Receta para robarle el corazón al Dr. Farel novela completa

Chapter Capítulo 37



—¿Qué?

Evrie se quedó petrificada de repente, levantando la mirada hacia él.

El hombre estaba justo encima de ella, bajo la luz tenue, sus ojos oscuros brillaban con un deseo de posesión que no podía ocultar.

Iba a hacer su jugada.

Evrie movió los labios, sintiendo su garganta seca.

—¿Qué significa eso de “venirme contigo”? — le preguntó con voz ronca.

—¿No entiendes? Seré más claro entonces. Quiero mantenerte, a largo plazo. Aprovecha que todavía me interesas y pídeme lo que quieras. — Farel le pellizcó la mejilla con una voz cristalina —Así que, pon tu precio Evrie, lo que sea, lo consideraré como tu mensualidad. —

Boom…

Evrie sintió como si un trueno hubiera estallado junto a su oído.

Ella lo miró con los ojos bien abiertos, tardando un rato en volver en sí, con las yemas de los dedos temblorosas.

Así que todo lo que había hecho era con ese propósito.

¿Solo quería acostarse con ella y mantenerla?

Ella apretó los labios y desvió la cara con fuerza —No quiero. —

—¿Qué dijiste? — Farel frunció el ceño.

—Dije que no quiero que me mantengas, y mucho menos irme contigo. — Evrie reunió todo su coraje y se lo dijo, con una firmeza intensa en su mirada.

Parecía que Farel no esperaba esa respuesta tan firme y la observó sin moverse durante unos segundos, antes de soltar una carcajada.

—¿No quieres irte conmigo pero sí con Leandro Reyes? —

Evrie se quedó sin palabras…

¿Cómo había metido a Leandro en la conversación?

Al ver su silencio, Farel le habló como si estuviera tentando a un animalito al borde de una trampa, con una voz lenta y seductora.

—Leandro puede que tenga dinero, pero no es fácil de conseguir. Con tu sueldo, seis mil al mes, poco más de setenta mil al año, descontando seguros y gastos, ¿crees que con trabajar duro vas a poder llenar ese pozo sin fondo que tienes en casa? —

—¿Tú..copy right hot novel pub

.?

Evrie abrió los ojos con incredulidad.

¿Cómo sabía sobre su situación familiar?

Farel sonrió levemente. Después de la primera noche, ella se quedó dormida y su teléfono móvil no paraba de vibrar en la almohada.

Él solo echó un vistazo a la pantalla y supo que ella necesitaba dinero.

Por la mañana, había indagado un poco más y así descubrió que su familia le pedía dinero constantemente.

—¿Investigaste sobre mí a mis espaldas? —

Evrie reaccionó rápidamente, cuestionándolo con incredulidad.

Farel entrecerró los ojos, sin negarlo —Evrie, piénsalo. Irte conmigo significaría que al menos a corto plazo no tendrías que preocuparte por dinero, no sufrirías la presión de tu familia y tu padre recibiría el mejor tratamiento. Sería un trato claro y sencillo, cada quien obteniendo lo que necesita. —

Trato claro y sencillo, cada quien obteniendo lo que necesita…

Esas palabras pesaban sobre el corazón de Evrie.

Ella respiró hondo, con la voz ronca —¿Por qué yo? —

Farel le respondió —Probablemente porque eres más pura, obediente, placentera y un poco adictiva. —

Le dijo esas palabras.

Cada una de ellas caía sobre su cabeza con ironía, llenándola de vergüenza.

Evrie apretó los dientes y lo empujó con fuerza.

—Lo siento, pero no acepto. —

—¿Por qué? — Farel la miró con la cabeza gacha.

Evrie apretó los dedos, parada allí con la cabeza baja y en silencio.

Aunque no hablara, Farel sabía lo que estaba pensando, nada más que esas ridículas e ilusorias nociones de dignidad.

Él sonrió con desdén, hablándole con ligereza.

—Evrie, venderse una vez o varias veces no hace ninguna diferencia. Ya que lo hiciste, no trates de erigirte en una santa. La gente inteligente debería pensar más en los beneficios reales. —

—No, hay mucha diferencia.

— Evrie, con la cabeza inclinada y voz baja y ronca, dijo —Hay una gran diferencia entre hundirse para siempre y luchar para salir del fango. —

Ella podía ceder algunas veces, pero no quería resignarse para siempre.

Farel la miró profundamente, con los ojos cada vez más sombríos.

—Qué tonta eres. —

Escupió esas palabras.

Evrie no quería escucharlo más y lo rechazó con frialdad.

—Dr. Farel, no consideraré tu propuesta. Tengo un trabajo y sé ganar dinero. Mi futuro aún tiene muchas esperanzas y no quiero hundirme para siempre. Seguiré luchando para salir de la pobreza.—

Farel la miró intensamente —Ojalá siempre pienses así. —

Respiró profundamente y luego giró para abrir la puerta y se fue.

El aire volvió a quedar en calma.

Evrie se recostó contra la puerta y soltó un largo suspiro.

Ella sabía que era un poco caprichosa y tenía sus contradicciones. Al final, si ya había compartido la cama con alguien, no tenía por qué actuar tan orgullosa.

Pero aun así, quería esforzarse, quería salir adelante por sus propios medios, quería ganar el dinero que deseaba con su propio esfuerzo.

Antes no tenía opción, pero ahora que había empezado a trabajar y tenía un empleo, estaba decidida a esforzarse por ganar dinero.

Evrie volvió a su habitación y se dirigió al baño para tomar una ducha. Su cuerpo aún mostraba marcas rojas y moradas, recuerdos que Farel había dejado la noche anterior.

Involuntariamente, las palabras de él vinieron a su mente: placentera, obediente, adictiva.


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