Chapter Capítulo 23
Ni en la muerte me detendrán
Capítulo 23 Voy a curar tus heridas.
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Antes habia relajado la mirada, pero ahora se centró de nuevo en el cristal esmerilado del cuarto de baño… Estaba en realidad impresionado:
-Esta chica era muy audaz en efecto, No sólo tenía agallas para llegar a un acuerdo conmigo, sino o
que incluso rompió la cerradura de la puerta del baño y se dispuso a bañarse delante de un hombre peligroso. ¿En qué se basaba su confianza? ¿Kung–fu? Pero tenia un arma-
El sonido del agua se detuvo y Clotilde salió vestida con un albornoz y el cabello desatado. El vapor de la bañera rosaba ligeramente su piel blanca y pálida, el albornoz blanco ceñido a la cintura, sus piernas largas y bonitas al descubierto, y su cabello hasta la cintura mojado y ligeramente ondulado, que hacía que sus ojos brillaran aún más.
La situación anterior era muy tensa y ahora Jaime descubrió que esta chica no tenía tan mal aspecto. Su figura y su rostro eran suficientes para calentarle el cuerpo, y su aura inofensiva pero intensa le hacía incapaz de apartar los ojos de ella. Jaime pensó para sus adentros que quería devolverle la diversión a esta chiquilla.
Clotilde no tenia ni idea de lo que Jaime estaba pensando. Lo miró durante un rato y luego sonrió:
-Ahora puedes bajar el arma? Voy a curarte las heridas.
Jaime vio que Clotilde estaba muy seria cuando lo dijo, como si en realidad supiera lo que estaba haciendo. Después de pensar un rato, bajó el arma con suavidad a la cabecera de la cama.
Cómo piensas tratarme? No veo ninguna medicina aquí.
La sonrisa de Jaime era muy socarrona, y sus largos ojos de fenix la miraban fijamente, pero en su interior había una frialdad inexplicable, lo que demostraba que aquel hombre definitivamente no era bueno.
Clotilde sonrió con calma.
-No necesito medicina, sólo quitate la camisa
Jaime dudó un momento antes de quitarse la camisa. Su figura no estaba nada mal, unos abdominales perfectos y varias cicatrices de distintos tamaños; se podría decir que era un cuerpo muy varonil. Tenia un moratón del tamaño de un cuenco en el abdomen, y los vasos sanguineos rotos se extendian en todas direcciones por su piel color oliva. Parecia que los policias de antes no eran capaces de causarle una herida
tan grave.
Clotilde analizó la situación con calma, le dijo que se tumbara y se acercó al lado de la cama. Llevaba la pinza del cabello en la mano, y Jaime se dio cuenta de que estaba sacando una aguja de la pinza. Sus ojos se entrecerraron, su cuerpo reaccionando más rápido que sus pensamientos. Al momento siguiente, la daga en su mano se apoyo en el cuello de Clotilde, todo su cuerpo se tensó.
-¿Qué intentas hacer?
Clotilde tiró la pinza del cabello a un lado y agitó la aguja que tenía en la mano. La aguja era muy fina, de unos diez centimetros de largo/Parecía muy afilada, pero era muy blanda, por lo que seria dificil insertar esta aguja si Jaime permanecia tan tenso. Se rio como si no viera la daga en su cuello.
-Sólo quiero realizarte un poco de acupuntura, pero estás demasiado tenso.
Inime fermeló al caño ni olandë mirindala con darenndianan Monië lantsman
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Capitulo 23 Voy a curar tus heridas
desde su cuello hasta el cinturón de su albornoz y entrecerró los ojos.
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-Veo que aún eres joven, así que no juguemos con agujas, hagamos otra cosa… -Jaime estaba listo para cortarle el cinturón del albornoz con su daga. No llevas nada debajo, ¿verdad?
Clotilde usó dos dedos para sujetar la daga.
-Si yo fuera tú, no haría nada. Tienes una hemorragia interna en el abdomen y si no detienes lat hemorragia ahora, mañana necesitarias tubos de inserción para sacar toda la
sangr
Jaime intento mover su daga, pero los dos dedos de Clotilde la sujetaban con fuerza. Su expresión cambió, luego soltó la daga y volvió a acostarse en la cama.
