Chapter Capítulo 72
Capitulo 72
En la casa de la familia Quentin.
Desde aquel incidente, Amelia se habia refuolado en su hogar, temerosa de enfrentarse al mundo exterior.
La presión de la opinión publica en internet era abrumadora, y una vez más, Armetia se encontraba en el ojo det huracán,
No se atrevía a ir a ningún lugar, solo a esconderse.
Bianca la habia llamado varias veces, pero Amelia no se animaba a salir.
“¿Ya comiste?” Quentin regreso, llevando la cena consigo,
Amelia salió de su habitación y nego con la cabeza.
No se atrevia a mirar su teléfono, ni siquiera a salir de casa.
Temia que las personas en internet la acosaran como lo haclan seis años atrás, bloqueando la puerta de su casa, lanzandole basura, maldiciendola a morir, diciéndole que todo lo que sufria era merecido.
“Come algo“, Quentin abrio la avena e invito a Amella a comer.
Amelia se sento junto a la mesa, con las manos entumecidas.
“Ya he controlado la opinión pública en internet, pronto nadle recordará lo ocurrido“. Quentin trató de tranquilizar a Amelia.
Amelia no dijo nada.
¿Realmente se calmaria pronto?
“En estos dias, mejor no salgas de casa, y tampoco vayas al club. Esperaré a que termine la cena de gala del gremio y te llevare a distraerte un poco“. Quentin no queria que Amella saliera porque la gente de la familia Zavala la estaba buscando para un arreglo privado.
No solo la familia Zavala la buscaba, sino que también miembros de las familias Suárez y Gallego.
Amelia levantó la vista hacia Quentin, esperando su respuesta.
Pero Quentin nunca le ofreció una respuesta afirmativa.
“Si Esperanza esta envuelta en responsabilidades criminales, la familia Zavala definitivamente no estará de acuerdo, y harán todo lo posible por encontrarme. Después de todo, Esperanza es tu prometida, tarde o temprano me encontrarán“. Amelia sabia que no existen secretos que el tiempo no revele.”
Vivir en la casa de Quentin no necesariamente significaba estar segura.
“Yo estoy aqui“. Quentin solo queria que Amelia estuviera tranquila.
Amelia no hablo más, y respiro hondo.
No comio mucho, sentia náuseas y se levantó para volver a su habitación.
Se vela frágil y desolada.
Quentin habia sentido el impulso de abrazarla y protegerla muchas veces, pero siempre había una distancia entre ellos.
El sabia muy bien que si no rompla el compromiso con la familia Zavala, seria dificil para Amelia abrirle su
corazón.
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Capitulo 72
Sin embargo, Quentin tenia la confianza de hacer que Amelia se quedara a su lado, solo necesitaba algo de tiempo…
El abuelo no le daba el poder, y no podia romper su compromiso con la familia Zavala.
La familla Zavala había estado buscándolo todos estos dias, queriendo que sacara a Esperanza de problemas.
Habia hecho todo lo posible por evitar a todos, para que Esperanza aprendiera la lección, ya que quien comete errores debe pagar por ellos.
Pero Quentin también sabla que no podría evitarlos por mucho tiempo.
El teléfono sono de nuevo, y con solo mirarlo, Quentin supo que era el abuelo Zavala.
Frotándose la frente, Quentin contestó la llamada.
“Abuelo Zavala“. El abuelo de Quentin y el abuelo Zavala habían sido compañeros de armas, y siempre tuvieron una buena relación.
“Quentin, Esperanza ha sido maltratada en Ciudad Libre, ¿cómo has manejado eso?” El anciano comenzó con reproches.
“Abuelo Zavala, Esperanza fue la que cometió el error primero“. Quentin frunció el ceño.
“Esperanza es tu prometida, fue tu abuelo quien lo prometió, y no nos importa cuántas mujeres tengas afuera, pero si Esperanza se entera, tiene todo el derecho de actuar como lo hizo“.
Quentin no dijo nada más, solo se masajeó la frente.
“Estoy con tu abuelo, vine personalmente a Ciudad Libre, mi nieta ha sido humillada y encarcelada, quiero ver quién se atreve a tanto“.
Del otro lado del teléfono, el abuelo de Quentin intervino. “Trae a esa mujer de vuelta“.
“Abuelo, eso es imposible,” Quentin frunció el ceño.
Él no podia llevar a Amelia de vuelta a la familia Juárez.
“Quentin, parece que te han crecido las alas, el abuelo Juárez estaba muy enojado.
“Voy a casa ahora, pero ella… no hagan nada“. Quentin miró el reloj, su expresión era seria.
