Chapter Capítulo 35
Farel se apoyo en el marco de la puerta, sin mostrar sorpresa alguna ante su
aparicion, con una expresion serena.
—¢ Te mudaste? —le pregunté con tono de voz apatico.
Evrie asinti6, esforzandose en esbozar una sonrisa— Si, qué coincidencia, Dr.
Farel, resulta que somos vecinos de enfrente.
Temerosa de que Farel pensara que ella se habia acercado a propésito, Evrie se
apresurd a explicarle—Es el alojamiento para empleados de nuestra empresa,
me lo asignaron esta tarde, fue todo al azar, es una casualidad increible.
Farel solt6 un bufido—Parece que tu empresa tiene buenos beneficios.
Evrie se quedo sin palabras, sintiéndose algo incémoda.
Por alguna razon, siempre percibia un tono sarcéstico en sus palabras.
Cuando se dio la vuelta para ir a tirar la basura, Farel la llamé—Espera.
—¢ Qué pasa? —Evrie se gird instintivamente.
—Tengo algo que devolverte.
Farel regreso al interior y, segundos después, salié extendiendo la mano. Entre
sus dedos, claramente definidos, colgaba una prenda interior con un estampado
de florecitas sobre fondo blanco.
Al verlo, Evrie sinti6 como si su cabeza explotara.
iSe puso roja como un tomate al instante!
iEl todavia tenia eso!
En la prisa de la mafiana, habia guardado todas sus prendas de dormir, excepto
su ropa interior, que olvidé en el bafio. iNo podia creer que él la hubiera recogido
y ahora tuviera la desfachatez de devolvérsela!
Evrie estaba mortificada, tomd la prenda rapidamente y la apreté en su mano
para meterla en el bolsillo.
—¢ Hay algo mas? —le preguntd, ansiosa por irse.
—No. —Farel retir6 su mano con indiferencia, como si atin jugara con la idea en
sus dedos.
Evrie, con el rostro ain encendido, se apresuré a botar la basura.
El cubo de basura estaba en el pasillo, y cuando regreso, la puerta de Farel
seguia abierta y en la entrada de su casa habia un hombre conversando con
Farel a través del pasillo.
—¢ Maestro, qué haces aqui? —le exclamé Evrie sin pensarlo.
Leandro agité una bolsa grande de pléstico, sonriendo con picardia—Acabas de
mudarte y necesitas de todo, asi que te compré algunos cubiertos y algo de
comida para llenar el frigorifico.
Evrie no sabia como expresar su gratitud.
—Maestro, ya es bastante con que me hayas conseguido el alojamiento, no
deberias gastar mas en mi, ya es demasiado.
—Fue algo sencillo, no es la gran cosa.copy right hot novel pub
Ya lo compré, no vas a hacer que lo devuelva, ¢ verdad?
Leandro parpade6, con una sonrisa traviesa en su rostro.
Por supuesto, Evrie no podia pedirle que se fuera, e inmediatamente abri6 la
puerta para invitarlo a entrar.
—Pasa y siéntate un rato, o mejor, te invito a cenar. Me has ayudado tanto que
debo agradecerte de alguna manera, si no, me sentiria muy incémoda.
Evrie se sentia en deuda, ademas estaba intranquila por la ayuda recibida y
pensando en como podria retribuir.
—Claro, pero no hace falta salir. Compré un montén de comida, ti podrias
invitarme a una comida casera. Tengo curiosidad por probar tus dotes culinarias.
Leandro agité la bolsa, que contenfa una buena cantidad de verduras y carne,
suficiente para varias comidas.
Sabia que la joven tenia dificultades econémicas y no tenia mucho dinero.
A él no le faltaba comida.
Evrie acepté con gusto—Esta bien, entonces te mostraré lo que sé hacer.
Los dos charlaban alegremente en la puerta, olvidandose por completo del
observador desde el otro lado del pasillo.
Leandro eché un vistazo y vio a Farel apoyado en el marco de la puerta, con los
brazos cruzados y una expresion inexpresiva, como una estatua de un guardian
melancélico.
Recordando que él era el duefio de la casa, se toc6 la nariz y le pregunté con
curiosidad:
—¢ Te unes?
Evrie se alarmé de inmediato, y antes de que pudiera hacerle sefias a Farel, él
respondi6 con desgano.
—Si.
Evrie—...
Leandro—...
Parecia que realmente no se consideraba un extrafio.
Leandro habia comprado de todo, desde verduras y carne hasta todo tipo de
condimentos.
Evrie, cargada con los ingredientes, entré en la cocina y comenzé a cocinar.
Leandro intent6 ayudarla, pero ella lo rechazé una y otra vez hasta que
finalmente cedié y se fue.
—Esta chiquilla, parece de algodén, pero qué terca es. —
Leandro volvi6 al salén con aire despreocupado y se lamenté ante Farel, que
estaba acostado en el sofa.
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La actitud de ella ya no sorprendia a
Farel. Ech un vistazo hacia la cocina
y una sonrisa se dibujo en su rostro
al pensar que, por muy terca que
fuera, en la cama siempre terminaba
mansita como un cordero. The
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Evrie se lucio en la cocina
preparando algunos platos y un
caldo de pescado, ademas de
mezclar un par de ensaladas,
SA
sirviéndolos uno tras otro en la mesa.
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La mesa estaba repleta de delicias que abrian el apetito solo con mirarlas.
—Evi, qué buena mano tienes para la cocina, el que se case contigo va a tener
una suerte barbara. —
Leandro no podia ocultar su asombro ante sus habilidades culinarias y no dejaba
de elogiarla.
Evrie sonri6 con timidez. —Solo son platos sencillos, me acostumbré a hacerlos
desde pequefia y ya sabes, la préactica hace al maestro. —
Y era verdad lo que decia.
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Desde que su padre quedé paralitico
y necesitaba comidas nutritivas y su
madre era tan exigente con la
comida, Evrie habia desarrollado un
talento especial en la cocina. The
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—Pues Farel y yo nos vamos a dar un banquete, jvamos, a comer! — Leandro
invit6 a todos a la mesa con una sonrisa.
La mirada de Evrie siguié el gesto de Leandro y se encontré con Farel que se
levantaba con calma del sofa para sentarse frente a ella en la mesa.
Se encontraba justo enfrente, y bastaba con levantar la vista para toparse con su
cara que destilaba arrogancia.
No sabia si lo hacia adrede o simplemente le gustaba hacerse notar.
Evrie decidi6 concentrarse en su plato, comer con la cabeza baja, pensando en
cémo deshacerse de él en cuanto terminasen...
Pero en ese instante.
Un pie se desliz6 silenciosamente por su pierna, provocandola con una caricia
inesperada.
—iClang! —
La cuchara de Evrie cay6 sobre la mesa.