No Soy Tu Bien Desechable

Capítulo 920
Pascual siempre se había preguntado de dónde venia esa confianza de Oriol y en ese momento, se oyó la voz de uno de sus
hombres fuera de la suite: “Jefe, la Srta. Fernanda acaba de llegar“.
“¿Y Fabio?”
“No he visto al Sr. Fabio por aquí“.
Al escuchar eso, Oriol asintió complacido: “Bien, iré personalmente a recibirla“.
“¿Personalmente?”
El hombre fuera de la puerta se quedó algo sorprendido pero Oriol ya se había marchado, mientras Pascual le indicaba al
empleado desde la puerta: “Limpia bien la habitación“.
El empleado entró y, al ver los más de diez trajes sobre la cama, no pudo evitar comentar que su jefe realmente estaba
tomando esta fiesta de compromiso muy en serio.
En el salón del evento, todos los asistentes habían colaborado alguna vez con la familia Bolivar, y la mayoría no estaba
contenta con que Fabio tomara el control de la familia Bolivar.
Tan pronto como Fernanda entró, sintió innumerables miradas sobre ella.
Muchas de esas miradas eran de odio y escrutinio..
Después de todo, todos sabían que Fabio había vuelto del extranjero con su nueva esposa, Fernanda. Aunque todavía no se
habían casado oficialmente, su relación era como si ya lo hubieran anunciado al mundo.
Y en el extranjero, todos sabían que Ludovica había estado interesada en Fabio. Antes de que Fernanda apareciera, todos
pensaban que Ludovica sería la esposa de Fabio.
Para Fernanda, una forastera de Laguna Verde, los invitados presentes no tenían ninguna buena cara.
“¿Quién la invitó?”
En un rincón, se escuchó la voz de una mujer.

Cuando Fernanda miró hacia allá, se dio cuenta de que quien hablaba era Ludovica.
Ludovica lucía un poco pálida, y sus miradas se cruzaron.
Al parecer, Ludovica no esperaba que Fernanda escuchara lo que había dicho, y la tensión creció de inmediato.
“Fui yo quien la invitó“.
En ese momento, la voz de Oriol resonó desde el segundo piso.
Fernanda ya había visto desde lejos a Oriol, luciendo como un pavo real.
A pesar de ser solo una fiesta de compromiso, parecía que iba a una pasarela de moda.
Oriol bajó las escaleras, mirando a Fernanda, que vestía un elegante vestido de noche negro y con aparente desinterés, dijo:
“Llegaste más rápido de lo que esperaba“.
Fernanda miró a su alrededor,/donde cada persona la miraba con hostilidad y dijo “Parece que no soy muy bienvenida aquí“.
“La Sra. Rivera es la esposa de Fabio, ¿cómodríamos no darle la bienvenida?”
Oriol miró a su alrededor, elevando intencionadamente su tono de voz: “¿Hay alguien aquí que no le dé la
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bienvenida a la Sra. Rivera?”
La gente empezó a negar con la cabeza, ofreciendo cumplidos a Fernanda uno tras otro.
Como si las miradas de odio de antes nunca hubieran existido.
Viendo que Oriol no ponía su atención en Ludovica, su prometida, ella se acercó y tomó el brazo de Oriol, preguntando: “Oriol,
esta noche es nuestra fiesta de compromiso, ¿cómo es que no me avisaste de la llegada de la Sra. Rivera? Debería haber ido a
recibirla“.

Ante la actuación de Ludovica, Oriol bajó la mirada hacia su brazo, que había sido tomado inesperadamente y dijo: “Srta.
Ludovica, hay invitados esperando que los atiendas“.
La forma distante en que Oriol se dirigió a ella hizo que Ludovica se sintiera insatisfecha.
Era como si en frente de Fernanda, él públicamente indicara que ella estaba fingiendo.
Con el ambiente tenso, Ludovica solo pudo soltar el brazo de Oriol y decir: “Entonces iré por allá...”
Oriol asintió con satisfacción.
Después de que Ludovica se fuera a recibir a los invitados, Fernanda no pudo evitar comentar con sarcasmo: “Sr. Lobo,
recuerde que ella es su prometida“.