Potter Girl [Draco Malfoy]

Chapter Capítulo 74



ADVERTENCIA

A partir de este acto, todos los capítlos serán más cortos a comparación de los otros. También quiero aclarar que desde el acto 1 al 6, mi escritura estaba combinada con la de JK Rowling. A partir de este séptimo acto, será meramente mi forma de escribir y también este acto contara con pocos capítulos, pues ya no falta mucho para el final.

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Vivir con sus mejores amigos, en la opinión de Lily, sería una de las mejores experiencias de la vida si no fuera por el hecho de que se la vivían escapando por todo el país, durmiendo en una casa de campaña, robando en tiendas de conveniencia y teniendo cero contacto con el mundo exterior a excepción de los periódicos que robaban cada cierto tiempo.

Los primeros tres meses fueron los más difíciles, pues la muerte de Albus Dumbledore a manos de Draco Malfoy sacudió la vida de toda la comunidad mágica, especialmente la fe de esta.

Ante la muerte de Dumbledore, la caja que le había dado a Lily fue abierta, pues el sello mágico se rompió en cuanto su creador pereció. Ahí dentro estaba la última voluntad y testamento de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore:

Para Lily Jamie Potter, le dejo la snitch que atrapó en su primer partido de Quidditch en Hogwarts, como un recordatorio de las recompensas de la perseverancia y la habilidad. Así como también le dejo mi colección de cuadernos con todos mis conocimientos, como agradecimiento por ser mi última amiga.

Para Theodore Fitzwilliam Nott, le dejo mi Desiluminador, con la esperanza de que me recordará cuando lo use.

Para Hermione Jean Granger, le dejo mi copia de los Cuentos de Beedle el Bardo, con la esperanza de que ella lo encontrará entretenido e instructivo.

Más aparte de el desiluminador, la snitch y los cuentos, venía una carta anexada de Dumbledore:

Querida Lily:

Ni siquiera se como comenzar esta carta, a lo largo de mi longeva vida, jamás he tenido problemas para decir o planear algo, pero contigo siempre todo es demasiado...ni siquiera tengo un adjetivo para describirlo.

He decidido hacerte esa carta para confesar todos mis pecados:

Le pedí la capa de invisibilidad a tu padre porque, durante mi juventud (y quizá aún a la fecha) estuve terriblemente obsesionado con las reliquias de la muerte, las cuales, sabiendo tu maravilloso cerebro, seguro sabes de que tratan. Tienes que saber que esa capa, es una de las reliquias.

Y debido a que yo le quite la capa, aquella que pudo haber servido para salvarse en el ataque de Voldemort, ellos murieron. Acepto mi parcial culpa en ello y digo parcial porque yo nunca espere que traicionaran a tus padres.

Permití que encarcelaran a Sirius en Azkaban pese a que yo mismo dudaba que el fuera el culpable. No sabía que Peter era el nuevo guardián, pero tampoco creía capaz a Sirius de traicionar a James, a quién consideraba su hermano, pero permití dicha injusticia porque beneficia de alguna manera mis planes.

Te deje en casa de los Dursley porque sabía que Vernon, el ex esposo de tu tía Petunia, era un hombre horrible y te trataría terriblemente, y eso sería beneficioso para mis planes, pues llegarías a Hogwarts en busca de un nuevo hogar, amigos, y dispuesta a enfrentarte a quien sea para honrar a tus padres y que no te quitaran ese nuevo hogar.

Sin embargo, mis planes fallaron, jamás espere que Petunia dejara a Vernon con tal de darte un verdadero hogar, pero lo comprendo, decidió correctamente redimir sus errores para con su hermana.

Cuando te conocí, honestamente, me desagradaste. Es probable que me desagradaras tanto como yo te desagradaba. Eras todo lo que yo no quería: una Slytherin, amante de la magia oscura, amiga de puras sangres, demasiado astuta e inteligente para mi gusto.

Por esa misma razón cometí muchas injusticias, como cuando te mande a llamar a mi despacho en segundo año y te incordie terriblemente. O como cuando no te protegí de Umbridge. O cuando no tuve la intención, por segunda vez, de apoyar a Sirius y dejé que lo tacharan de mortífago hasta que el mismo encontró la libertad.

Si contara todas las injusticias que he cometido a lo largo de tu vida, creo que no acabaría, pero, también quiero ser sincero contigo Lily:

La realidad es que me desagradabas porque te parecías demasiado a mí.

Ambos mestizos (aunque a ti la magia ancestral de los Potter te hizo sangre pura), discretos leedores asiduos de la magia oscura, creyendo parcialmente en la supremacía de la sangre (en lo que respecta a muggles) y, por sobre todo, amantes de un mago oscuro terriblemente poderoso.

En mi caso, fue Grindelwald.

Y en el tuyo, fue Malfoy.

Pero al final, lo que más hacía que nos pareciéramos, era que pese a todo lo anterior, aún hacíamos lo que considerábamos correcto.

