Potter Girl [Draco Malfoy]

Chapter Capítulo 34 [+18]



ADVERTENCIAS: El contenido de este capitulo tiene categoría +18 y toca temas relacionados al alcohol, masturbación y sexo, por lo que si eres susceptible a este tipo de contenido, después de la narración del partido puedes saltarte al siguiente capitulo. En caso de continuar, se ruega discreción y abstenerse de comentarios groseros, pues se recuerda que esto es simplemente una historia ficticia.

En torno a Semana Santa, casi como la predicción de Trelawney, Hermione, quien ya estaba harta de su clase, la abandono. Totalmente harta de sus patrañas. Durante las vacaciones de Semana Santa, el tiempo no fue relajante para los de tercero, quienes nunca habían tenido tantos deberes, aunque nadie tantos como Hermione.

Lily, mientras tanto, tenía que combinar sus deberes con sus entrenamientos diarios. El partido de Gryffindor y Slytherin tendría lugar el primer sábado después de las vacaciones de Semana Santa. Gryffindor iba a la cabeza y sacaba a Slytherin doscientos puntos exactos.

Toda la casa Slytherin estaba obsesionada por el partido. Después de la derrota del año pasado, simplemente querían aplastar a Gryffindor. Aunque Lily dudaba que alguien tuviera más ganas de ganar que Marcus.

Nadie recordaba un partido precedido de una atmósfera tan cargada. Cuando las vacaciones terminaron, la tensión entre los equipos y entre sus respectivas casas estaba al rojo. En los corredores estallaban pequeñas peleas. Lily lo pasaba especialmente mal. No podía ir a las aulas sin que Cassius y otros de quinto y sexto la acompañaran, pues Marcus había dado instrucciones para que la cuidaran ya que Gryffindor intentaba quitarla de en medio.

Lily no durmió bien la noche previa al partido. Estaba demasiado ansiosa. Horas más tarde, Lily y el resto de su equipo estaban en su mesa mientras vieron al equipo de Gryffindor entrar y ser ovacionados por su casa y la de Ravenclaw y Hufflepuff.

Maldito favoritismo Gryffindor.

Salieron al campo entre el rugido de la multitud. Tres cuartas partes de los espectadores llevaban escarapelas rojas con consignas como «ANIMO, GRYFFINDOR» y «LA COPA PARA LOS LEONES».

Detrás de la meta de Slytherin, sin embargo, unas doscientas personas llevaban el verde. El profesor Snape se sentaba en primera fila, de verde como todos los demás y con una sonrisa macabra.

— ¡Y ahora entra en el terreno de juego el equipo de Slytherin, encabezado por su capitán Flint! ¡Pucey, Bletchley, Malfoy, Zabini, Nott y Potter!

—¡Capitanes! ¡Dense las manos!—ordenó la señora Hooch. Marcus y Wood se la estrecharon con mucha fuerza.— ¡Monten las escobas! Tres...dos...uno...

El silbato quedó ahogado por el bramido de la multitud, al mismo tiempo que se levantaban en el aire catorce escobas. Lily miró a su alrededor y se lanzó en busca de la snitch.

—Y Gryffindor tiene la quaffle. Alicia Spinnet, de Gryffindor, con el quaffle, se dirige hacia la meta de Slytherin. Alicia va bien encaminada. Ah, no. Bletchley intercepta el quaffle. ¡ZAS! Buen trabajo con la bludger por parte de George Weasley.

Lily, ignorando al comentarista, sintió un vuelco de emoción. Acababa de ver la snitch, pero aún no debía tomarla. Si el buscador contrario la veía....Simulando una expresión de concentración repentina, dio la vuelta y se dirigió a toda velocidad hacia el extremo de Gryffindor. Funcionó. El buscador fue tras ella como un bólido.

Una de las bludgers, desviada por uno de los gemelos, se aproximó y le paso a Lily rozando el oído derecho. Al momento siguiente, la segunda bludger le había arañado el codo. El otro gemelo se acercaba. Lily vio fugazmente a ambos gemelos que se acercaban muy a prisa con los bates en alto. En el último segundo viro y ambos gemelos se dieron un batacazo.

