Chapter Capítulo 35
Capítulo 35 Una mujer llena de agujas
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Estaba rodeada por tres lados, así que Clotilde fue al final atrapada. Pero, por extraño que parezca, no tenia ningún miedo porque aún tenia una baza en sus manos: el hermano pequeño de Jaime. De hecho, tenía demasiadas bazas. Agarró una aguja con los dos dedos, se giró y vio la cara asesina de Jaime.
-¡Adelante, corre! ¿No se te da muy bien correr?
Jaime levantó la pistola para dispararle a las piernas. Clotilde curvo un poco los labios y dijo:
-Si yo fuera tú, no lo haría.
Jaime entrecerró los ojos y miró con cara de incredulidad a Clotilde. ¡Esta voz! Asi que esta mujer era… Clotilde se quitó la máscara. Jaime sintió de repente que se le agitaba la respiración. ¡Nunca había pensado caeria en manos de Clotilde! ¡Qué terrible ironia! Pero al minuto siguiente, Jaime apretó el arma contra su cabeza, isus ojos ardian de furia!
que
-¡Por qué has hecho esto! -Jaime nunca pensó que, aunque estaba extremadamente enfadado, también se sentia herido y amargado al mismo tiempo, y este extraño sentimiento en su corazón le hizo incapaz de matarla de un solo disparo.
Clotilde lo miró a los ojos sin miedo.
-Te estoy ayudando… hay un traidor en la Familia Salinas. Aunque te hagas con este lote de armas de fuego, al cabo de un mes, tu tío segundo las tomara para sublevarse contra la familia y matar a mucha gente, asi que sólo estoy enviando estas armas de fuego a donde legitimamente les corresponde. ¿Qué he hecho mal? -No mentia: el tiroteo dentro de la familia llegó incluso a la ciudad y causó la muerte de varias decenas de personas.
Su intención original era hacerle la vida imposible a Jaime, pero no era mala idea salvar a algunas personas al mismo tiempo. Jaime debería haber preguntado algo como -¿Cómo lo sabias?– o incluso simplemente. no creer sus palabras, pero lo que esperaba era que Jaime sólo le golpeara la cabeza dos veces
Clotilde, con la pistola y le preguntara enfadado:
-¡Entonces, por qué has intentado hacerme daño hace un momento?! -Como ella lo sabía todo, ino sabia que, si lo arrestaban esa noche, quizá no acabaría en la cárcel, pero sí arruinaría el resto de su vida? ¿Por qué tenia que hacerle tanto daño?
Clotilde le lanzó una mirada y luego se rio con maldad.
Es que no me gusta tu cara, ivale? -Esta respuesta hizo que Jaime se enrojeciera de furia.
Agarró la pistola aún con más fuerza y utilizó la otra mano para tirar del cuello de Clotilde y la puso justo. delante de él, obligándola a mirarlo directo a los ojos.
-Tü fuiste quien le contó a Valentin lo de la operación de esta noche, ¿verdad? ¿Cómo conocías mi plan? ¿Cómo sabes que mi tio segundo se va a volver contra mi? Será mejor que te expliques ahora, ide lo contrario te matare!
Clotilde miró con frialdad a Jaime, cuya cara estaba a escasos centimetros de la suya.
-¿Por qué no intentas matarme entonces?
-iTül
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¡Clotilde le devolvió la mirada con la misma fiereza! Parece que Jaime todavía no se ha dado cuenta de cuál es la situación ahora, pensó para si misma. En este momento necesitaba información de ella, así que debía tener la actitud de alguien que necesita algo. Ella sabia que él no la mataria porque sabia de la
traición.
Incluso si esto no funcionaba, ilo toleraria todo por el bien de su hermano menor!
-Señor Jaime! -Valentin se acercó rápido-. Todo esto empezó con su familia, Clotilde no hizo nada malo. Si te atreves a tocarla–Levantó la grabadora de voz que tenía en las manos y dijo con voz seria-: Entonces tendré que sacar a la luz todo lo que ha hecho esta noche. Habrá mucha gente deseando acabar
contigo.
Clotilde lanzó una mirada a Valentin. Estaba sorprendida: aunque era cierto que lo había utilizado bastante, no esperaba que la defendiera a riesgo de ofender a los Salinas. Lázaro se colocó a un lado e intentó aconsejarle también.
-Señor Jaime, la Señorita Santillana es la prometida del Señor Armando, asi que es mejor que no se comporte asi.