-Tendré que m
que molestarte entonces…
Clotilde sonrió mientras tiraba la daga al suelo.
-De nada
Ambos tenian expresiones amistosas en la cara, pero habia una atmósfera extraña entre ellos. Clotilde ya no se preocupaba por él, su dedo guiaba la aguja por encima de su abdomen. Jaime parecía no darle importancia, pero su cuerpo se tenso instintivamente porque el abdomen era una de las partes más vulnerables del cuerpo, y tenía que protegerse de Clotilde en todo momento por si intentaba algo raro.
Clotilde cerró los ojos lentamente y empezó a concentrarse. En un instante, su aura cambio de repente. Antes estaba un poco misteriosa y coqueta, pero cuando volvió a abrir los ojos, parecia totalmente seria y sus ojos brillaban mucho más que antes. La seriedad de su rostro hizo que Jaime empezara a relajarse y a creer que en realidad sabía lo que hacía.
Clotilde se concentró en el extremo de la aguja que tenía en la mano y no notó el cambio de humor de Jaime. En realidad, la acupuntura consistia en insertar agujas en los puntos de acupuntura, lo que a su vez ayudaba a mejorar lo que era bueno para el cuerpo y a rectificar lo que estaba mal.
Pero Clotilde era diferente, porque las técnicas de Agujas de Energia que aprendió podian transferir la Energia que había en ella al paciente a través de la aguja, y se podia considerar que esta Energia daba a la persona un nuevo impulso de vida. Por lo tanto, todas las Agujas de Energía sólo podian salvar vidas, no
matar.
Las Agujas de Energía también podían ayudar a revertir el envejecimiento y aumentar la esperanza de vida. El hecho de que ella lograra llegar a los treinta en su vida anterior a pesar del virus era prueba suficiente de ello. Clotilde respiró hondo y dejó de pensar en el pasado. Levantó la mano y se preparó para insertar la aguja.
En su vida anterior, esta habilidad milagrosa se convirtió en su perdición. Pero en esta vida, ise converfiria en su baza! Era como una espada afilada en la mano que la ayudaria a ganar todas las batallas. En un instante, la aguja de plata se introdujo como un tornillo en su abdomen. Clotilde sólo utilizó una aguja y un acupunto, pero envió toda su Energia activa rápido al acupunto que la aguja había perforado. Esta era una de las técnicas de Aguja de Energia Toque de Deshidro..
Jaime podía sentir algo diferente. Sus frios ojos parecian confundidos, porque el calor que sentia en el abdomen no provenia de él… sino de la aguja plateada, Clotilde jadeó un rato. Se alegro de haber terminado antes su sesión de práctica y de haber reunido ya toda la Energia, de lo contrario esta única aguja habría hecho colapsar Su agotado cuerpo.
El hematoma del abdomen de Jaime empezó a desvanecerse a una velocidad increible: la sensación que
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14:54 Wed, 3 Jul M
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tenia era como si esa única aguja le hubiera dado una vitalidad y un estímulo que nunca había sentido, permitiéndole curarse a sí mismo. Era como si pudiera curarse a sí mismo. Se estaba curando por dentro.
De repente, Jaime pensó en algo y miró fijamente a Clotilde. El también había visitado antes a excelentes acupuntores, y también eran muy hábiles. Casos como los dolores de cabeza de su madre sólo encontraron alivio después de hacer sesiones mensuales de acupuntura, ninguna de las otras medicinas o tratamientos habian funcionado.
Pero por muy expertos que fueran, no eran rivales para aquella chica, que podía curar lesiones internas con una sola aguja. Su aguja no sólo estimulaba su punto de acupuntura, sino que también le insertabal vitalidad. Clotilde ya le habia quitado la aguja y había pasado a curarle la pierna. Por fortuna, el tobillo sólo estaba torcido y habia que volver a colocarlo en su sitio,
Jaime se incorporó y vio a la mujer arrodillada inspeccionando su tobillo al final de la cama, y empezó a pensar en qué clase de historia tenía, y si podría suponer alguna amenaza o si tenía algún motivo oculto.
-¿De quién aprendió acupuntura? -Lo había pensado y le pareció más seguro que lo tratara su maestro. Temia que no se lo dijera, así que añadió-: Dime quién es tu maestro y te dare un millón.
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