Receta para robarle el corazón al Dr. Farel ( Evrie and Farel )

Chapter Capítulo 44



Evrie ni siquiera necesitaba girar su cabeza para saber quién era.

Ella seguía el juego de Leandro, ¿y él qué estaba mirando fijamente?

Evrie no podía preocuparse por su mirada, solo se concentraba en beberse la copa de vino con Leandro.

Detrás de ella, la mirada de Farel se posaba cada vez más intensa en Evrie.

Desde su ángulo, ella estaba de perfil, permitiéndole ver su cintura estrecha, inalcanzable con una sola mano, y su figura suave y curvilínea.

Hacía una semana, ese cuerpo se había contorneado bajo el suyo, aquella cintura fina casi la había roto con sus manos.

Una semana después, ahí estaba ella, sirviendo tragos a otro, ¿eso era lo que decía con esforzarse y luchar por sí misma?

Farel se frotó el entrecejo, cada vez más irritado.

Por su parte, Evrie ya había servido la copa y, entre el alboroto del grupo, seguía sirviendo vino.

Evrie dejó la copa, pero al girarse para tomar la botella, chocó accidentalmente con Farel, y el vino se derramó sin control.

El líquido picante manchó su camisa negra y comenzó a resbalar por su brazo…

Evrie se sobresaltó y, apresurada, soltó la botella para secarle con una servilleta.

—Lo siento mucho…—

Farel la miró fijamente, con una mirada profunda e inescrutable, como si estuviera reprimiendo alguna emoción desconocida.

Evrie sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

—Señorita Evrie, tenga cuidado, no vaya a quemarse. —le dijo él de repente.

La mano de Evrie que secaba la camisa tembló un poco, casi pinchando su abdomen.

Por alguna razón, sentía que su mirada era intensa, como si quisiera consumirla.

Evrie se apresuró a limpiarle la camisa, bajando la cabeza para disculparse.

—Disculpe Dr. Farel, lamento haber ensuciado su camisa, la lavaré más tarde..copy right hot novel pub

.—

—Esta camisa es hecha a mano, no se puede lavar con agua, se arruinaría. —

—¿Ah? —Evrie cambió de tema en seguida—Entonces la llevaré a un lugar de lavado en seco. —

—No puede ser lavada en seco, perdería su forma. —

¿Ah?

¿Qué clase de ropa no se puede lavar ni con agua ni en seco?

¿Cómo se supone que se lave entonces?

Pareciendo percibir su confusión, Farel le habló con indiferencia.

—Mi camisa es bastante delicada, normalmente la uso un par de veces y la tiro a la basura, pero la de hoy es nueva y en solo unas horas tú la has ensuciado, ¿cómo planeas compensarme?—

Evrie de inmediato comprendió su intención.

—Yo… le pagaré una nueva, ¿está bien? —

Dándole tantas vueltas solo para esperar que ella se lo dijera, ¿no?

—Está bien, cuesta cincuenta mil pesos, ¿me lo vas a pagar en efectivo o por transferencia? —

Evrie…—

Estaba claro que él la estaba esperando.

En su tarjeta tenía justo cincuenta mil, la “tarifa de trato” que él le había dado anteriormente, y ahora tenía que devolverle el dinero tan pronto.

Con tantos ojos sobre ellos, Evrie apretó los dientes.

—Está bien, le transferiré el dinero. —

Se disponía a hacer la transferencia con su teléfono cuando Leandro la detuvo.

—Farel, ¿por qué sigues molestando a la chica? Ella es tan honesta y tímida, no la asustes. Ella, una interna, ¿de dónde iba a sacar cincuenta mil pesos? —

Una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Farel, mirando significativamente a Evrie.

—No la subestimes, tal vez realmente tiene esa cantidad, ¿verdad, Srta. Evrie? —

Evrie se detuvo, y la sonrisa en su rostro se desvaneció.

Él realmente la estaba haciendo sentirse muy incómoda.

Si realmente le transfería los cincuenta mil, eso solo haría más difícil para Leandro explicarle el origen del dinero.

Evrie trabajaba y estudiaba en la universidad, su familia tenía dificultades económicas y ella había solicitado becas y premios, Leandro estaba al tanto de todo esto.

—Yo.

..—

—Es solo una camisa, yo le pagaré al Dr. Farel, Evi, tú solo estabas tratando de servirme un trago cuando se derramó sobre él. La culpa es mía, no te preocupes por eso. —

Leandro intervino para calmar las cosas y, antes de que Evrie pudiera reaccionar, sacó su teléfono y le hizo una transferencia a Farel.

—Bien, continuemos con el juego. —

Leandro ya había hablado, Evrie no tuvo más remedio que seguirle la corriente y le sirvió otra copa, entregándosela a Leandro, sin poder evitar mirar de reojo a Farel.

Farel, en ese momento, agarraba el celular con una mano mientras miraba los mensajes. Aunque su entrecejo parecía tranquilo y su expresión impasible, ella podía sentir su irritación.

Lo que él quería era su dinero, no el de Leandro.

Ella lo sabía muy bien.

Además, no quería que Leandro cargara con las consecuencias de sus propios errores.

Aprovechando que Leandro estaba ocupado tomando su trago, Evrie sacó su teléfono con sigilo y le transfirió rápidamente cincuenta mil pesos.

Si lo que quería era dinero, pues ella se lo devolvería, y ya.

El teléfono de Farel vibró dos veces. Al ver el mensaje que apareció en pantalla, una sombra de astucia cruzó la profundidad de sus ojos oscuros.

Él sonrió de inmediato, observando todo el monto transferido.

Esta mujer, no podía permitirse dejarle ni un centavo de más.

Él tenía que mantener un control constante sobre su dinero, asegurándose de que ella siempre se encontrara en necesidad. Solo así ella se mantendría dócil y obediente.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.