Chapter Capítulo 84
llega! – Dije con expresión seria.
Capítulo 84: La Malhechor se Adelanta a la Denuncia
Hernán tuvo un presentimiento de que algo estaba a punto de suceder. Me miró con una expresión fría y dijo: -María, ¿qué travesura estás
por hacer?
Levanté la mirada rápidamente hacia Hernán, quien estaba de pie frente a mí, y le respondí: -¿ Qué quieres decir con travesura? Cuando Sofía llegue, verás quién está causando problemas.
Hernán notó mi actitud firme y enseguida se volvió hacia Ivanna, preguntando: -¡Ivanna, ¿ qué está pasando?
Ivanna, con los brazos cruzados detrás de mí, miró a Hernán con desprecio y le dijo: -¿Me preguntas a mí? ¿A quién más iba a preguntar? Deberías preguntarle a tu querida hermanita cuando llegue.
El ambiente en la oficina se volvió notablemente incómodo. Todos podían sentir que algo desagradable estaba a punto de suceder.
Justo en ese momento, Sofía entró desde afuera, con una sonrisa maliciosa en su rostro. Pero al ver a todos en la oficina, se quedó perpleja y me preguntó: -María, ¿qué pretendes hacer?
Cuando vi a Sofía, deseé poder estrangularla con mis propias manos. La miré con intensidad y le dije fríamente: -¿Qué pretendo? ¿Olvidaste lo que me hiciste? Te lo recordaré ahora mismo. ¿Tienes miedo?
Eh… ¿miedo de qué? ¡No fui yo a quien se llevó! – Rodó los ojos con desdén y le dijo descaradamente a Hernán: -Hermano, hace dos horas, esta mujer fue llevada por un hombre frente a todos. Han pasado dos horas, ¿y qué hicieron? ¡No tengo ni idea!
Sin embargo, antes de que sus palabras se asentaran, la velocidad de Ivanna fue asombrosamente rápida. En un parpadeo, cuando nadie pudo comprender lo que estaba sucediendo, un sonido seco y fuerte resonó en el aire: una bofetada feroz impactó con fuerza en el rostro de Sofía. 1
Sofía gritó sorprendida, tambaleándose y cubriéndose la cara. Luego, con un tono de queja coqueta, exclamó: -¡Ay!… ¡Hermano!
Todos en la oficina quedaron atónitos, mirando con horror a Ivanna, quien estaba radiando
una intensa furia.
Los padres de Hernán, con rostros furiosos, preguntaron a Ivanna: —¿Qué estás haciendo? ¿ Cómo te atreves a pelear a mi hija?
Hernán la reprendió con firmeza: -Ivanna, parece que te has vuelto loca, ¡atreviéndote a causar problemas en mi oficina!
Ivanna miró fijamente a Hernán y exclamó: -Hernán, de verdad, estoy completamente loca. ¿
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hombre de verdad!
-Hermano…Sofía cubrió su rostro y miró enojada a Ivanna, luego miró a Hernán, que estaba furioso, y dijo coqueta: ¿Por qué te atreves a golpearme?
-¡Te golpeé a ti, y no me arrepiento! Has hecho algo mal y fuiste a quejarte primero. Un golpe es lo mínimo que mereces. Si no me crees, sigue hablando. ¿Tienes el coraje de hacerlo y de asumirlo?– le respondió Ivanna.
Las palabras de Ivanna hicieron que Hernán se diera cuenta de que algo estaba mal. Me miró y me evaluó, todavía con algo de descontento en su voz, me preguntó: -Habla. ¿Qué hizo ella?
En su mente, claramente pensaba que yo estaba siendo irracional y no creía que Sofía hubiera hecho algo realmente grave.
-¡Pregúntaselo a ella! – le grité con voz firme, mi enojo palpable en todo mi cuerpo.
Hernán de inmediato sintió que la situación era mucho más grave de lo que había imaginado. Advertenció severamente: -¡Todos ustedes, salgan! Esto es un asunto de mi familia.
Las personas se miraron entre sí y, aunque no estaban de acuerdo, salieron de la oficina de Hernán, pero todavía miraron hacia la oficina, donde varios estaban a punto de pelear, sintiendo que la situación no era tan simple como parecía.
Vi a Víctor entre las personas que se marchaban y le dije: -¡Víctor, quédate! Necesitamos a alguien ajeno aquí para ser testigo de lo que está sucediendo.
Con un tono decidido, hice una insinuación a Víctor: -Tú eres uno de los principales miembros de la ConstruMateria, ¿verdad? ¡Tú serás nuestro testigo!
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