Y es ahí cuando entendí que, me desagradabas mucho más porque tu parecías ser más astuta que yo en mi juventud, pero, al mismo tiempo agradezco eso. Tu tendrás un futuro bueno, de eso estoy seguro.

No soy una buena persona Lily, pero nadie lo es. Y eso esta bien. Si no hiciéramos cosas malas y buenas, no seríamos humanos.

En Gringotts te he dejado como mi heredera universal, pues, aunque no te enseñe nada, te consideró mi aprendiz, por eso mismo te deje mis cuadernos.

Te doy las gracias porque, al menos en mis últimos días, si había alguien con quien podía ser “Albus” y no “Dumbledore” era contigo. No tenía que ser amable o risueño cuando no lo quería, contigo pude ser tan gruñón, sarcástico y fastidioso como yo quisiera y eso fue maravilloso.

Lamento las cosas que te hice pasar, pero no seré hipócrita, si pudiera volver el tiempo lo volvería a hacer, porque te convertirse en una mujer maravillosa. Quizá no de la mejor manera, pero lo hiciste.

La guerra se acerca y yo no estaré ahí, pero te he dejado todas las herramientas necesarias para ganar. Mi querida Lily, los que mejor se adaptan al poder son los que nunca lo han buscado...y eso aplica perfectamente para ti y para el señor Malfoy.

Espero que la historia entre ambos tenga un mejor final que el mío con Grindelwald, pues no me gustaría que después de todo lo que has perdido, vivieras como yo lo hice: con mi amado encarcelado (y después asesinado). No. A ti te deseo todo lo mejor.

Hasta otra vida, Lily.

Sinceramente.

Albus.

De eso ya hacía un año y tres meses, lo que hacía que llevaran en total año y medio desde que se fugaron de Hogwarts. Había sido complicado descubrir el trasfondo de la herencia de Dumbledore, pero finalmente lo habían resuelto.

Lily resultó ser descendiente de los Peverell, lo que explicaba porque poseía una de las reliquias de la muerte, la capa. Las reliquias sí que existían.

También descubrieron que dentro de la snitch dorada estaba la piedra de la resurrección, o sea, otra de las reliquias. La snitch dorada nunca más fue abierta y la tenían muy bien escondida.

Encontraron también el resto de los Horrocruxes: la diadema de Rowena Ravenclaw estaba bien escondida en una selva de Albania; la copa de Helga Hufflepuff estuvo resguardada en Gringotts, más específicamente en la bóveda de Bellatrix Lestrange.

Hermione, como buena Gryffindor, había dado la opción de irrumpir en Gryffindor utilizando la poción multijugos para hacerse pasar con Bellatrix, pues hacía pocos meses habían tenido una confrontación con ella y tenían unos mechones de su cabello.

Lily y Theo, por otro lado, como dignos Slytherin, prefirieron entrar a Gringotts bajo la capa de invisibilidad, hablaron con el gerente de Gringotts y con mucho gusto les dieron el Horrocrux que estaba en su banco, pues no estaban dispuestos a tener algo tan oscuro en su recinto.

El guardapelo de Salazar Slytherin fue un tema más complicado, fue durante una temporada en que decidieron pasar un tiempo en Grimmauld Place, al menos para demostrar que seguían con vida. Ahí descubrieron cosas bastante interesantes.

Primero que nada, descubrieron que Regulus, el difunto hermano menor de Sirius, había descubierto la verdad de Voldemort después de que le prestará a Kreacher y lo dejara mal herido.

Regulus descubrió el escondite del horrocrux de Voldemort, dando su vida en el proceso y encargando a Kreacher la misión de destruirlo. Kreacher no había podido, por lo que cuando Lily le dijo que ella se encargaría de destruirlo, el elfo no pudo estar más agradecido.

Por otro lado, Sirius y Remus les dieron la noticia de que ambos estaba juntos, iniciando una relación nueva y que Nymphadora Tonks, la sobrina de Sirius, al parecer estaba enamorada de Remus e intentaba separarlos por todos los medios.

Terminada su corta estancia en Grimmauld Place, la cual estaba siendo excesivamente vigilada, el trio volvió a su vida de clandestinidad.

Vivir de tal manera había servido para reforzar aún más su amistad, así como también habían aprendido a repartirse las tareas: Theodore cocinaba y lavaba, Hermione se encargaba de levantar las protecciones del campamento, así como de hacer guardia casi todo el día. Lily, por otro lado, hacia guardias por las noches y se dedicaba a aprender todas las enseñanzas que tenían los cuadernos de Dumbledore.

El mundo había cambiado demasiado en aquel año y medio que llevaban juntos, especialmente por el hecho de Lord Voldemort había ascendido al poder, quedando como el mago supremo de toda la comunidad mágica.

Y sí. TODA la comunidad mágica, no solo Gran Bretaña, sino que ya había conquistado a todo el mundo.