—¡JAJAJAJA! ¡Lo siento chicos pero si fue gracioso!—río Jordan.—¡Oh, no! ¡Flint lleva el quaffle, va volando hacia la meta de Gryffindor! ¡Puta madre! ¡Gol de Slytherin, maldición! —la profesora McGonagall quiso quitarle le megáfono.— ¡Perdón, profesora, perdón! Veamos...Slytherin va ganando por cuarenta a diez y ahora Slytherin esta en posesión de la quaffle.

La snitch había vuelto a desaparecer. El buscador contrario seguía de cerca a Lily, mientras esta sobrevolaba el campo, buscándola. En cuanto Slytherin le sacará cincuenta puntos...

—¡Otros dos goles de Slytherin! ¡60 a 10 a favor de Slytherin!—exclamó Jordan, frustrado.

Theo y Blaise bajaron en picado para situarse a lado de Lily, con los bates en alto por si a algún Gryffindor se le ocurría tomar represalias. Momentos después, Theo lanzaba a Alicia Spinnet una bludger, quitándole la quaffle de las manos. Draco la tomó y marco: 70 a 10.

Lily notaba que cientos de ojos seguían sus movimientos con el buscador contrario siguiéndola a toda velocidad. Y entonces la vio: la snitch brillaba a siete metros por encima de ella. Escucho como volvían a marcar.

Lily salió despedida hacia las gradas, frenó en el aire bruscamente, dio la vuelta y regresó veloz al centro del campo. Y entonces vio algo como para pararle el corazón. El buscador contrario bajaba a toda velocidad con expresión de triunfo. Allí, a unos metros del suelo, estaba la snitch.

Oriento hacia abajo su Saeta, pero el contrario le llevaba mucha ventaja. La distancia se iba reduciendo y se pegó al pelo de su escoba cuando uno de los Weasley le lanzó una bludger...Lily se echó hacia adelante, soltando las dos manos de la escoba. Desvió de un golpe el brazo del contrario y...

—¡SÍ!

Recupero la horizontal con la mano en el aire y el estadio se vino abajo. Lily sobrevoló a la multitud con un extraño zumbido en los oídos. La snitch estaba fuertemente sujetada en su puño, batiendo las alas.

Marcus se acercó a ella a toda velocidad, seguido por Adrian. Ambos tomaron a Lily por el cuello y la abrazaron con fuerza, casi a punto de llorar. Draco, Blaise, Theo y Bletchely pronto llegaron.

—¡Hemos ganado la copa! ¡Hemos ganado la copa!

Atrapado en un abrazo colectivo, el equipo de Slytherin bajo a tierra dando gritos con la voz quebrada. Los grupos de hinchas del equipo esmeralda saltaban ya las barreras y entraban en el terreno de juego. Multitud de manos palmeaban las espaldas de los jugadores. Lily estaba aturdida por el ruido y la multitud de cuerpos que la apretaban. La afición los subió en hombros a todo el equipo. A lo lejos vio a Hagrid, quien aunque era Gryffindor de corazón, estaba cubierto de escarapelas verdes.

—¡Los has vencido, Lily! ¡Los has vencido! ¡Cuando se lo cuente a Buckbeak...!

Allí estaba Cassius dando saltos como loco tomado de las manos de Daphne, olvidando su dignidad. Snape sonreía orgullosamente. Lily fue conducida a las gradas, donde Dumbledore esperaba de pie, con la enorme copa de quidditch. Tenía una sonrisa en el rostro, la cual Lily notó que no llegaba a sus ojos, pero no le importó.

Si hubiera habido un dementor allí...Mientras Marcus le pasaba la copa a Lily; mientras la elevaba en el aire, Lily pensó que podía materializar el patronus más robusto del mundo.

Cuando volvieron a la sala común, Lily jamás había presenciado una fiesta tan grande, aunque suponía que cada que habían ganado la copa de quidditch era así. El lugar estaba lleno de caras botellas de Whiskey de fuego, muchísima cerveza de mantequilla, y todo tipo de botanas y alimentos que lucían muy elaborados.