Jaime miro con frialdad a Clotilde y se echó a reír mientras preguntaba:
-¿Así que es por esta gente por lo que tiene las agallas de ser tan atrevida? Te lo digo ahora: si quiero que mueras, ino me importa quién demonios seas!
A pesar de que la miraba tan fijamente, el corazón de Clotilde permaneció milagrosamente en calma.
-Si quieres matarme, adelante. Quiero ver cuánto tiempo puede vivir tu hermano sin mi.
Jaime entrecerró los ojos, icon rostro amenazador!
-Oh? ¡Entonces puedes irte al infierno!
Clotilde le escuchó soltar el seguro de la pistola, e inclinó el cuerpo hacia un lado, icon la aguja en la mano lista para soltarse en cualquier momento!
¡Bang!
Justo antes de que Jaime disparara, isu pistola salió disparada de sus manos por otra pistola! Clotilde apartó la aguja de sus manos y miró hacia la puerta.
-Señor Jaime, si mata a mi mujer, yo lo mataré a usted a cambio. ¿Acabo de ayudarle y quiere con maldad?
pagarme
Armando alejó su arma y se acercó. Al ver que Clotilde estaba bien, alargó la mano y la estrechó entre sus brazos sin decir una palabra; sus rasgos afilados resaltaban en la penumbra y sus ojos brillaban en la noche.
La repentina aparición de Armando devolvió la cordura a Jaime, pero cuando vio a los dos juntos, la rabia que acababa de reprimir volvió a surgir de repente:
iClotilde es tan audaz porque tiene el apoyo de aquel hombrel,
est
Si Clotilde supiera lo que estaba pensando, le habría clavado una aguja y le habría dicho que era más fuerte que él, incluso sin Arinando!
-Si que me ayudaste. -Jaime se rio con amargura, con los ojos inyectados en sangre todavia clavados en 2/3
Capitulo 35 Una mujer llena de agujas
Clotilde-, ¡pero estoy asi gracias a Clotilde! Si no fuera por ella, ipodría haber salido ileso!
Armando sonrió con arrogancia.
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-¿No te dijo también que tu tio segundo se volveria contra ti? Si eso es cierto, laún tienes que darle las gracias por lo de esta nochel Sin estas armas de fuego, tu tio segundo no se atrevería a hacer nada.
Clotilde miro fijamente a Armando mientras éste seguía aferrado a ella.
¿Por qué no podía hablar el mismo con Jaime? ¿Por qué se aferraba a ella?–.
Jaime vio que Clotilde miraba con cariño a Armando y se irritó aún más. Resopló:
¿Cómo es posible que una mujer como ella sepa algo así? Creo que se lo inventó porque tenía miedo de que la matara.
Armando no cambió de postura y dijo con seguridad:
-Pero yo le creo. -Mientras él la creyera, Jaime no tenia motivos para dudar de ella.
Clotilde sintió que su cuerpo se ponia rigido y su expresión se ensombreció. Armando iba a protegerla hasta el final, asi que a Jaime ya no le quedaba nada que decir. Miró a Clotilde, poco dispuesto a perder ante ella, y dijo:
-Pero esta mujer tiene en realidad un montón de trucos bajo la manga, ino teme ser engañado por ella?
Los profundos ojos de Armando miraron con tranquilidad a Clotilde, antes de resoplar ligeramente en
respuesta.
Es mi mujer, qué te importa?
Jaime apretó los labios con fuerza. Esta noche no era para nada su noche, icada persona que conocía le enfurecía más y más! Respiró hondo y gritó:
-Vámonos! -Si se quedaba más tiempo, aunque no muriera de una paliza, moriría de rabia.
Lázaro también estaba conmocionado: ino esperaba que su gran jefe apareciera por algo tan insignificante! Y estaba ahí por Clotilde. Empezó a preocuparse de que su jefe fuera a culparlo de lo que le había pasado a Clotilde. Armando vio que Jaime se había ido, así que asintió a Valentin.
-Gracias Señor Valentin por decirmelo..
Clotilde fulminó con la mirada a Valentín cuando escuchó esto. Todavia se preguntaba por qué Armando había aparecido de repente lasi que fue Valentin quien soltó la sopa! Valentin no se sintió digno del -Señor Valentin- de Armando, y se apresuró a responder con cortesía.
Antes temía que le pasara algo malo a Clotilde cuando recibiera sus mensajes, asi que decidió contárselo a Armando… y todo lo que ocurrió demostró que habia tomado la decisión correcta.