Chapter Capítulo 88
Capítulo 88: Una Historia de Lágrimas y Sangre
La miré con calma y le dije: Si quieres saber sobre él, pregúntale a tu hermano.
-¿Qué quieres decir? ¡No intentes joderme! – Sofía me miró con frustración.
Víctor se sobresaltó y me miró rápidamente, diciendo: -María, ¡no digas nada!
Entendí su insinuación. Tenía miedo de que no pudiera mantenerme firme y lo expusiera. Pero ¿era necesario traicionarlo para lidiar con estos dos?
Miré a Víctor y di un paso adelante, enfrentando a Sofía. La cuestioné palabra por palabra: —¿ Cuando estaba atrapada sola en el aeropuerto, Hernán no estaba en mi cama enredado contigo?
-Cuando mi hija estaba hospitalizado con fiebre alta, Hernán no solo no me dejó un centavo, ¡ sino que también estaba teniendo un affaire contigo en el hotel de la Ciudad Orillana! ¿ Olvidaste las fotos apasionadas que me enviaste? ¿Olvidaste la escena?
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Sofía miró a Hernán en pánico y retrocedió involuntariamente con una sonrisa nerviosa.
Sonreí con desdén y continué: -¿O tal vez tienen tantos asuntos clandestinos que ya no pueden recordar? ¿Hmm?
Para asegurarme de conseguir el proyecto de Boreal, me reuní con el Sr. Alvarez. Mientras yo me esforzaba en mi trabajo para ConstruMateria, ¿acaso Hernán no te compró un coche nuevo? Y ambos, ¿no se apresuraron a disfrutar la vida en la Ciudad Orillana a bordo de ese coche nuevo?
-¿Me preguntas cuál es mi relación con el Sr. Alvarez? qué dices? ¿Cuál es la relación?
—
Giré bruscamente hacia Hernán—, ¿
Exponía mi reunión con Patricio de manera lógica y fundamentada, pero no podía mencionar cómo me salvó en momentos de peligro una y otra vez.
Hernán levantó la cabeza atónito y me miró, diciendo: —¿Lo sabías todo?
Sonreí tristemente y pregunté en voz baja: -¿Qué crees? ¿Quieres que siga?
Ivanna aprovechó la oportunidad para insultarle: -Hernán, originalmente pensé que estabas cerca de otras mujeres por trabajo, pero nunca imaginé que estarías teniendo una aventura con tu propia hermana.
Las palabras de Ivanna fueron extremadamente hirientes, pero la familia Cintas guardó
silencio.
Ivanna hizo una mueca exagerada y exclamó de repente: -¿La primera vez que tuvieron su aventura fue en un bar? ¿Quizás tu hermana te drogó? ¡Qué raro! Es asqueroso, juro que es repugnante. No me extraña que María haya adelgazado de repente, siempre le sugerí que viera
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Al escuchar las palabras de Ivanna, mi dolor y enojo aumentaron. Dije: -Originalmente no quería sacar esto a la luz. Por mi hija, estaba dispuesta a soportar humillaciones. Aunque estoy triste, me consuelo a mí misma para no tocar esta realidad repugnante.
-Si no los delato, nadie lo sabrá. No lo hago por ti o por la familia Cintas, lo hago por mi hija. Es tan pequeña, no quiero que la insulten cuando crezca.
Dije palabra por palabra, con lágrimas en los ojos.
que tu
-Pero tú me tomaste por tonta. No solo no me diste dinero, sino que también hiciste hermana me drogara y luego trajiste a un grupo de hombres para que me humillaran. ¡Ustedes son verdaderamente desalmados!
-¡Yo no hice eso!— defendió Hernán.
-No culpes a mi hermano, jesto no tiene que ver con él! ¡Solo quiero que te largues de la
familia Cintas! — Sofía increíblemente desafiante.
La madre de Hernán soltó otro gemido: —¡Qué malvados!
-Desde el día en que ConstruMateria fue fundada, fui leal a ti. Invertí el dinero de mis padres en la empresa, incluso les compré una casa. ¿Así es como ustedes tratan a alguien que les ha dado todo?
Miré de manera desafiante a los padres de Hernán. La cara de Alejandro se torció, hizo un ruido con la boca y miró a Hernán.
Sabía lo que estaba pensando, quería que su hijo lo defendiera.
-Odias que alguien mencione la historia de tu familia, son tan pobres que ni siquiera tienen ropa decente.
-¿Olvidaste cuando ahorré para comprarte tu primer traje, yendo a trabajar todos los días a pie?
-¿Olvidaste los votos que hiciste en nuestra boda?
–
¿Olvidaste lo que me dijiste cuando estaba embarazada? … Todo esto, no quieres escucharlo… Lo miré a los ojos y grité-, porque tienes miedo de escucharlo!
Mi grito resonó en la oficina, haciendo que Víctor se encogiera de miedo.
-Puedes olvidar eso, pero yo no lo haré- Saqué las pruebas y las puse frente a Hernán—, Hernán, guardo todas estas pruebas. Aquí está el certificado de tratamiento del hospital, el video de vigilancia del bar, testigos y evidencia física…
He hecho los arreglós. No necesitas quitarme el teléfono, te lo doy ahora. Destruye las pruebas en el teléfono y al siguiente segundo, todo la Ciudad Fluvial sabrá de ustedes. ¡Haré
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Miré a Hernán y dije palabra por palabra: -Incluso si no tengo nada, usaré mi vida para defender mi dignidad. Si tus fechorías salen a la luz, ¿crees que Boreal seguirá queriendo firmar contigo? Tú… Hernán Cintas, desalmado. Ella, Sofía Cintas, vil y maliciosa, ¡la enviaré a la cárcel!
Después de decir esto, miré a Hernán y me di la vuelta resueltamente
para irme.
-No… (1