Receta para robarle el corazón al Dr. Farel ( Evrie and Farel )

Chapter Capítulo 393



Capítulo 393 

Farel observó su expresión, con una leve sensación de alivio

Bien, ella había crecido

Quizás fue porque la culpa que había llevado durante años finalmente se había disipado. 

Incluso frente a su familia, ella ya no se subordinaba. 

-De acuerdo, como tú digas.- 

Farel le sirvió más comida–Come más carne, necesitas energía, por la noche…- 

Evrie rápidamente tapó su boca con un tamal. 

-No digas nada, ya me hago una idea.- 

Farel soltó una risa sofocada. 

Tomó el tamal de sus manos, mordiéndolo como si fuera a morderla. 

Por la noche, Farel condujo cerca de Valle Dulce, en un pueblo del condado. 

Eran más de las doce. 

Había reservado un hotel de cinco estrellas y los dos pasaron la noche allí. 

Al día siguiente irían a la casa de Pablo. 

Esa noche, como Farel estaba cansado de conduc 

Solo una vez. 

no la molestó mucho. 

Después, Evrie también estaba cansada, apagó la luz y se acurrucó en sus brazos para dormirse profundamente. 

A la mañana siguiente. 

Evrie se despertó con su reloj biológico y vio que el hombre aún dormía. 

Decidió bajar a comprar dos desayunos locales. 

Pensaba que había llegado con prisa y no había traído ropa para cambiarse. 

Pero descubrió que Farel ya había traído un cambio de ropa en el carro y se lo había subido la noche anterior. 

Después de asearse y cambiarse, Evrie salió a comprar el desayuno. 

Cuando volvió, Farel ya estaba despierto, justo saliendo del baño. 

-¿Ya te aseaste? ¿Comemos?– 

Evrie agitó la caja de comida en su mano, pensando en su manía por la limpieza, había ido a comprarla especialmente a una cadena de restaurantes en la otra esquina. 

Farel tomó la caja y la puso en la mesa. 

Luego la atrajo hacia sí y la besó con avidez. 

Los hombres son peligrosos por la mañana. 

Viendo que no podía resistirse, Evrie empujó su pecho para alejarlo. 

-No más besos, vamos a comer

-Pero quiero comerte a ti primero.– 

-No, tenemos que seguir el horario, aún no hemos terminado el trabajo.- 

Evrie aprovechó un descuido para deslizarse hábilmente de su abrazo y le metió una empanada en la boca

-Come.- 

Farel masticó la empanada, no se rindió y volvió a mirarla. 

En algún lugar de su cuerpo, había un calor persistente

Mordió con fuerza, fijando sus ojos en el rostro puro de Evrie y dijo con una voz profunda. 

-Bien, primero terminemos el trabajo y luego haremos lo demás.- 

Evrie fingió no entender y siguió comiendo su sopa en silencio. 

Después del desayuno. 

Farel condujo con Evrie hacia Valle Dulce. 

Ya había ido una vez, así que conocía bien el camino a la casa de Pablo. 

El Range Rover negro se detuvo frente a la puerta de la casa de Pablo, sonando el claxon dos veces. 

Las personas del interior, al oír el ruido, salieron a ver. 

Quien salió fue Pablo, quien se quedó sorprendido al ver a Evrie. 

-¿Evi? ¿Cómo has vuelto?– 

Evrie tenía una expresión indiferente y protegió a Farel detrás de ella instintivamente. 

-Vine a buscar el registro de familia, necesito la información del titular.- 

-Ah, ya veo…- 

La esperanza en los ojos de Pablo disminuyó un poco, su mirada pasó por Farel y se hizo más complaciente. 

-Entonces, entren primero, el registro de familia está en casa, iré a buscarlo para ti.- 

Pablo era mucho más fácil de tratar que Marcela. 

Incluso no le preguntó para qué lo necesitaba. 

Pero los registros de familia y documentos así siempre los tenía Marcela, ¿desde cuándo se volvieron tan accesibles? 

Evrie, con una leve duda, siguió a Pablo hacia el patio. 

Al entrar, lo entendió todo. 

Bajo el tejado del almacén en la esquina, Marcela estaba sentada allí, demacrada y pálida, luciendo particularmente agotada. 

Como si hubiera envejecido una década en un instante. 

Sus ojos astutos y poderosos también se habían vuelto turbios. 

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El dolor la había torturado hasta quedar irreconocible. 

Bajo el cálido sol, había un cochecito de bebé con una pequeña niña dentro, vestida con un lindo mameluco, agitando la mano hacia Evrie con sonidos de bebé. 

Sus muñecas gordas llevaban dos pulseras de plata. 

Era evidente el nivel de adoración que tenía en esta familia. 

Pablo dijo a su lado–Esta es la niña de tu hermano, tu sobrina, no la has conocido aún, ¿verdad? ¿No es adorable?– 

Evrie asintió, perpleja. 

Era adorable. 

En ese momento se escuchó la voz de alguien. 

-Papá, ¿quiénes han venido?-Óscar salió de la habitación con un biberón en la mano

Al ver a Evrie, él también se quedó sorprendido por un momento

12.02 

Capítulo 393 

Frente a Evrie, tenía una expresión de culpa. 

En aquellos tiempos difíciles en el Triángulo Norte, por poco lo entrega para salvar su propia vida. 

Nunca había pensado demasiado en ello; desde pequeño, Evrie siempre fue el sacrificio de la familia, y él ya se había acostumbrado a eso. 

Pero después de tener una hija, su perspectiva cambió un poco. 

De repente, se sentía inexplicablemente culpable. 

A pesar de eso, todavía mantenía ciertas reservas hacia Evrie. 

-Ah, eres tú. ¿Qué haces de vuelta? La casa está llena, hemos convertido la sala en una habitación de juegos para la niña, no hay espacio para ti. – 


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