Que el abuelo Zavala viniera personalmente a Ciudad Libre cambiaba la naturaleza del problema.
Si Amelia seguía resistiéndose, sería perjudicial para ella.
Después de colgar, Quentin inconscientemente miró hacia atrás.
Amelia estaba parada en la puerta, evidentemente había escuchado su conversación.
“Amelia…” Quentin intentó explicar.
Amelia tenia los ojos rojos, sostenia fuertemente el dobladillo de su falda. “Vuelve a casa…”
Quentin sintió un dolor en el pecho, pero aun así habló. “En cuanto a Esperanza… dale una lección y retira la denuncia. Si el abuelo Zavala ha venido personalmente a Ciudad Libre, si esto se prolonga, te perjudicará“.
Amelia temblaba mientras intentaba contener su angustia. “No…”
Ella no se iba a rendir.
“¿Incluso si eso afecta a Lázaro y a Damaso?” Quentin no quería decirle a Amelia, por miedo a que se
preocupara.
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“¿Que quieres decit…?” Amelia dio un paso adelante nerviosa, mirando a Quentin con miedo.
“La gente de la familia Zavala ya se ha acercado a Damaso y Lázaro también ha sido aislado por sus compañeros de clase, incluso ha dejado la escuela temporalmente!
Amelia retrocedio, desorientada. Sabia que… sabia que la familia Zavala no dejaria en paz a Lázaro y Damaso.
*Incluso si me rindo, no me dejaran en paz! Amelia grito descontrolada.
“Amelia…” Quentin se acercó para abrazarla, intentando calmarla. “Relira la denuncia primero, yo me encargare del resto, ¿confias en mi?”
“Quentin… no cancelaras el compromiso, ¿verdad? (No lo harást Amella empujó a Quentin fuera de control, retrocediendo indefensa.
“Mañana es la cena de gala de la asociación comercial Bella Maravilla, tu respuesta ya es muy clara…” Amelia temblaba por completo y su corazón latia rápido.
Quentin no cancelaria el compromiso con la familia Zavala, ella lo sabla.
Mientras Quentin no cancelara el compromiso, ella definitivamente no podria elegir a Quentin.
Aunque fuera por conveniencia, no podia,
No iba a ser la amante en la vida de alguien, no iba a darles razones para seguir haciéndose daño, de ninguna manera.
“Amelia…” Quentin no sabia como explicar la situación tan complicada. “Cancelar un compromiso no es tan simple como piensas, un matrimonio entre empresas y familias Implica demasiado“.
un paso.
Amelia suorio tristemente y retrocedió un
Al final seguia siendo porque ella no era lo suficientemente importante.
De hecho, también sabia que no era importante, que era insignificante.
“Solo dos años más, en cuanto tenga el control total, lo de Esperanza y yo será solo una formalidad“. Quentin quería que Amelia entendiera que no amaba a Esperanza, que casarse con ella era solo por poder.
Amelia siguió retrocediendo, negando con la cabeza.
Quentin no era la persona que ella debía elegir.
El teléfono sonaba una y otra vez, Quentin, irritado, se ajustó la corbata. “Descansa bien en casa, escóndete un poco durante este tiempo“.
Dicho esto, Quentin se fue.
Que el abuelo Zavala viniera a Ciudad Libre traeria consigo a toda la familia Zavala.
Por ahora, necesitaba calmar el ánimo del abuelo.
Además, el anciano había estado enfermo en los últimos años, sufriendo de hipertensión arterial, temia que su ira pudiera causarle algún daño serio.
En cuanto a Amelia…
Antes de partir, Quentin giró para mirarla por última vez.
Ahora ella no tenia a quien recurrir, solo podia depender de él para que la protegiera.
Podría esconderla por un tiempo, y luego, en unos años… decidirian.
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mmbyll en
Ameba permanecta minivit in to lusai, neervando como Querido estejaba
La ente de la familia Zavala habla tamnado a Quentin, seguramente era para buscaria a ella,
Era con Quentin no era segurs para ella.
byum estado de pánico, Amelia como de regreso a su habitación, tomó su celular, se puso un abrigo y se envolvie bien Después de dudar un momento, corrió a la cocina, tomó un cuchillo para frutas y salid
Apidamente de la casa.
Pero va era demasiado tarde.
Justo cuando Quentin se fue, ya habla tres autos negros estacionados fuera.
Cra evidente que la presencia de Quentin habla revelado su ubicación.
bet auto bajaron Horacio y Valentino.
En los otros autos, estaban los hombres de la familia Zavala.