Mi Exmarido Billonario Me Persigue

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-No, estoy demasiado hambriento como para andarme con rodeos con ellos. Terminemos la diversión aquí -Leo rió entre
dientes, fijando su mirada en el mesero-. ¿Está lista la habitación VIP?
-Sí, señor, ¿usted...?
-Por favor, llévanos a la habitación -Leo interrumpió
de que
el mesero pudiera terminar su frase-. antes de Miró a Bella-. Vamos, vamos, me muero de hambre...
El mesero quedó sorprendido por el repentino cambio en la expresión del hombre después de escuchar el nombre de Laura
Kiels.
-Señor, ¿qué pasa con la habitación? ¿Y el almuerzo gratis? -preguntó, siguiéndolos, impotente.
Leo detuvo sus pasos, volviéndose hacia el mesero. Su expresión previamente amistosa lentamente se volvía fría y feroz.
-Dile a esa generosa Dama que estoy agradecido por su oferta. Sin embargo, prefiero pagar por su almuerzo que renunciar a la
habitación. Dile que puede comer
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todo lo que quiera... GRATIS-Leo le dio una palmada gentil en el hombro al mesero-. Luego, deslizó suavemente una generosa
cantidad de dinero en la mano del mesero antes de continuar caminando.
Bella siguió a Leo mientras bajaba la cara para evitar que Jessica la reconociera. Se sentía agradecida de haber vuelto a su
peso anterior al matrimonio; a diferencia de la última vez que vio a Jessica, todavía tenía sobrepeso.
<
ella.
-B-Bella... ¿eres... eres tú? -dijo Jessica.
<<¡Maldita sea!»>, Bella no pudo evitar maldecir.

Bella siguió caminando, ignorando deliberadamente Jessica. Mientras tanto, Leo, caminando a su lado, la miró de reojo.
Entonces, realmente conoces a esa señora mayor, ¿eh? -Sus cejas se elevaron ligeramente mientras esperaba su respuesta.
Umm la conozco. Es alguien del pasado... v no
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quiero encontrarme -dijo Bella sin mirarlo, sin querer que Leo viera su preocupación.
Bella solo quería ignorar a Jessica. Esperando que Jessica se diera por vencida y la dejara en paz. Sin embargo, Bella estaba
equivocada; la voz alta de Jessica resonó en el salón del restaurante, sonando como una bofetada en la cabeza de Bella.
-ARABELLA... ¡¿CÓMO TE ATREVES A IGNORARME!! DETENTE AHÍ MISMO!
«¡Realmente descarada! ¿No conoce la palabra
“modales”? ¡¿Cómo se atreve a gritar en este restaurante!?», Bella no pudo evitar desahogar su ira
interiormente. Se sentía avergonzada de haber formado parte de la familia de esta mujer.
¡Qué descaro!
Bella sigue caminando.
-ARABELLA DONOVAN, ¡DETENTE! -La voz de Jessica sono cercana, caminando rápidamente tras Bella-. Sé que eres tú,
Bella. Detente ahí mismo... gritó nuevamente.
La voz alta de Jessica era dificil de ignorar para las
nas alrededor de ellos Todos giraron sus
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cabezas, mirando en dirección de Jessica.
Bella apretó los dientes, conteniendo su irritación. No quería encontrarse y causar un drama con esta mujer descarada, pero
ella insistía.

Justo cuando Bella estaba a punto de girarse para enfrentar a Jessica, Leo de repente se detuvo en seco y
Se
giró para enfrentarla. Se colocó delante de Bella
como si intentara protegerla de un peligro.
Jessica quedó impactada; casi se topa con el robusto pecho de Leo. Se detuvo a un paso de él.
-¡Muévete! Necesito hablar con la mujer detrás de t soltó con brusquedad.
Bella solo podía sonreír amargamente, parada detrá de Leo. Bajó la mirada, avergonzada por la situación
No solo Bella, sino también Laura Kiels se sintió impactada y avergonzada. Se aseguró de que sus gafa de sol ocultaran su
rostro mientras intentaba alejarse de Jessica. Temía que alguien pudiera tomar un video una foto de ella. Sin embargo, antes de
que Laura pudiera moverse, la mano de Jessica la sujetó.
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-Quédate aquí, querida. No vayas a ningún lado... Debes presenciar esto. Esa mujer es en realidad la exesposa de Tristan... -
Jessica le susurró a Laura.
Laura Kiels quedó sorprendida al escuchar eso. Intentó echar un vistazo a la mujer, pero el joven guapo frente a ellas bloqueó
por completo su vista. Se sintió emocionada y curiosa, ansiosa por ver a la mujer que alguna vez había sido la esposa de
Tristan Sinclair.
Leo miró a la vieja dama. Sus cejas se apretaron, casi uniéndose, mostrando su desagrado.
Cuando Leo se dio cuenta de que la mujer terminaba su conversación con la joven a su lado, preguntó:
-En serio, ¿quién coño eres? ¿Por qué insistes en hablar con mi colega aquí?
-¿No me conoces? -Jessica se sorprendió de que alguien no la reconociera. Su rostro aparecía constantemente en internet y en
revistas como filantropa y la matriarca de Sinclair Corp.

Si el mesero del restaurante no la reconocía, ella
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podría entenderlo; probablemente no tuvieran tiempo de seguir tales noticias. Sin embargo, estaba segura de
que
el hombre frente a ella, como Bella, debía ser un trabajador de oficina. Y Bella seguramente debía haberlo informado sobre su
identidad, ¿verdad?
-¿Debería, señora? Porque realmente no sabía quién era usted. Ni me importa un carajo quién es usted- dijo él.
-Joven, por favor hable más cortésmente. Bueno, todos conocen mi rostro. A menos que acabe de regresar del extranjero y no
se haya mantenido al tanto de las noticias en este país, lo entenderé -dijo mientras casualmente agitaba su mano hacia Leo.
Leo se rió de sus palabras, acercando su rostro al de Jessica. Ella se estremeció, intentando moverse unas pulgadas lejos de
él.
-Señora, pensé que había dejado todo su cerebro en casa. Pero parece que todavía le queda un poco... -Un destello de
diversión apareció en los ojos de Leo mientras observaba el rostro enrojecido de la mujer.
Señora, lo ha adivinado exactamente. Acabo de llegar a este país y no sabía quién era usted ni me
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importaba su identidad -continuó Leo, con un tono de hecho.
-T-Tú- Jessica siseó, su puño apretado en frustración.
-Deja de acosarnos. Y deja de armar un escándalo en el negocio de otra persona el tono de Leo se volvió frío, todavía con la
mirada fija en Jessica-. Si esta dama detrás de mí no respondió a usted... Significa que no quiere hablar con usted. ¿Entiende
esa cortesía básica?
Leo tenía la intención de poner a esta mujer en su lugar, pero sintió la mano de Bella tironeando del borde de su abrigo,
pidiéndole en silencio que se detuviera.

Jessica hervía de ira, sintiéndose humillada como nunca antes.
«¿Cómo se atreve a hablarme de esa manera? ¿Quién se cree que es?» Jessica estaba desahogando su ira interiormente. Su
cara se enrojecía cada vez más como si sus vasos sanguíneos estuvieran a punto de estallar. Abrió la boca para decir algo pero
se quedó sin palabras cuando vio al hombre y a Bella alejándose,
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ignorándola por completo.
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Capitulo.74
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