Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 465
Greta se puso pálida en un instante.
Mirando a Magda, cuya furia hacía que su rostro se tomara un poco feroz y aterrador, el rostro de Greta se palideció aún más,
sus ojos de repente se enrojecieron y con vez temblorosa le dijo: “Mamá, yo, yo no lo hice a propósito. Solo tenia miedo de que
si encontraban a su hija biológica, tú y papá ya no me querrían tanto.”
“Quería hacer que me valoraran, no quería que pensaran que soy una inútil. Temía que por Jazmín, me abandonarian.”
Hablando y hablando, las lágrimas de Greta comenzaron a caer, gruesas gotas mojaban su delicado rostro: “No quiero dejarlos,
tengo miedo de que ya no me quieran. La noche que trajeron a Jazmín de vuelta, tuve una pesadilla, soñé que me
abandonaban, que me devolvían a ese campo lleno de pobreza.”
“Les suplico que no me echen, que no me manden de vuelta, pero...” cuanto más hablaba, más triste se ponía, su rostro se
llenaba de lágrimas, “Mamá, realmente tengo miedo. Cuando tuve esa pesadilla, estaba realmente aterrada de que pudiera
hacerse realidad.” “Así que, cuando inicialmente me preguntaste si conocía a Loreto, pidiéndome que lo invitara a mi fiesta de
cumpleaños, les menti.” Greta sollozaba profundamente, llorando con desconsuelo, “Solo quería que pensaran que soy útil, así,
no me echarían de la casa.” Magda estaba furiosa, con el corazón lleno de rabía, pero al verla llorar así, su corazón se ablando.
Greta había sido obediente y sensata durante más de diez años con ellos, sin causarles mayores preocupaciones.
Esta mentira, también fue por temor a perderlos, por el miedo a ser alejada de la casa.
Magda lo pensó, y su expresión se suavizó un poco.
Pero al recordar la fiesta que se avecinaba, su rostro volvió a endurecerse: “Incluso si estabas preocupada y asustada, no
deberías
habernos mentido así.”
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“Sé que estuve mal.” Greta, mordiéndose el labio, la miró con una expresión de pena, y suavemente tiró del brazo de Magda,
llorando, “Mamá, lo siento, sé que me equivoqué. No volveré a mentir.”
“Mamá, ¿puedes perdonarme esta vez...?”

Lloraba como si fuera a desmayarse.
Magda no le dijo nada.
Después de que Greta llorara un buen rato, casi con los ojos hinchados de tanto llorar, finalmente escuchó la voz calmada de
Magda: “Greta, esta vez te puedo perdonar, Pero, mucha gente viene a la fiesta de esta noche por Loreto, si no asiste, debes
saber lo que
pasará con nuestra familia.”
“Si nuestra familia no supera esta dificultad, podríamos enfrentarnos a la bancarrota. Una vez quebrados, todos nuestros activos
se liquidarán, incluyendo todas nuestras propiedades. Nuestra familia entera, podríamos terminar en la calle.”
Greta levantó la cabeza, aterrorizada.
¿Quedarse en la calle?
“Por lo tanto, de cualquier manera, Loreto debe asistir esta noche.”
“Pero...” Greta aún con el rostro triste y una mirada atónita, “Ya lo invité, y no quiso venir”
“Entonces, ahora ve y pidele ayuda a Jazmin.” Magda lo pensó durante un buen rato, y esa parecía ser la única solución, “Ella
llegó al hotel con Loreto, y parecen llevarse bien. Si Jazmin accede, Loreto seguramente aceptará por ella.”
“Mamá, ¿qué dices, me estás pidiendo que le ruegue a Jazmin?” Greta pensó que había escuchado mal.
Magda la miró con seriedad: “Asi es. Greta, sé que esto puede ser humillante para ti. Pero por el bien de la familia, tenemos que
pedirte que hagas este sacrificio, por todos nosotros.“