—Casi todo es cortesía de nuestros padres.—explicó Theo al ver la sorpresa de Lily.— Después de todo, una vez Slytherin siempre eres Slytherin, por lo tanto también eres participe de la victoria.

La fiesta estaba siendo un éxito total, pero cuando la aguja marcó la media noche, Marcus se levantó y ordenó a los de primero y segundo volver a sus habitaciones para dormir. Ante eso, Lily frunció el ceño.

—Pensé que los de primero a tercero podíamos quedarnos en las fiestas hasta la una.—dijo a Adrian.

—Oh, eso solo aplica hasta el último partido de la temporada, que es nuestra última fiesta del año.—dijo Adrian con una sonrisa misteriosa.

—Es cierto, —dijo Marcus, una vez que los dos grados menores se hubieron ido.— porque en esta fiesta los grados mayores les estamos dando la bienvenida a los de tercero.

—¿Bien...venida?—se mostró confundida. La sonrisa de ambos se agrando.

—Ajá. Hoy muchos se convierten en hombrecitos y mujercitas.—dijo Adrian.

—Exacto.—asintió Marcus.— ¡Vanity! ¡Llévate a las chicas!

Vanity, la prefecta de séptimo, asintió con una gran sonrisa y, junto a otras chicas de su grado, hizo que todas las chicas de tercero la siguieran. Lily, quien estaba junto a Daphne, se mostró algo tensa. No le gustaba no saber algo.

Las guiaron hasta sus propias habitaciones donde una chica de séptimo entraba en cada cuarto. Vanity ingresó al de Lily.

—Bien, chicas, decidí encargarme de ustedes porque nuestra reina esta entre nosotros—hablo Vanity.— ¿Alguna de ustedes sabe lo que esta ocurriendo aquí?

—Yo.—dijo Parkinson, emocionada.— Es nuestra bienvenida. Al fin nos dejarán estar en las fiestas hasta el final.

—Bueno, sí, en teoría eso es.—asintió Vanity.— pero no solo es eso, es también el inicio de su sexualidad.

—Tenemos trece años.—intervino Lily frunciendo el ceño.— solo unas pocas tienen catorce, somos unas niñas.

—Con sexualidad no me refiero a que tengan sexo esta noche, reina.—explicó Vanity suavemente.— Digo, pueden hacerlo pero eso es decisión de cada una. Con el inicio de su sexualidad me refiero a que hoy conocerán más sobre el sexo, al menos visualmente; también conocerán más sobre su propia sensualidad. Pero mejor esperen a verlo, eso sí, les advierto que si les gusta un chico, será mejor que se queden con el esta noche a ver si las eligen.

—No soy objeto para que me elijan. —gruño Lily, molesta con la situación.

—Lo sé, reina, pero no creo que logre cambiar el cerebro idiota de los chicos a estas alturas.—dijo Vanity y Lily asintió resignada.

Pesé al mal humor de Lily, todas sus demás compañeras parecían genuinamente emocionadas, tanto que se cuestionó si quizá ella exageraba la situación. Vanity las hizo ponerse unos vestidos, algunas como Parkinson ya lo tenían porque conocían un poco la situación, otras como Lily, tuvieron que prestárselo.

Antes de darse cuenta, Lily ya estaba vestida con un bonito y ceñido vestido blanco con estrellas fugaces de lentejuelas. Era bonito, con tirantes delgados brillantes y escote recto pero algo bajo, permitiendo que se notaran su busto en desarrollo; era corto, una mano debajo del muslo. Le habían hecho colocarse unas zapatillas de cinco centímetros plateadas y su cabello rojo, para su suerte, solo se lo volvieron a sujetar con las horquillas regalo de Draco.

Cuando Vanity comenzó a maquillarlas a cada una, halago el maquillaje que tenía Lily, a lo que esta recordó su conversación con Draco en Navidad.