La situación no podía ir peor. Hace solo una semana habían ido a Godric’s Hollow para visitar la antigua casa de los Potter, donde vislumbraron la estatua en honor a los Potter, así como también visitaron la tumba de ambos, dejaron flores y, de pronto, encontraron la casa de Bathilda Bagshot, quien los instó a pasar.

Lily admitía que habían sido ingenuos. Bathilda Bagshot ni siquiera hablaba, esa debería haber sido la primer advertencia, pero no fue hasta que descubrieron que el cuerpo de la asesinada anciana había sido poseído por Nagini, la serpiente maledictus de Lord Voldemort, la cual ya había informado a su líder de la presencia del trío.

Los tres habían logrado escapar justo por los pelos. El cuerpo de Bathilda fue encontrado más tarde, y su muerte fue reportada por Pottervigilancia, diciendo que los restos mostraban inconfundibles indicios de que se usó magia negra para matarla.

Para los tres amigos, no cabía duda de que la muerte de Bathilda había sido la muerte necesaria para crear el último Horrocrux: Nagini, justo como Dumbledore lo había considerado.

Pottervigilancia era una cadena de radio creada por Lee Jordan, ex estudiante de Hogwarts, un Gryffindor sin lugar a dudas, en los momentos en que el Ministerio de Magia cayó bajó el régimen de Lord Voldemort. Era llevada a cabo por miembros de la Orden del Fénix dirigida a la gente que creía en Lily.

Para evitar ser detectado por mortífagos, Voldemort o el Ministerio de Magia, Pottervigilancia no transmitía todas las noches y se transmitía desde un lugar diferente cada vez. Se requerían contraseñas para sintonizar cada programa. Al tocar una varita en la conexión inalámbrica y decir la contraseña, un asistente podría acceder a la transmisión. Al final de cada transmisión se anunciaba una nueva contraseña.

Los chicos se enteraron de la existencia de Pottervigilancia durante su visita a Grimmauld Place, pues Remus era uno de los locutores de dicho programa. Gracias a dicho programa, cada día colocaban la radio y buscaban la transmisión, era lo más cercano a saber del mundo exterior.

—Lily.—llamó Theo esa noche, desde donde la chica vigilaba. Ella lo miró.—Ven a la casa, debemos hablar.

Lily se levantó de su lugar y siguió a su mejor amigo hasta ingresar a la casa de campaña, la cual pertenecía a Theo desde hace años y era tan grande como un precioso y espacioso departamento. Ahí, en la pequeña salita estaba Hermione esperándolos.

—¿Qué pasa?—pregunto Lily, sentándose frente a ella con Theo a su lado.

—Bueno, me dedique a investigar más respecto a los Horrocruxes y, a menos de que consigamos la espada de Godric Gryffindor o de que podamos infiltrarnos en Hogwarts para conseguir otro diente de Basilisco, no tenemos más opción que destruir los Horrocrux con el fuego maligno.—suspiró Hermione.

Lily suspiró. Hogwarts no era, definitivamente, una opción. Estaba al mando de el profesor Snape, quién según lo que habían escuchado, era un digno mortífago desde que era director. Eso sin contar que para ingresar a Hogwarts debías llegar con un certificado de la Comisión de Registro de Hijos de Muggles.

El objetivo público de la Comisión era obligar a todos los magos y brujas a registrarse en el Ministerio y luego someterlos a un interrogatorio sobre como ellos le “robaron” el poder mágico a los “verdaderos” magos, pese a que nunca se explica que tipo de método haría posible realizar de forma efectiva ese “robo” de los poderes mágicos de un mago o bruja.

La realidad es que el verdadero propósito de la Comisión era encarcelar y degradar a los nacidos de muggles. En realidad, ni siquiera los mestizos se libraran de dicho encarcelamiento, solo los que venían de muy buenas familias.

—El Fuego Maligno es demasiado peligroso, Hermione.—suspiró Theodore, desordenando su cabello, estresado.— Ni siquiera somos capaces de realizarlo, ¿acaso no recuerdas cuando lo intentamos realizar hace tres meses y casi acabamos con todo un bosque?

Ambas chicas hicieron un asentimiento de reconocimiento.

El Fiendfyre, Fuego Maligno o Fuego Demoníaco, es una maldición que genera un fuego mágico de tamaño y calor descomunal, profanado con magia oscura, capaz de buscar y perseguir seres vivos a pesar de no tener consciencia. Era incapaz de detenerse con agua o agua mágica. Una maldición tan poderosa que es difícil de controlar.

—Bien, entonces...—habló Lily— no podemos seguir retrasando la destrucción de los Horrocruxes, mañana mismo buscaremos una buena locación y destruiremos la copa, el guardapelo y la diadema. Ya después nos preocuparemos de como interceptar a Nagini.

Sus dos amigos asintieron. Hermione invocó unas tazas y sirvió un poco de chocolate caliente para todos.

Mientras bebía el dulce néctar chocolatoso, Lily cerró los ojos sintiendo un pinchazo en su corazón. Sentía una extraña ansiedad desde esa mañana. Como si algo fuera a pasar.

Lily no sabía cuanta razón tenía.


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