Chapter Capítulo 112
Capítulo 112: Interrogatorio Descontento
Me sentí mareada por sus preguntas inexplicables, mirándolo con una expresión atónita.
-¿No se suponía que hoy había una audiencia? ¿Por qué no hay una audiencia hoy? ¿Por qué fue cancelada? -Me miraba sin expresión, pero su tono era duro, parecía molesto, sus ojos también estaban fijos en mí.
Lo miré, ¿habría ido al juzgado? Nuestro asunto se pospuso de repente, nadie lo sabía, ¿cómo podía él saberlo? La única explicación era que había ido al juzgado.
-Razones especiales, ¡se pospuso repentinamente! -respondí.
Una vez más, ¿vacilas o son esas malditas excusas tuyas? -Me miraba con intensidad, su mirada estaba profunda, y su rostro se volvió cada vez más severo-. Realmente eres lo suficientemente sumisa, ¿esos despreciables hechos no son suficientes para que te llenes de repugnancia?
Comparado con su ira tibia, me sentí mucho más calmada. Tomé un vaso de limonada y bebí unos sorbos. ¡Quizás sea imposible divorciarnos recientemente!
-¿Por qué? -Su mirada se posó repentinamente en mi rostro.
-¡Estoy desarmada ante él! ¡Está utilizando a mis padres para chantajearme! —dije impotente –. No es todo tan fácil como quiero yo, subestimé la desfachatez de Hernán.
-¿Quieres doblegarte toda tu vida? ¿Dejar que te manipule a su antojo? -me miró desafiante.
-¿Qué otra opción tengo? Mi padre acaba de salir del hospital por un derrame cerebral. No puedo correr ese riesgo. ¡Prefiero soportar la humillación que poner en peligro la vida de mi padre! —estaba un poco enojada, pensando en los miembros de la familia Cintas que se paseaban frente a mí.
Por un momento, ambos guardabamos silencio.
Después de un rato, levanté la mirada hacia él. -¿Cuándo regresaste?
-Anoche. -dijo con calma, y luego me miró meticulosamente, esa mirada me puso los pelos de punta.
El camarero me trajo la leche caliente que él pidió para mí, lo empujó hacia mí y luego me preguntó: -¿Quieres resolver la situación actual?
si
-Siempre que no amenazara la salud de mis padres. -este era mi límite absoluto. Sabía que podía preguntar así, definitivamente tendría un plan. No sabía por qué, pero no tenía ninguna defensa contra él, lo que sentía era un inexplicable sentimiento de confianza.
¡Voy a organizarlo! –dijo con calma-. Cuando esté listo, te lo haré saber. ¡Solo necesito
–¡Gracias!
+15 BONUS
Cuando salí de la cafetería, las luces de la ciudad estaban encendidas. En la puerta, me dio algunas instrucciones breves y luego cada uno tomó su coche y nos fuimos. Sin embargo, no sabía por qué, sentía como si alguien me estuviera observando.
No tenía prisa por regresar a casa, la presencia de esas tres personas me provocaba una sensación de opresión e incomodidad. Pesaba en los pros y los contras de cómo manejar la situación actual.
En este momento, estuve completamente en una posición pasiva, había demasiadas incertidumbres. Ellos eran como una bomba de tiempo, manteniéndome en constante temor.
A propósito, tomé un camino más largo, navegando entre el ajetreo de la calle, disipando la pesadez que sentía en mi corazón.
Sin embargo, después de todo, me preocupaba mi familia y no podía permitirles comportarse de manera tan desenfrenada.
Al día siguiente.
Recibí una llamada de Patricio. Me pidió que llevara a mis padres y a la niña al Mundo de hielo y nieve para jugar y que participáramos definitivamente en la actividad de sorteo. Entendí que esta era su disposición.
Después del desayuno, les dije a mis padres que los llevaría a pasear. Al principio, no querían salir, pero cuando les mencioné que Dulcita había querido ir al Mundo de hielo y nieve durante mucho tiempo y que nunca había tenido la oportunidad de acompañarla, accedieron de buena
gana.
Sorprendentemente, Hernán se mostró entusiasta, ofreciéndose a llevarnos allí. Obviamente, no quería darnos ninguna oportunidad de estar solos. No me negué, ya que tampoco quería que se quedaran solos en mi casa.
Ivanna dejó el auto para que lo usara estos días, facilitando así mis desplazamientos.
Sofía llevó a los mayores al auto de Hernán, pero con una sonrisa coqueta se subió a mi coche.