Mi Exmarido Billonario Me Persigue

112 Curioso por su identidad
-Lo siento, mi amigo no estuvo de acuerdo, así que... -se encogió de hombros Leo.
El mánager de Laura se quedó sin palabras. No podía
que alguien se negara a un autógrafo de Laura
creer
Kiels.
Anteriormente, se abstenía de mencionar el nombre de Laura al acercarse a las personas, temeroso de que alguien pudiera
tomar un video o una foto y compartirla en las redes sociales.
Sin embargo, después de luchar por convencer a algunas personas, todas en vano, sintió que no tenía otra opción.
Al observar a estos dos, que parecían ser empleados ordinarios y relativamente jóvenes, se atrevió a ofrecerles la firma de
Laura.
No obstante, tampoco había anticipado su rechazo.
-¿En serio no reconociste mi talento? ¡Bien! Te arrepentirás de tu decisión, hombre... Si algún día nos encontramos de nuevo y
preguntas, ¡no te la daré!
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El mánager mira al apuesto hombre con severidad antes de girarse hacia la mujer que está delante.
Cuando el mánager notó que la mujer pedía el mismo café que Laura solía beber, una idea brillante se le ocurrió de inmediato.
El mánager carraspeó mientras sonreía cálidamente a la mujer.

-Señorita... Hola... ¡Vaya! ¡Qué bonita eres, querida! El mánager saludó a Bella con alegría. Mirando las llamativas
características de Bella, incluyendo su rostro impecable y sus penetrantes ojos grises, se quedó impactado.
No podía evitar pensar que esta mujer tenía el potencial para ser una estrella de cine.
¿Debería reclutarla para entrar a Entretenimiento
Estelar?’
La idea de reclutarla surgió en su mente. Sin embargo, un segundo después, desestimó la idea. Hay un asunto. urgente que
necesita atender.
Continuó, -Señorita, pagaré el triple del precio
normal por tu café... -Su tono sonaba urgente, pero
no dainha do conrairla
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-Sin embargo, Bella solo lo miró sin expresión —él continuó intentando convencerla-. ¿Qué tal cuatro veces? ¿No? Bueno...
Esta es mi oferta final, cinco veces... ¡tómalo o déjalo!
Leo se quedó sin palabras, al escuchar las palabras de este absurdo mánager. ¿Cómo se atreve a retar la calma de Bella?
Bella entrecerró los ojos al mánager, examinándolo de pies a cabeza como si empezara a recordar su rostro
para vengarse.
Después de unos segundos, no dijo nada pero miró a Leo y le hizo un gesto para que tomaran su café. Luego, se alejó, dejando
al mánager mirándola con enfado.
-¡Eh! ¿Por qué se fue así nomás? ¿Aceptó o no? musitó para sí mismo.

-¡Señorita, espera! ¿Y nuestro trato... -preguntó, aún intentando ser educado mientras seguía a Bella aunque su paciencia era
ya tan fina como el papel.
-¡Olvidalo! -Bella dijo fríamente sin mirar hacia atrás.
El mánager estaba aún más molesto, y su
tamnaramanta subió cama ci alanian astuiara
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hirviendo agua en su corazón.
-En serio... ¿Quién eres? ¿Por qué eres tan arrogante? -el mánager gritó.
Realmente estaba enfadado de que alguien lo estuviera amenazando tan cruelmente de esta manera,
ignorándolo. Era la primera vez que alguien lo
ignoraba incluso después de que confesara que era en realidad el mánager de Laura Kiel.
La cafetería no era demasiado grande, así que todos los visitantes podían escuchar la conversación del mánager con Bella.
Todos se sorprendieron al oír al molesto hombre gordo elevar su voz como si acabara de regañar a alguien.
Ahora todos lo miraban con una mirada despectiva Luego giraron la vista hacia Bella y la vieron parars mantes de llegar a la
puerta.
De inmediato, se pudo escuchar un pequeño murmullo entre los visitantes de la cafetería.
Guau, mira... Mira, esa mujer estaba a punto de
enenfadarse ahora.
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-Ese hombre gordo es realmente molesto. ¿Cómo puede amenazar a todos las personas como su humilde campesino? —
murmuraba uno de los visitantes.
-Lo sé, ¿verdad? ¡Le habría respondido si estuviera en el lugar de esa mujer!
Todos los ojos ahora miraban a Bella, y antes de que pasara mucho tiempo, alguien se sorprendió al mirar su belleza.
¿Sabes qué? Esta es la primera vez que veo a esa mujer en este edificio. Y es hermosa... -alguien le susurró a sus amigos.
-Yo también...
No podían apartar la vista de Bella; miraban su largo y ondulado cabello negro que caía por su espalda. Y revisaron su atuendo
sencillo; llevaba un suéter de cuello alto negro y una falda hasta la rodilla. Un gris largo colgaba de su brazo, y su bolsa se
escondía bajo su largo traje.
De repente, se quedaron impactados, mirando de
cerca su
bolsa.
traie
-Oh Dios mío, ¿quién es ella? Esta es la primera vez
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que veo a una empleada traer esa marca H a la oficina... -ella susurró a sus amigos.
-Tal vez no es una empleada sino una invitada.

-Guau, ella es tan rica... Pero de bajo perfil, mira sus zapatos. Solo lleva zapatillas.
-Espera, tal vez la bolsa sea falsa. ¿Por eso la
cont
-Sí, podemos comprar bolsas de la marca H en el Mercado Serpiente; todas parecen originales.
Bella soltó una risita al escuchar todos los murmullos. Aunque hablaban en voz baja, aún podía escucharlos.
«Dios, ¿cuándo no quiero ser descubierta, todos retan mi paciencia?»>, ajustó sus emociones antes de volverse para enfrentar
a este arrogante mánager.
-¿Quieres saber mi nombre?
-¡Sí! -gritó él, molesto,
El mánager tenía un plan para darle una lección a esta mujer. Pediría a Laura que hablara con un superior y despidiera a esta
mujer. ¿Cómo se atreve a no ceder nada para Laura Kiels? A pesar de que ya había
declarado que pagaría cinco veces el precio promedio
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por café.
Su
Una tenue sonrisa apareció lentamente en los labios
de Bella antes de decir,
-¡Soy Dios!
Escuchar la respuesta de Bella causó que Leo casi escupiera el café que acababa de beber.

-Puf...
No solo Leo estaba sorprendido, sino que el mánager de Laura Kiels también quedó completamente impactado.
No podía creer que esta mujer, con suficiente desfachatez para llamarse a sí misma Dios.
Esta mujer era extraña. ¿Cómo podría decir aleatoriamente que su nombre era Dios? Le creería le dijera que era diosa.
¿Pero Dios?
¡En serio!?
-¿Estás bromeando, verdad?
-No.
Carniol al mánaror no nuda aontanar AITA
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maldiciones-Oops... Lo siento... Bueno... ¿Puedes
decirme tuapellitto?-continuó, intentando creer que unos padres lomalle dieron a su hijo un nombre raro, como Dias.
-No tengo apellid. Minombre es solo Dios... -dijo Bella mientras concenallarisa por dentro. Inmediatamente se fue sin darle al
hombre la oportunidad de hablar.
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