«Es muy hermoso, Draco, pero la verdad no se usar maquillaje»

«No te preocupes, intuyo que pronto lo usarás»

Diez minutos después, Lily salía de su habitación con solo sus mejillas con algo de rubor y sus labios ligeramente rojos. Al bajar a la sala común con las demás chicas, se sintió incomoda y expuesta. No iba a negar que cuando se vio al espejo se sintió preciosa, pero ahora, frente a todos esos chicos, solo se sentía algo asustada. Su tía Petunia siempre había respetado sus etapas de crecimiento y decía que ya tendría tiempo para el maquillaje y chicos cuando tuviera quince años.

—Bueno, bueno.—hablo Marcus y alzó una copa. A todos los demás, incluyendo Lily, se les brindo una.— Esta es la última fiesta del año, ganamos la copa de quidditch gracias a nuestra reina. —señaló a Lily y muchos aplaudieron— y ahora ha llegado el momento de dar la bienvenida al mundo de los adultos a los de tercer año, donde están nuestros nuevos reyes. Que sepan que esta es una tradición de años que no pueden romper, y recuerden que todo lo que pase esta noche, no saldrá nunca de aquí. Así que, ¡Salud!

—¡Salud!

La música volvió a resonar en alto, las manecillas apuntaban casi la una de la mañana. De pronto, Lily se sonrojo furiosamente al ver como una chica se trepaba sobre Marcus en el sofá y comenzaba a besarlo mientras este la tomaba del trasero. Por donde sea que volteara, casi todos los chicos ya estaban con una o hasta dos chicas, tocándose y besándose.

—Esto no es una fiesta.—dijo Lily con la voz seca, incrédula.— Es una maldita orgía.

—Un poco, sí.—acepto Theo, acercándose a ellas con una vestimenta más arreglada. Pantalón negro y camisa de vestir.— Te veo tensa, Lily.

—Por supuesto que estoy tensa, tenemos trece años.— se quejó.

—¿Y?—la miró genuinamente confundido y luego pareció comprender. Comenzaron a caminar al centro de la sala común.— Ah, cierto, no estas acostumbrada. Mira, en nuestro mundo es común casarnos al graduarnos, o sea, a los diecisiete, y para ese punto muchos ya han vivido experiencias, por lo que es bastante común que muchos inicien su vida sexual a los trece o catorce años. Aunque no te preocupes, según se, casi nunca nadie de nuestra edad folla con alguien en esta fiesta.

—Eso no me consuela.—dijo Lily y suspiro.

De pronto, mientras pasaban por la parte más oscura de la sala común, unas manos tomaron a Lily de la cintura y la hicieron sentarse sobre un regazo. Ella volteó, más asustada que enojada, y suspiró de alivio al ver que se trataba de Draco, quien lucía muy atractivo con su camisa negra arremangada.

—¿Estas bien?—pregunto y ella asintió.—Te recomiendo que, si no quieres causar una pelea porque alguien te toque o te insista en algo que no quieres, te quedes aquí.

—Draco tiene razón.—dijo Theo.— Yo iré a cuidar de Daphne, parece querer huir de Bletchley.

—Ve, Blaise cuida de Pansy.—dijo Draco.

Theo se fue, dejando solos en aquel rincón oscuro a ambos reyes. Lily, sentada en el regazo de Draco, sonrojada, sintió como Draco abrazaba su cintura con un brazo y la acariciaba suavemente, buscando calmarla y consiguiendo pronto que su tensión desapareciera.

—Podemos hacer de este rincón nuestro lugar, así las siguientes fiestas no estamos al ojo tan público.—comentó Draco buscando distraerla.

—Me gustaría, —admitió Lily— pero ¿Qué pasara cuando tu quieras estar con una chica?—pregunto bajando la mirada. No sabía porque, la sola idea de Draco con una chica, le molestaba.

—Ya estoy con la única chica que me gustaría estar.—respondió Draco.

El sonrojo de Lily aumento y lo miró, este la veía con una sonrisa de lado, divertido por su expresión. Subió la mano con la que acariciaba su cintura y le quito la horquilla del cabello, liberando su roja melena alborotada, a lo que el enterró su mano en su cuero cabelludo, dándole un suave masaje. Lily cerro lo ojos, disfrutando.

