
respiración, esperando el veredicto de la búsqueda.
Después de un tiempo que se sintió eterno, Mahir regresó al salón principal con un pequeño frasco en la
mano. Todos los ojos se posaron en él, y la tensión aumentó aún más.
La espalda de Rania se tensó, y su aliento salió de su boca.
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-Emir, encontramos esto… pero antes de que lo presentáramos aquí, mandé a revisar cuál era su contenido.
Los murmullos llenaron la sala mientras Rania levantaba la mirada. Su corazón latía con fuerza, pero sus ojos reflejaban determinación.
-¿Cuál es el resultado? -Hakim preguntó, y Mahir le entregó el frasco.
-Fue un líquido construido, tiene bacterias criadas, y algunos virus solo con unas gotas, pueden causar un gran mal…
Hakim miró a Rania, pero ella frunció el ceño, cuando no notó alguna molestia él.
«¿Por qué?»>
-Entonces… si hay alguien que le quiere hacer daño a mi hijo…
Mahir asintió.
-Debo preguntar, Mahir, ¿dónde encontraste este frasco? ¿O ya sabes que debes hacerlo?
-Lo siento, señor, quería dar la información primero… este frasco fue encontrado por la guardia, en la antigua habitación de la señora Rania –anunció Mahir, mostrando el frasco.
Hubo una ola de murmullos, mientras Rania palideció. Sin embargo, Hakim, desde su distancia, se mantenía
como un muro.
-Imposible-Ella susurró con temblor-. Ese frasco no estuvo en mi habitación antes. Alguien lo puso allí
para incriminarme. ¡No puedo permitir que me acusen de esta manera! Hakim…
Adilá fue la primera en levantarse.
-Realmente estoy conmocionada, al borde de las lágrimas. Fui acusada por Rania, y ¿resulta que ella es la que planeó todo?
La madre de Rania se levantó temblorosa.
-Debe haber una confusión… incluso esto es absurdo. Si piensan es tan tonto que Rania pudiera hacer algo
como esto.
-Pero las pruebas están en su contra. ¿Cómo llegó esto a tu habitación?
Hakim frunció el ceño, se mantenía callado mientras la situación se volvía cada vez más complicada, y él se
encontraba en el centro de un conflicto entre su esposa y el resto de gente que estaba entre sorprendida y
furiosa.
Zulema miró a Hakim, y luego ambos a Yassira que se levantó.
-Imagino que después de esto, se pasará de largo -Yassira iba rumbo a la salida.
-¡Detente! -Hakim casi gritó-, Dije que los culpables serían condenados…
Y Rania caminó hacia él, hasta que la mano del rey se alzó, haciendo que ella se detuviera.
-Hakim…
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-Soy el rey…
-Señor… por favor… -Ella se arrodilló, había una estaca que se estaba clavando directo a su corazón. Lo juro… estoy convencida de que esto es una trampa… ¡Abra los ojos por Alá! -Hadara comenzó a sollozar. -Mahir Hakim dijo con dureza-. Lleva a Rania a una de las zonas de retención del palacio…
-Majestad-Ranja suplicó de nuevo-. Está cometiendo un error…
-Busca a su criada… ella enciérrala también…
Adilá sonrió, pero escondió su sonrisa rápidamente, mientras Hadara miró a Samir buscando ayuda. Sin embargo, él negó, quitándole la mirada.
-Nadie hace estas cosas en mi cara, y queda impune… -Volvió a dictaminar el rey, y Mahir se fue hacia Rania, tomándola del brazo.
-¡Hakim! -Ella gritó con todas sus fuerzas.
Hakim apretó sus manos, veía cómo Mahir literalmente la arrastraba mientras ella suplicaba, y estaba a punto de levantarse a ir por ella, cuando su madre, le puso la mano sobre la suya.
-Hakim… lo prometiste… ¡Tú lo prometiste! No me separes de Omar… N lo dejes solo, te lo suplico… -La súplica de Rania le hizo cerrar los ojos y soltar el aire lentamente, mientras Mahir desaparecía con ella de su
vista.
Luego, él los abrió de golpe observando a un solo lugar.
La sonrisa de Yassira era amplia, como si ella estuviera pensando que había ganado la batalla, sin saber que Hakim estaba preparando la verdadera guerra dentro de su mismo palacio
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