Chapter Capítulo 30
Ca Capítulo 30
beza de Evrie estalló de repentante.
ido esa cara tan atractiva y superiperior de diarel, tas orejas de ella se pusieron rojas como un tomate.ate
a imaginó que él diría algo tan sorprendientente con un tono tan desapasionado.
hacemos? –
rada serena de Farel era tan oscura y profunda udarubing ta noche, sin fondo, y esa sensación invasivasiva
a subir
tenso tos nervios, sintiendo cómo se le erizebzabon tesopelos.
no lo sé. –
> yo si. –
z ya grave de Farel se volvió aún más profundancien condejadejo conco.
apretó las puntas de sus dedos, movió los labios pasarechrechazarlo, pero ya era demasiado tarde.
agano su brazo, la jaló hacia él y con la otra mannastjesu sto sinucallinclinandose para darle un beso
ndo.
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isa de hielo cavó al suelo.
cancia única de Farel la envolvió, de forma caliente y abrasadora, commosis sisul piel fuera a erse fuego.
contuvo la respiración, intentando esquivarlo por insting, pero al giaariracicabezariannanorgrande rel la fijo firmemente.
te muevas. Su voz era ronca, con un mandato irresistible ble
azon de Evrie latía fuerte y rápido.
ama noche había sido acosada por un borracho, y aunque el hombre frententella elta era sionantemente guapo y destacado, su cuerpo no podía dejar de temtiarblar.
tos ojos, mirame. –
zooral de farel te ordenó y Evrie se vio obligada a abrir los ojos, encontrándose con age asstro
duele qunaba et aliento.
bearestesia mejor manera de superar el miedo? – Farel la presionó contra su frente,nte, mamemes encorootro estimulo que lo sustituya..
ative samo que su cintum se apretaba, y de pronto estaba en brazos, suspendida ere aineaire..
elepaspak se hundio en la suave cama grande.
uz nueve we on las acrobacias complicadas de antes y por alguna razón, Evrie sintió que ele ef
#arado tootegangincerta.
ferencentes as quaqued amenores.
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Capitulo 30
Después de que él le mordió fuertemente la oreja, Evrie gritó de dolor, pero enseguida él la besó.
Ella cerró los ojos, resignada a caer con él.
Evrie durmió profundamente, sin rastro de insomnio.
Al despertar al día siguiente, el techo familiar y la ventana del piso al techo volvieron a su vista, y las escenas de la noche anterior pasaron una a una por su mente, claras y ardientes.
Sabía que una vez más había caído en el Barrio El Magnético.
El otro lado de la cama estaba vacío, sin rastro de Farel, pero las sábanas estaban impregnadas con su aroma único y distintivo.
Evrie, con las piernas débiles, se levantó de la cama, recogió la bata de baño del suelo y se la puso, antes de salir de la habitación.
No había nadie en la sala, solo había una nota.
Salí a resolver algo urgente, vuelvo en media hora.
El nombre en la esquina inferior derecha de la nota era firme y poderoso, como si fuera un reflejo de su
persona.
Evrie miró la hora, apenas eran las seis y media, quedaba mucho para la hora de trabajar.
Decidió dar una vuelta por la cocina, encontrando el refrigerador casi vacío, solo con varias botellas de agua alineadas.
Pensándolo bien, sacó su teléfono y pidió algo de comida a domicilio, además de algunos ingredientes.
Media hora más tarde.
Cuando Farel regresó, olió un rico aroma a comida. Alguien se movía en la cocina y la mesa estaba llena de cajas de comida para llevar, generosas en cantidad y variedad.
Farel echó un vistazo al precio del pedido, y sus ojos se oscurecieron un poco más.
Evrie alquilaba un pequeño y desordenado apartamento para sí misma, pero no escatimaba en tratar a
otros.
Era el típico comportamiento de alguien que busca complacer.
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