Entonces, abrió sus ojos un poco, viendo como los dos orbes grises de Draco parecían consumirla. Soltó un suave suspiro y entonces Draco, tomándola con firmeza del rostro, estampo sus labios con los de ella en un suave beso.

Sus manos fueron a la nuca de Draco, encantada con la sensación de sus labios con los de él. Era su primer beso, y Lily no quería que el momento acabara nunca.

—¡Ahhh!

Un gemido hizo que ambos se separaran y voltearán, en la esquina contraria estaba Vanity, contra la pared y las piernas enredadas en la cintura de Pucey, mientras este la embestía bruscamente. Lily se tensó de nuevo, se sonrojo furiosamente y desvió la mirada, encontrándose esta vez con que Blaise estaba sentado con las hermanas Carrow sobre sus piernas y se daban un beso de tres.

Sintiendo que no podía más, enterró su rostro bruscamente en el pecho de Draco, sintiendo la vibración de este cuando no pudo evitar reír. En un movimiento rápido, Draco la recostó sobre el sofá de dos plazas en el que estaban, quedando sobre ella.

Por un momento se dedico a analizarla, a sus ojos Lily estaba más hermosa que nunca, sonrojada, con los labios hinchados por el beso, su cabello esparcido sobre el cojín y sus ojos brillantes de expectación.

—Si no te gusta lo que hago, dímelo y me detendré, ¿de acuerdo, mi reina?—dijo acariciando su mejilla.

—¿Q-Qué harás?—pregunto nerviosa.

—Solo te haré sentir bien un poco, no quiero que te quedes con un trauma de la sexualidad por culpa de estos idiotas.—aseguró dándole un corto beso, Lily asintió sonrojada.

Ambas manos del muchacho, grandes y firmes, acariciaron la cintura de la chica, quien se estremeció. Entonces, se agacho hasta besarla de nuevo y recargar su antebrazo izquierdo en el respaldo del mueble, mientras su mano derecha descendía hasta las piernas de Lily, subiendo un poco su vestido y colándose dentro de el.

Lily soltó un gemido de sorpresa y Draco murmuró un muffliato, sorprendiendo a Lily.

—Sabes...hacer magia sin varita.—susurró ella.

—Se hacer muchas cosas, cariño.—susurró el con la voz ronca.

—¡Ahh!—gimió Lily.

La mano de Draco se coló entre sus bragas y el chico sonrió arrogante al sentir la humedad de Lily, quien no podía estar más sonrojada. Con su dedo medio se introdujo dentro de Lily, quien hizo una mueca de incomodidad y sujeto su brazo con ojos cristalizados.

—¿Duele?—pregunto y ella asintió.— Lo supuse, eres muy estrecha.

—¿Eso es malo?—pregunto mientras el sacaba suavemente su dedo.

—No...para mí.—admitió y antes de que ella pudiera decir algo, saltó un jadeo y se estremeció.

Draco acariciaba suavemente su clítoris.

Lily no supo cuanto tiempo estuvieron así, ella mojándose cada vez más y retorciéndose de placer mientras Draco la observaba y cada tanto la besaba. Entonces, en un punto, sintió como si un nudo creciera en su vientre y sintió muchas ganas de ir al baño.

—Draco...

—Tranquila...solo suéltalo, cariño...

Confiando plenamente en Draco, Lily se concentro y se dejó liberar, teniendo su primer orgasmo y soltando un sonoro gemido que no llego a oídos de nadie más gracias al muffliato que lanzó Draco. Aunque, incluso si lo hubieran escuchado, nadie les hubiera prestado atención, pues todos estaban en una situación similar.

Sus piernas temblaban y se sentía muy cansada, Draco sonrió enternecido al ver su somnolencia y besó su frente.

—Duerme, mi reina. Yo me encargo de todo.

Y aunque Lily quiso mantenerse despierta, el cansancio la venció.


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